EN POR FIN NO ES LUNES

Punta Norte: La vida del capitán Moore

Tom Moore tenía la idea de recaudar mil libras -si había suertepara entregarlas a la sanidad pública británica en tiempos del coronavirus. Su propósito ya ha supuesto una recaudación de más de 33 millones de libras. Más de un millón de personas han hecho su aportación. Y esta semana se ha sabido que la reina Isabel II le va a designar caballero de honor.

Javier Cancho

Madrid |

Ha vuelto a ser un héroe y sin coger ningún fusil. Lo es en el Reino Unido por varios motivos. Por la inyección millonaria que su gesto ha supuesto para la sanidad pública, una sanidad pública artrítica, reumática -allí- en las Islas Británicas donde también hubo -digamos- otras prioridades financieras. Es un héroe en su país por el dinero obtenido, pero -sobre todo- por el ánimo insuflado. Por su actitud. Es un ejemplo en su país y lo es para el mundo entero.

Tom Moore acaba de cumplir cien años. Cuando tenía veinte, fue reclutado en el 8º Batallón, del regimiento del duque de Wellington. Transcurría 1940, acababa de comenzar la Segunda Guerra Mundial. Un año más tarde es transferido al 9º Batallón, destinado en la India. Inicialmente, Moore, fue enviado a Bombay y posteriormente a Calcuta. Meses más tarde, como parte del Decimocuarto Ejército, el llamado "Ejército Olvidado", Tom Moore, ya como capitán, sirvió en Birmania occidental, donde sobrevivió a la fiebre del dengue. Y a los combates directos con las fuerzas del Japón Imperial. En Birmania participó en el asalto anfibio a un lugar llamado Arakan.

Muchos de sus compañeros cayeron en aquellas playas. La misión consistía en recapturar la ubicación, que habían ocupado los japoneses en el 42, antes de continuar con su escuadrón hacia la ciudad Rangoon.

Aquellos combates fueron cruentos, aunque tuvieran después menos atención por parte de la industria cinematográfica que otros frentes más mediáticos. Moore combatió en la primera línea del frente de Birmania. Lo hizo durante casi tres años.

El regimiento al que Moore pertenecía participó en la Batalla de la Isla Ramree. Lo que pasó en esa isla puede considerarse una de las historia más terroríficas y al mismo tiempo más desconocidas de la Segunda Guerra Mundial.

Han pasado 75 años de aquellos acontecimientos, 75 años desde la batalla de Ramree y a pesar del tiempo transcurrido la humanidad sigue teniendo mucho por aprender. Entre lo más importante está en la empatía, o algo tan poco valorado como la ética…la ética personal, la que podemos ejercer cada uno de nosotros en cada una de nuestras decisiones. Su caso demuestra la importancia de los gestos, la importancia de la actitud. También la importancia de la sanidad pública.