La relación entre genialidad y trastornos mentales ha fascinado a la humanidad desde tiempos de Aristóteles, quien afirmaba que "no hay ninguna mente genial que no tenga un punto de locura". Sin embargo, la neurociencia moderna cuestiona esta asociación tan arraigada en el imaginario colectivo, según explica el médico especialista en neurociencia Mario de la Piedra en 'Por Fin'.
"Hay mucha evidencia que señala que el tener una enfermedad mental no hace que ejerzas una carrera artística. Eso es un poco un mito", afirmó De la Piedra al presentar su libro "Mentes geniales", donde analiza los trastornos que padecieron grandes creadores como Dostoyevski, Van Gogh o Frida Kahlo.
El especialista explica que la creatividad es "la capacidad de tener ideas novedosas, de relacionar campos distintos", y aunque reconoce que ciertas condiciones como la esquizofrenia o el TDAH pueden generar conexiones mentales inusuales, sostiene que los grandes artistas triunfaron "no gracias a la patología, sino a pesar de la patología".
Uno de los casos más interesantes que aborda es el de Dostoyevski, cuya epilepsia le provocaba experiencias místicas que influyeron en toda su obra literaria. "Al activarse estas neuronas uno tiene estas sensaciones místicas, estas sensaciones de grandeza", explica.
Sobre la diferencia entre el cerebro común y el de un genio, De la Piedra desmitifica: "Cuando muere Albert Einstein en el 55, toman su cerebro y lo diseccionan. No se encontraron mayores diferencias". Lo determinante, según el experto, es "esa obsesión, esa disciplina y vocación" que caracteriza a los grandes creadores.
El autor concluye que el arte también funciona como mecanismo de sanación: "El arte es una forma de sanar ese dolor", ejemplificando con Frida Kahlo, quien utilizó la pintura como herramienta "para atravesar y entender ese dolor y para salir adelante".