Niños reclutados como soldados o niñas atrapadas en el matrimonio forzado son dos de las realidades que van en aumento con la aparición de la Covid19. Según ONGs como World Visión, la pandemia ha provocado que los niveles de pobreza se incrementen en países como Sudán del Sur, Yemen o Nigeria. Muchas familias optan por autorizar que los grupos armados recluten a los menores para recibir a cambio alimentos o recursos económicos.
Sin embargo, en otra latitud, en Centroamérica, comprobamos que países como Nicaragua muestran severas flaquezas en el cumplimiento de los derechos humanos. Tanto es así que se han convertido en uno de los lugares de máximo nivel de preocupación para Amnistía Internacional por las acciones de un gobierno que hostiga, sin clemencia, a activistas, periodistas y políticos por reivindicar un mayor nivel de libertad y democracia.
Y, un poco más al sur, en Perú, la organización local Orpio y Survival Internacional exigen al gobierno del país andino que proteja de manera urgente a los pueblos indígenas no contactados. Advierte que incumplir la actual Ley puede derivar en la extinción de estos pueblos centenarios.
Al cierre, música de Ben Okafor, cantante de reggae nigeriano y activista contra el uso de los niños soldado.