La final de la Copa del Rey que debe disputarse este sábado podría vivir un giro sin precedentes si el Real Madrid decide llevar hasta las últimas consecuencias su enfado con el estamento arbitral. El club blanco ha cancelado su entrenamiento en La Cartuja, ha anulado su comparecencia en rueda de prensa y ha decidido no acudir a la tradicional cena oficial previa al partido. Todo esto, en protesta por las declaraciones del árbitro principal, De Burgos Bengoetxea, y del VAR, González Fuertes, que han avivado la tensión con el club blanco.
¿Qué pasa si el Real Madrid no decide jugar?
Pero, ¿qué pasaría si finalmente el Madrid no se presenta al partido? Según el artículo 80 del Código Disciplinario de la RFEF, si un equipo no comparece a un encuentro oficial o se retira de la competición, pierde automáticamente la eliminatoria. En este caso, se aplicaría una excepción específica: al tratarse de una final, el equipo eliminado por el infractor, es decir, la Real Sociedad, tendría derecho a disputar el partido por el título. "Siendo la competición por eliminatorias se considerará perdida para el incomparecido o retirado la fase de que se trate, y si se produjese en el partido final éste se disputará entre el otro finalista y el que fue eliminado por el infractor", dice el texto.
Además, el club infractor no podrá participar en la próxima edición del torneo y se le impondrá una multa que puede alcanzar los 12.021 euros. Si fuera su segunda incomparecencia en la temporada, el castigo sería aún mayor: exclusión de la competición, descenso de categoría y veto para ascender durante una temporada
El precedente sería histórico y supondría un terremoto en el fútbol español. Aunque desde el entorno del club no se ha confirmado oficialmente que vayan a ausentarse del encuentro, la tensión continúa aumentando con cada hora que pasa. Mientras tanto, la Federación mantiene al mismo equipo arbitral designado para el duelo.
El Barcelona no se presentó en la Supercopa
El precedente más similar ocurrió en septiembre del año 2000, cuando el FC Barcelona no se presentó al partido de vuelta de la Supercopa de España frente al Espanyol. El club blaugrana alegó que apenas contaba con jugadores disponibles tras el parón de selecciones y solicitó el aplazamiento, pero la RFEF lo denegó. En señal de protesta, el Barça decidió no presentarse al encuentro, que debía disputarse en el Estadio Olímpico de Montjuïc.
Como consecuencia, el Espanyol fue proclamado automáticamente campeón. Además, el Barcelona fue sancionado con una multa económica de más de un millón de pesetas y con la inhabilitación para disputar la Supercopa durante dos años, aunque esta última fue posteriormente recurrida. Aquel caso sirve hoy como referencia jurídica si el Real Madrid decidiera dar un paso similar en la final de Copa.