Abelardo nos recibe desde el hotel, en el que se encuentra a la espera de encontrar una vivienda, que le permita empezar a llevar cuanto antes una vida normal. Allí ha podido ver a su Barça, que ha logrado clasificarse para la final de la Supercopa de España.
De su nuevo reto dice que "sé a lo que vengo, somos un equipo humilde pero lleno de orgullo y la verdad que lo conozco muy bien tanto como jugador y como entrenador". Eso sí, tiene muy claro que "en el fútbol milagros no existen y detrás tienen una plantilla extraordinaria como la que yo me encontré en el Alavés".
A su juicio, "tenemos que ser un equipo incómodo y tener claro que podemos dar guerra a cualquiera".
Durante su tiempo de parón, explica que "prácticamente me he visto todos los partidos". En su staff, continúa Hervás, al que tuvo en el Espanyol, y "he traído a gente de mi confianza y mantengo a muchos que estaban en el cuerpo técnico del Alavés". Abelardo reconoce que "entre estar parado o no estarlo, yo por ejemplo lo paso peor entrenando
Abelardo considera "un gran entrenador" a su antecesor, Pablo Machín. Comenta que "en España hay grandes entrenadores y me siento un privilegiado de poder seguir entrenando en España".