Más de 100.000 espectadores abarrotaron las gradas del Camp Nou en la celebración de la Champions conquistada en Wembley, una fiesta breve, en la que sólo se dirigieron a los espectadores ocho futbolistas y que finalizó con un espectáculo piromusical.
Carles Puyol pidió a los aficionados que lo celebren porque "cuesta mucho" ganar estos títulos y Xavi Hernández, uno de los más destacados en la final de ayer, ha recordado que este equipo "es cojonudo". "Siempre me he sentido orgullosos de ser culé y de ser catalán, ahora más que nunca", dijo.
Había tanta densidad de espectadores que se rompieron vallas en los accesos y los últimos aficionados en llegar al estadio tuvieron que ubicarse en el tercer graderío y buena parte de ellos ya no tenían localidad y tuvieron que ocupar los pasillos o, incluso, ver la fiesta de pie.
La fiesta finalizó con el canto 'a capella' del himno del Barça. Acabada la temporada, el barcelonismo ya piensa en el próximo ejercicio con unos cuantos retos ya en el mes de agosto como la Supercopa de España (ante el Real Madrid) o la Supercopa de Europa (frente al Oporto)