Ada Colau llegó a la alcaldía prometiendo que solo cumpliría las leyes que le parecieran justas y ahora cómo le va a decir a la "chavalada que arrasa su ciudad" que no haga lo mismo.
La educación sentimental de Colau está en el adoquín pero las suelas de sus zapatos pisan ahora la moqueta y eso la pone ahora en una condición endiablada aunque uno de sus concejales ha encontrado la solución al trastorno bipolar.
En una carta, Jordi Rabassa pide recuperar una normalidad que no es posible con las calles ocupadas intensivamente por las fuerzas policiales.