Los integrantes de las diferentes campañas habían comenzado lo que se convirtió en casi una tradición, apadrinaban pingüinos junto a sus familias y amigos para ayudar a un ecosistema tan rico y olvidado como es el que se encuentra en la Antártida. Y fue a partir de 2009 cuando se extendió esta actividad gracias a un programa de televisión. El proyecto creció, pero lo que no se ha perdido ha sido el objetivo con el que surgió en un primer momento como recuerda el Teniente Coronel de Infantería, Jesús Leal Fernández.
Hace unos años se consiguió apadrinar a 250.000 pingüinos, el año pasado fueron en torno a 67.000 y en esta edición, que comenzó el 21 de diciembre de 2020, ya hay más de 125.000, y todavía no ha terminado la campaña. Apadrinar es muy sencillo, sólo hay que acceder a la web y rellenar un sencillo formulario.
Una vez cumplimentado y enviado, se gestionará la solicitud y remitirá un diploma, en formato pdf, con el nombre del padrino, su lugar de residencia, el nombre elegido y una foto del pingüino en cuestión. Además, si se desea, se puede colaborar con Atades, en años anteriores se ha colaborado con otras entidades sociales.
