El 20 de octubre de 2011 la organización terrorista ETA, responsable de 864 asesinatos y más de 7.000 heridos entre 1968 y 2010, anunciaba mediante un comunicado que renunciaba definitivamente a la lucha armada. Diez años después de este histórico momento, en 'Más de uno' hemos decidido realizar el programa desde el barrio de Aluche (Madrid)donde un 17 de octubre de 1991, ETA cometió varios atentados, entre ellos contra Irene Villa y su madre, María Jesús González.
Agustín, conserje testigo del atentado a Irene Villa
Hace 30 años Agustín era el conserje de una casa de la calle Camarena en el barrio de Aluche, en Madrid. Una mañana de octubre, concretamente el 17 de octubre de 1991, estaba barriendo el portal cuando escuchó una explosión. Se trataba de una bomba lapa que la banda terrorista ETA había puesto en el coche de María Jesús González, que trabajaba en la comisaría de Los Cármenes.
María Jesús cogía el coche para llevar al instituto a su hija, Irene Villa. Con aquella explosión ambas fueron heridas de gravedad; Irene perdió las dos piernas y su madre una pierna y un brazo.
Agustín recuerda hoy emocionado cómo salió corriendo a la calle para intentar socorrerlas. De hecho, sale en las fotografías de aquel día con el mono de trabajo puesto. En ese momento, muchos periodistas y fotógrafos fueron a hablar con él, pero se negó a hablar: “Déjenme en paz que no quiero saber nada más de todo esto”.
Después del atentado, cuenta, estuvo mucho tiempo sin hablar de lo ocurrido: "Lo pasé muy mal, no quise hablar con nadie, he estado muchos años callado". Muchos años después se lo contó a su nieto Diego, que ahora tiene 20 años, y alucina cómo algo así pudo suceder en este barrio donde hace su vida.
"En el barrio, tras el atentado, todo el mundo miraba los bajos de sus coches"
A tan sólo unos metros del lugar de la explosión está la farmacia de Mercedes. Allí entraban periodistas y policías para poder utilizar el teléfono. “Fue una semana de locura, hubo mucho miedo durante mucho tiempo”, dice Mercedes. Después de la bomba, recuerda que “todo el mundo miraba los bajos al coger el coche, fue un síndrome que se les quedó aunque no tuvieran nada que ver con la policía o militares”.
Miedo y tristeza porque los asesinados eran ciudadanos de a pie
Mari Carmen es profesora del colegio infantil cercano a la explosión. Allí, aquella mañana de octubre, ya estaban algunos niños. Por suerte, la bomba explotó antes de que la mayoría de niños entrasen a clases, “fue menos de lo que pudo haber sido”, cuenta aliviada. Aquel momento, “todo el mundo lo vivió con mucho miedo y mucha tristeza porque todos eran ciudadanos de a pie”, recuerda Mari Carmen.
Sémper y Madina explican a los jóvenes el terror de ETA
En este lugar quedamos con Borja Sémper y Edu Madina, dos vascos que de jóvenes empezaron a interesarse por la política, a sabiendas de que eso, en el País Vasco, suponía convertirse en posible objetivo de ETA. Años después, a Eduardo Madina le pusieron una bomba lapa en el coche que le dejó malherido, a Borja Sémper tenían planeado matarle y se libró por poco. Los dos han escrito el libro 'Todos los futuros perdidos' donde relatan sus experiencias y reflexiones diez años después de que ETA anunciase su fin.
Para hablar, recordar y enseñar lo que fue ETA y cómo hirió a toda la sociedad española, junto a Sémper y Madina está un grupo de adolescentes que han tenido la suerte de crecer en un país sin terrorismo. Durante la conversación, Mario, un joven de 15 años, se muestra sorprendido por cómo Sémper y Madina relatan en el libro la indiferencia que parte de la sociedad vasca sentía sobre los atentados.
¿Es el miedo el que lleva a parte de la sociedad a bloquearse y no responder ante el terrorismo?
Sobre esto, Madina hace hincapié en la importancia de implicarse y tomar partido con las injusticias. En aquella época, "hubo mucha gente que decidió que aquellos atentados no iban con ellos, que decidieron que ocurrían muy lejos de Euskadi aunque pasasen en su misma calle", sostiene Madina.
Después de tanto tiempo, sigue preguntándose: "¿Es el miedo el que lo explica todo? ¿Es el miedo el que lleva a parte de la sociedad a bloquearse ya no responder?" A pesar de no haber obtenido respuesta, Madina insiste en que "hay que dar la cara, porque cuando suenan palabras contra otros normalmente no tardan mucho en sonar contra nosotros".
"No te mata ETA, te mata la rutina"
Sémper recuerda cómo quienes estaban amenazados tenían que extremar las precauciones para evitar ser asesinados por ETA. En aquel momento, era muy repetida la frase: "No te mata ETA, te mata la rutina", puesto que si repetían diariamente los mismos movimientos, los etarras podían atacarles más fácilmente. "Se trata de a ver quién se lo pone más difícil, porque el que lo ponga más fácil, caerá", cuenta Sémper.
Jon Viar cuenta en 'Traidores' la historia de su padre que quiso abandonar ETA
Junto a Borja Sémper y Edu Madina, Jon Viar, cineasta y dramaturgo, explica la historia de su padre,Iñaki Viar, condenado a 20 años de prisión por el régimen franquista por su participación, como miembro de ETA, en un atentado con bomba contra la Bolsa de Bilbao a finales de los años 60. Años después, cuando decidió abandonar ETA,Iñaki se convirtió en un traidor para la banda terrorista.
El actor, que a los ocho años descubrió que su padre había pertenecido a ETA, explica su historia y la de su familia en el documental 'Traidores'. Jon dice que en el documental narra que él siempre había sido un 'nerd' fascinado con el cine y que cuando descubrió la historia de su padre empezó a hacer preguntas.
Sobre cómo su padre le habló de ETA Jon asegura que "mi padre me dejo una cosa clara, que no hubo una ETA buena". "ETA no fue antifranquista, es la vuelta a las esencias de Sabino Arana", comenta.