Se ha cerrado el círculo. La ciudad le devuelve todo lo que hizo por ella, en cumplimiento de su trabajo, sí, pero ahí está el resultado.
Porque se puede decir que gracias a él, Marbella abandonó un camino por el que se había metido hacía años y que no le llevaba a nada bueno. Los resultados los está pagando de hecho 16 años después. Son lo que han pasado desde que José Manuel Rando inició la investigación que desencadenaría en una operación policial y judicial contra la corrupción municipal sin precedentes en España.
Desde ayer oficialmente está al frente de la Comisaría. Sustituye a Enrique Lamelas que también formará parte de la historia de la ciudad por haber estado en el cargo siete años. No es que sea una barbaridad en sí, pero teniendo en cuenta los antecedentes, tiene su mérito. En los último quince ejercicios, por poner números redondos, han pasado por ese puesto y sin contar con Rando, seis comisarios. Quiten ahora esos siete que ha estado Lamelas, y sale una media de año y poco por cada uno de los otros.
Lo que sigue es obvio: continuará la tendencia ¿o volveremos a lo de antes?