En el transcurso de la reunión virtual que ha celebrado este martes el Foro Provincial Permanente de Políticas de Igualdad de Género, presidido por la vicepresidenta encargada del Área de Igualdad, Petra Sánchez Bonales, se han analizado las distintas candidaturas presentadas, se ha decidido poner en valor el ámbito sanitario por su papel tan fundamental durante la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 y, finalmente, se ha optado por reconocer a Eloísa Fernández Romero.
Sánchez Bonales ha destacado que la valiente decisión de la enfermera del HGUCR de continuar en su puesto de trabajo en el mes de marzo constituye un elemento diferenciador, pues pudiendo haberse acogido a su derecho a la jubilación por cumplir la edad correspondiente, no lo hizo. “Decidió continuar, haciendo un ejercicio de solidaridad, de responsabilidad y de desinterés total y absoluto, dejando el riesgo que pudiera correr en segundo o tercer plano para continuar en primera línea de batalla en el Hospital General de Ciudad Real”, ha asegurado la vicepresidenta quinta. Eloísa Fernández representa además, según ha añadido, a todos los sanitarios y a todas las mujeres de todos los ámbitos que han hecho un sacrificio inmenso durante la pandemia.
La Diputación provincial, presidida por José Manuel Caballero, otorga este premio desde hace cinco años con el objetivo de destacar el trabajo por la igualdad con perspectiva de género coincidiendo con la celebración de la efeméride que se conmemora el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Un reconocimiento a la enfermería
A Eloísa Fernández Romero le ha sorprendido cuidando a su madre en Fontanarejo su designación, por unanimidad, como merecedora del V Premio por la Igualdad que otorga la Diputación de Ciudad Real. No podía imaginar tal distinción por algo que ha hecho tantos años con pasión y dedicación por vocación. Se jubiló el pasado 1 de septiembre tras 43 años procurando salud y cuidados a los enfermos.
Tras la sorpresa inicial, agradece el galardón con humildad diciendo que no ha hecho nada especial y lo interpreta como un reconocimiento a tantos y tantas auxiliares y personal de enfermería que han dado lo mejor de sí mismos en unas circunstancias muy difíciles a causa de una emergencia sanitaria sin precedentes.
"Me ha encantado ser enfermera y seré enfermera mientras viva", dice Eloísa Fernández, quien ya tenía firmado su cese por jubilación con fecha de 24 de marzo, cuando toda España estaba confinada y se vivían momentos dramáticos en los hospitales de la provincia. "Bajé a ofrecerme porque veía lo que se venía encima y no me podía ir". Así lo explica una profesional que ha prestado servicio en Valdepeñas y en Ciudad Real en los servicios de Pediatría y Neonatología, aunque en su última etapa supervisaba la enfermería en el Hospital de Día, Digestivo y Pediatría. Durante la prórroga voluntaria de su vida laboral organizó a la enfermería de una planta Covid.
Pendiente de que no faltara medicación, de que hubiera epis, de establecer los turnos lidiando con infinidad de imprevistos, entre ellos bajas por contagios. Ha visto cómo auxiliares y enfermeros han estado las 24 hora del día al pie de pacientes Covid. Suministrando tratamientos, pendientes de que adoptaran las posturas más idóneas... Y los auxiliares de enfermería cambiando camas, cambiando a pacientes, aseándolos, dándoles de comer. Muchas horas trabajando con epis que dificultan hasta la respiración. Reitera que ha sido y es demoledor para los sanitarios. Por eso considera acertado que hayan puesto a su disposición un psicólogo, aunque destaca que el desánimo llega cuando terminas el turno, "porque ante el enfermo ves la necesidad y actúas sin descanso".
Eloísa Fernández describe un panorama desolador que no parece ser suficiente para que una parte de la sociedad se conciencie. Opina que la responsabilidad es individual, que atribuir la responsabilidad a otros no es el camino a seguir para ponernos a salvo del virus. También remarca que lo que se ve en la televisión no se corresponde con la trágica realidad que se vive en los hospitales. Mayores, jóvenes y niños ingresados y muchos pacientes debatiéndose entre la vida y la muerte en las UCIS. No entiende las fiestas clandestinas ni las reuniones y afirma que no protegerse es una temeridad para las personas, sus familias y sus compañeros de trabajo.
Eloísa Fernández describe una situación que impresiona, aún le sobrecoge lo que vivió desde marzo a septiembre del año pasado y lo que siguen viviendo sus compañeros en el Hospital General de Ciudad Real. No quiere que se olvide, se llega al agotamiento físico y mental porque se trabaja con mucha tensión. Se podía haber marchado y se quedó. "Sólo había mucha tristeza y silencio" y retrasó su jubilación. Por eso recogerá el V Premio por la Igualdad de la Diputación de Ciudad Real, que esta enfermera jubilada entiende que sirve para visibilizar la gran labor que llevan a cabo los auxiliares y el personal de enfermería.