Anna Yerra ha dicho en el Parlament que "hay que poner fin a la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar en castellano a cualquier persona que, por su aspecto físico o por su nombre no parece catalana". Ser catalán es muy difícil porque hay que hacer muchas cosas.
Ahora, si ves a un español hay que hablarle catalán para que se fastidie mucho por español y por feo y por bestia con forma humana. ¡Pero señora! ¿Qué es parecer extranjero? ¿Y sobre todo, qué es parecer catalán? ¿Parecerse a Torra, a Marhuenda? A Pujol ¿el defensa o el 'honorabla'?
Los nativos catalanes, dice, y yo me acuerdo de Copito de Nieve y del negro de Banyoles. Al independentismo se le escapan estas cositas de vez en cuando que da gusto oírlas y se le ve el cartón de la xenofobia, el racismo, la superioridad y se arrima al fascismo más que un adolescente en un banco.
Pero es que además es muy español, porque los españolazos siempre hemos sabido que a una persona para que te entienda no hay que hablarle en su lengua... Basta con hablarle alto.