Al de las viviendas de uso turístico le sigue hoy un balance de una actividad similar, casi idéntica, y de la que resalta una curiosidad. Los hoteles de Marbella han visto muchos menos británicos de lo habitual. Mientras, en los otros alojamientos, son los clientes más numerosos junto con los españoles, como contábamos ayer mismo a esta hora.
Segunda curiosidad, ésta más sorprendente incluso que la primera: algunos establecimientos prefieren no colgar el cartel de completo; dejar un colchón de margen por si hay algún cliente insatisfecho con su habitación y quiera otra. Lo ven como una manera más de atraer ese turista de calidad, el que se gasta más. Más calidad en detrimento de la cantidad; la filosofía imperante ahora mismo en la ciudad que evita de paso la “turismofobia” que ataca en otros lugares.
Por lo demás, también, como en las viviendas de uso turístico, los números de agosto son mejores que los de julio y también se han quedado por debajo de la marca a batir, que en el caso de los hoteles sigue estando en 2019.