El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado esta mañana las prioridades de la presidencia española de la Unión Europea (UE) que comienza el próximo 1 de julio.
Tras explicar que las principales áreas de acción serán la reindustrialización de la UE, el avance en la transición ecológica, la consolidación del pilar social y el refuerzo de la unidad europea, Pedro Sánchez ha respondido a las preguntas de los periodistas.
Los periodistas le han preguntado si ha consensuado con la oposición estos objetivos principales ante la inminente celebración de elecciones generales el 23 J y si hay algún protocolo para el posible relevo en el Gobierno de los asuntos concernientes a esta presidencia europea.
En ambos casos Sánchez ha rechazado responder a "preguntas de política doméstica" escudándose en que estamos en precampaña y en las advertencias de la junta Electoral Central
La reindustrialización, principal prioridad
El presidente del Gobierno ha afirmado que asume la presidencia de la UE con "gratitud", "humildad", "responsabilidad" y ambición", con el deseo de hacer e ella "un instrumento útil".
La asume, recordó, 13 años después de la última vez que le tocó a España; un período en el que, constató, se han sucedido la crisis financiera, el Brexit, la pandemia de covid y la guerra de Ucrania. Episodios en los que "muchos han augurado el debilitamiento del proyecto europeo" pero en los que "Europa ha sido más fuerte que todos ellos" y "hoy la unión está más fuerte que nunca".
Tas enumerar las cuatro prioridades de su presidencia, Sánchez se ha centrado en la que ha calificado como "la principal" prioridad, la citada reindustrialización, respecto a la que afirmó que "la apertura internacional ha sido un de los principales motores" de la UE, porque ha hecho a los europeos "más innovadores, más competitivos".
Sin embargo, también constató que la apertura ha tenido "consecuencias negativas" como la deslocalización de industrias y la "dependencia excesiva de terceros países" en temas como la salud (como las mascarillas), la energía, las tecnologías digitales y la alimentación. Ahora aseguró que existe una oportunidad de revertir esta tendencia, recuperar industrias perdidas y generar otra nuevas.
Por ejemplo, ante el "cambio tecnológico trascendental" que supone la inteligencia artificial. Ante ella, abogó por "un marco regulatorio adecuado" que "proteja nuestros derechos" y dé "una perspectiva humanista de la transformación digital". Para ello, se conjuró para trabajar en dos frentes: en expedientes para el desarrollo de industrias estratégicas en Europa y para diversificar las relaciones comerciales de la UE con terceros y sus cadenas de suministros.