Sin perder ni un solo partido. Sin freno. Sin dejar opción a la sorpresa. Y como líder destacado. Así llega el Barcelona al Clásico. A 11 puntos del Real Madrid, con la posibilidad de dejar a los blancos a 14 y de que el rival más peligroso según la historia de la Liga se quede casi sin alternativas para el título. En un partido completo y serio, los de Valverde han derrotado por 4-0 al Deportivo gracias a los dobletes de Luis Suárez y de Paulinho.
Pero, como siempre, fue Messi el que dirigió la sinfonía azulgrana. Costó arrancar la melodía, con un conjunto gallego respondón y bien ordenado atrás que cortaba toda ofensiva local. Los de Cristóbal Parralo, aunque lo intentaron, mostraban claras carencias en ataque. Sin demasiada imaginación, y con casi ninguna mordiente, Ter Stegen no tuvo nada que hacer. Ni Lucas ni Adrián probaron fortuna, y el tiro desde 50 metros de Guilherme no sorprendió ni mucho menos al siempre seguro meta alemán.
El Barcelona eso sí no se encontraba cómodo, o no muy cómodo. Con la salida de Alcácer por lesión, y la entrada de Aleix Vidal, Messi hizo de Messi. Hizo de '10', de líder con el balón y en el campo. Y aunque no marcarse en el primer acto, hizo que el resto sí lo hiciera. El argentino, listo, se infiltró en la defensa del Depor cuando esta salía tras un balón parado y, generoso, le cedió el cuero a Luis Suárez para que sin portero hiciera el 0-1. Para que los de La Coruña comenzaran con su capitulación.
Porque los culés comenzaron a estar finos, y con ganas de verticalidad. Messi siguió a lo suyo, y una gran jugada de las típicas que hace partido tras partido terminó en el poste con un posterior remate a placer de Paulinho para el segundo. El tercero podía, podría, debía o debería haber subido al luminoso antes del descanso, pero solo el 'ojo de halcón' puede dirimir si la rabona de Suárez entró o no entró del todo.
Sí entró en su siguiente tentativa. Y cómo para que no marcara el charrúa tras el centro de Sergi Roberto. Desde la derecha, de primeras, la puso tensa entre Rubén y la zaga coruñesa para que el uruguayo, al primer toque, enganchara la bola para batir otra vez al arquero visitante. Partido resuelto, si es que antes no lo estaba ya, y a pensar en el Clásico.
Tiene que tener ganas Messi de que llegue, porque aunque fue él quien dirigió los ataques culés el gol se le estaba resistiendo. Dos tiros al palo, y un penalti bien tirado y bien adivinado por Rubén. Penalti claro, como claro fue también otro sobre Luis Suárez que Mateu no pitó. Pero no, no era el día del argentino en cuanto a la portería contraria se refiere. Paulinho, por contra, anotó casi sin querer el 4-0 después de un rechazo del poste a tiro de Jordi Alba.