FESTIVAL DE CANNES 2022

'Holy Spider', el thriller sobre "una sociedad asesina en serie" con hechuras de Palma de Oro

El director Ali Abbasi regresa al festival tras 'Border' para contar el caso de un asesino en serie que, en torno al año 2000, mató a una quincena de prostitutas para purificar su ciudad | Más cine y series, en Kinótico

David Martos

Cannes | 24.05.2022 08:22

Fotograma de la película 'Holy Spider', de Ali Abbasi, que compite por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2022
Fotograma de la película 'Holy Spider', de Ali Abbasi, que compite por la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2022 | ONDA CERO

La Palma de Oro suele ser esquiva con los thrillers. Solo muy recientemente el máximo premio del Festival de Cannes ha comenzado a recaer en las comedias [negras, inusuales comedias, como ‘The Square’ o ‘Parásitos’], pero básicamente sigue siendo un territorio para los dramas. Y la sección oficial de la que emana el palmarés suele ser un reflejo ampliado del mismo. Todavía se recuerda el efecto purificador que provocaron las risotadas del público que veía por primera vez ‘Relatos salvajes’ en 2014, una comedia más o menos abierta en la competición oficial. En la selección de 2022 hay una extraña concentración de thrillers [también inusuales] que podrían aspirar a la Palma de Oro.

Podríamos citar ‘Decision to leave’, del surcoreano Park Chan-wook, la historia de cómo un detective que investiga un asesinato cae en la espiral hipnótica que dibuja la viuda de la víctima; podríamos hablar también de ‘Boy from heaven’, un falso thriller religioso de Tarik Saleh en el que se denuncian [o quizá no tanto] las relaciones entre Iglesia y Estado que se entretejen en Egipto; pero quizá el thriller más redondo de la competición oficial de Cannes en 2022 -hasta el momento-, aunque la obra de Park sea visualmente incuestionable y la de Saleh muy novedosa por su ángulo, sea ‘Holy Spider’, la nueva película del director iraní -nacionalizado danés- Ali Abbasi, que regresa al festival después del inmenso éxito de ‘Border’.

La película está inspirada en un asesino en serie que, entre 2000 y 2001, mató a más de una quincena de prostitutas en la ciudad de Mashhad porque tenía la intención de purificar las calles. Hace unos años se rodó un documental sobre el caso, y ahora Abbasi regresa sobre él desde el terreno de la ficción. “No soy un gran fan de los asesinos en serie ni de las películas sobre ellos”, decía ayer en rueda de prensa, “pero el caso empezó a resultarme interesante cuando un cierto segmento de la sociedad empezó a hablar de este tipo como de un héroe desprendido. Era algo más que la historia de un tipo que mataba mujeres, era la historia de una sociedad convertida en asesina en serie”.

La cinta no pudo rodarse en Irán

‘Holy Spider’ no escatima información al espectador. En todo momento acompañamos al asesino, que recorre las calles de noche con su motocicleta, monta en ellas a prostitutas que encuentra en plazas silenciosas… las lleva a casa, las ahoga y después hace desaparecer los cadáveres. Y a la vez recorremos el camino de la investigación junto a una periodista -interpretada magníficamente por Zar Amir-Ebrahimi- que se obsesiona con hacer justicia a esas mujeres que, según apuntaba el director, “se casan a los 14, tienen dos hijos a los 23, y toman tantas drogas que a los 35 ya no tienen dientes”. Y durante esa investigación traslada a la pantalla todas las dificultades que las mujeres iraníes viven en su día a día.

“Intenté rodar la película en Irán”, relataba Abbasi, que finalmente tuvo que utilizar escenarios de Jordania. “Fui a hablar con el Ministro de Cultura y Guía Islámica, tomé una taza de té con él [como se suele decir], le di el guión… y estaba listo para hacer concesiones en el marco de la censura iraní. No la apruebo, se lo dije, pero pensé que podría darme una sensación de realidad rodar sobre el terreno. Me dijo que era un honor que volviera al país después de ‘Border’, y que me respondería. Un año después me pidió que fuera a tomar otra taza de té con él… para decirme que no. Hoy sigo pensando que no hay nada en la película que sea controvertido. Hay bastantes evidencias de que los iraníes practican el sexo y de que existe la prostitución”.

No sabemos si este será el año en que la Palma de Oro recaiga en un thriller [sobre todo en este, con hechuras de análisis sociológico] pero sí parece evidente que el monolito de los dramas en la sección oficial se está resquebrajando. Ahora solo falta que acabe de desmoronarse otro monolito: el de los nombres consagrados.