OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "¿Y si Trump no llegara a tomar posesión de la presidencia?

Si para el yihadismo todo el que no siga con fervorosa disciplina las directrices del califa Bagdadi es un infiel, si los musulmanes que no comulgan con el fanatismo son considerados infieles, qué no van a ser los cristianos. Los cristianos que acuden un domingo a la catedral de El Cairo a celebrar sus oficios religiosos.

Una mujer entró en la iglesia de San Pedro y San Pablo, pegada a la catedral, dejó una bolsa y se marchó. Eso han contado los supervivientes. Dentro había doce kilos de explosivo.

25 asesinados. 50 heridos. Nadie se ha atribuido la matanza, aunque la investigación apunta a los sospechosos habituales. Daesh en su filial egipcia, una organización llamada "Determinación".

Las sucursales del Daesh golpean con bombas y coches bomba mientras la milicia de Daesh, los combatientes militarizados de Al Bagdadi, siguen plantando cara en Mosul y tratan de recuperar terreno en Siria: otra vez están disputando el control de Palmira.

Menos mal que ahora llega Donald Trump y va a solucionar todo esto en dos patadas. Eso tiene prometido: que desaparecerán muy rápido. Luego ya, cuando se le piden detalles sobre su plan perfecto la cosa se complica, porque primero dijo que la OTAN debía involucrarse en la guerra terrestre en Iraq y Siria, después que lanzaría una operación sorpresa con 30.000 estadounidenses sobre el terreno, más tarde que hay que apoyar al régimen sirio y a Rusia porque son ellos quienes están combatiendo al Daesh —-los métodos se dan por buenos— y, por último, que la clave es la guerra cibernética porque es internet donde Estado Islámico nos está ganando la partida.

El gobierno Obama, según Trump, ha sido blando y ahora las cosas van a cambiar porque llega el sheriff a la Casa Blanca. Paciencia, infieles del mundo, víctimas potenciales del yihadismo que somos todos, paciencia porque esto ya se está acabando. El veinte de enero empieza a mandar Trump y podremos comprobar lo fácil que, en realidad, era todo.

¿Y si Trump no llegara a tomar posesión de la presidencia de los Estados Unidos? ¿Y si pasara algo, de aquí al 20 de enero, que provocara un terremoto político en aquel país?

El principal animador de este suspense para seis semanas es el cineasta Michael Moore, el activista, el izquierdista, el provocador, que ha encontrado en Trump un impulso para resucitar mediáticamente. ¿Por qué? Porque un mes antes de las elecciones pronosticó que, pese a lo que dijeran todas las encuestas, Trump iba a ganar las presidenciales. Sus fans lo tomaron como un forma de hacerse notar, pero luego llegaron las elecciones y el tipo acertó: ganó un activista tan showman, tan provocador y tan celebrity como él. La mañana en que contamos aquí la victoria de Trump alguien comentó: "Ha ganado Michael Moore".

Ahora Moore ha hecho otra declaración a lo pulpo Paul. "Aun podría ocurrir", ha dicho, "que Trump no tomara posesión".

Quedan seis semana y puede pasar algo. Los que aún confían en que Trump no llegue a ser presidente del todo se están encomendando a Hamilton. No el musical de Broadway, sino la figura real en que se inspira: Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de la nación. Que en su defensa de la elección indirecta del presidente sostenía que los integrantes del colegio electoral, los delegados, debían escoger a quien creyeran más indicado para la presidencia independientemente de cuántos votos hubiera obtenido cada uno. Lo llamó la válvula de seguridad contra locos y autoritarios. O expresado en términos que hoy resultarían impopulares, dejar en manos de los delegados la tecla para corregir el error del pueblo, la ciudadanía, la Gente.

¿Podemos llegar a ver a los delegados eligiendo a Hillary? No parece. Aunque técnicamente sea posible.

¿Podría ocurrir algo que, como dice Michael Moore, cambie todo?

¿Cuál podría ser ese algo?

Lo más parecido que hay, de momento, es la mano rusa. Putin enredando para ayudar a su amigo Trump.

En octubre ya dijo el director del servicio de inteligencia estadounidense que Rusia estaba detrás del ciberasalto a servidores del Partido Demócrata que permitió acceder a correos confidenciales y pasárselos a Wikileaks para que los difundiera. Lo que añade ahora la CIA, en información reservada al Senado, son dos cosas: la autoría de la operación, personas próximas al gobierno Putin, y el móvil: perjudicar a Hillary y mejorar las opciones de Trump.

Trump ha dicho que es urgente relevar a los responsables de la CIA porque todo esto es ridículo.

Pero hay senadores de los dos partidos que quieren que esto se investigue a fondo porque consideran probado que Putin intentó ayudar a Trump y sostienen que, si consiguió meter la mano, eso pone bajo sospecha el resultado. Hay senadores, pocos, del Partido Republicado. Uno de ellos, el veterano John McCain, el más crítico de los republicanos contra Donald Trump.

Investigar porque está en juego el crédito del sistema político estadounidense. Tic tac tic tac, que diría Pablo Iglesias. Cuenta atrás para la ceremonia inaugural del 20 de enero. A día de hoy, sigue convocada. Y sigue siendo presidente electo el señor Trump.