Dicen que se encuentran en una situación crítica porque muchos vendedores no tienen actividad desde hace varios meses. La secretaria de AVAMER, Francisca Sánchez, reclama que solo quieren trabajar.
Recuerdan que las Cortes de Castilla-La Mancha acordaron por unanimidad permitir a los ayuntamientos ampliar espacio para que se puedan instalar el 100% de los puestos con la distancia de seguridad. Pero, según Francisca Sánchez, la Consejería de Sanidad hace oídos sordos y continúa con las restricciones al 33% o el cierre de mercadillos.
No entienden esta postura de la administración porque, según la OMS y la propia Sanidad, trabajar al aire libre es seguro. Quieren que no se les discrimine con los comercios, que sí pueden abrir con aforo limitado pero en espacios cerrados.
En la provincia de Ciudad Real unas 1.500 familias dependen del trabajo en los mercadillos.