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Qué sabemos de los gladiadores: los luchadores de la Antigua Roma

A lo largo de los años se han hecho eco películas taquilleras que hablaban sobre estas personas, como "Gladiator", pero ¿la ficción es fiel a la realidad? ¿Quiénes eran realmente estas personas? Para conocer más al respecto, contactamos con Trinidad Nogales, doctora en arqueología por la Universidad de Salamanca y con María Engracia Muñoz-Santos, Doctora en Arqueología y coautora junto a Fernando Lillo Redonet del libro "Gladiadores. Valor ante la muerte."

ondacero.es

Madrid |

El lunes pasado el National Geographic compartió la noticia de que en Roma, bajo una antigua basílica medieval construida en la Vía Latina se han encontrado una cabeza de una escultura romana del siglo II que estaba incrustada en los cimientos del edificio, sin embargo, está muy deteriorada, por lo que por el momento es imposible saber si ese rostro se corresponde con el de un Dios, un filósofo o un gladiador.

Los mitos de Hollywood

A lo largo de los años Hollywood ha hecho numerosas piezas cinematográficas hablando sobre este grupo, pero muchas cosas de las que cuentan no son tan similares a la realidad como pensamos. ¿Qué mitos nos han contado?

La decisión de los pulgares hacia arriba o hacia abajo, que era una decisión que se tomaba para decidir si un gladiador debía morir o no, no está constatada de suceder realmente, sino que es una hipótesis de Jerome (un pintor historicista del siglo 19) que surge a través de una traducción de la época en latín que dice "mover el pulgar". Por lo cual, nunca se sabe hacia dónde movían el pulgar hacia arriba, hacia abajo, hacia adentro, hacia afuera ni lo que significaba. Otra explicación muy plausible es que, al extender el pulgar, lo que se buscaba es que la daga entre en el cuerpo del vencido y al retraerlo (dejándolo metido en el puño) se dice que se quedase la daga guardada y te salvaba la vida.

También se suele pensar que son esclavos que viven en los sótanos del cuartel donde entrenan y esperan su siguiente combate, porque así nos lo han transmitido las películas, pero en realidad no todos lo eran. Había también hombres libres que luchaban porque les interesaba ganar dinero en un momento dado o porque simplemente les gustaba. Este último grupo se casaban, tenían hijos y vivían libres. Además, ser gladiador no era implícito en hombres, sino que hubo mujeres que también luchaban.

Otro aspecto equivocado es pensar que combatían contra los animales, porque eso corresponde con el nombre de Vengadores, que no son un tipo de gladiador, sino otro espectáculo que se realizaba totalmente diferente (dado que un gladiador siempre lucha contra otro gladiador, mientras que un vengador lucha contra un animal).

Cuando anunciaban espectáculos han quedado algunos documentos capaces de recoger información sobre los espectáculos, pero ninguno recogía como actuaba el público que iba a visionarlo. Por otro lado, gracias a numerosas fuentes podemos saber que estos duraban toda la jornada y que generaban el fervor de las masas, hasta el punto que tuvieron que cerrar de manera temporal el anfiteatro de Pompeya al realizarse una batalla campal, como pasa ahora en los estadios.

Los anfiteatros

En un inicio los espectáculos entre gladiadores se hacían en el foro, que posteriormente pasaron a hacerse en los circos y, debido al éxito que comenzaron a tener, se pasó a construir un edificio para combates: el anfiteatro.

Como su nombre indica, anfiteatro significa teatro doble. Es decir, si uno coge el plano de un teatro, hay una zona que es un semicírculo de un teatro; en estos edificios han decidido duplicarlo con la finalidad de que en el edificio se pudiera contemplar lo que ocurría desde cualquier punto de vista y sin ningún problema.

Gracias a todas las documentaciones recogidas por los historiadores, el Museo Arqueológico y Paleontológico de Alcalá de Henares ha elaborado la exposición ¡Hispano! Gladiadores en el Imperio romano,que muestra como eran estos espectáculos en los anfiteatros. Esta exposición descubre la verdadera historia de los gladiadores y muestra su armamento original. En ella hay en torno a unas 170 piezas, entre las que hay armas y defensas originales de Pompeya utilizadas por los luchadores (como cascos, grebas, puñales...). Todas ellas proceden de colecciones nacionales (como del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida) e italianas.