“Secesión o agencia tributaria”. Veinticuatro horas antes de tener delante a Mas para escuchar de su boca, se supone, la reclamación de un estado propio para Cataluña, el presidente del gobierno ha anticipado en el Congreso lo que mañana le dirá. Que, en resumen, viene a ser esto: 1. La financiación de Cataluña se puede revisar y mejorar, pero no ahora y no en los términos (pacto fiscal) que el gobierno catalán reclama. 2. Insistir con la independencia es un error y empecinarse no lleva a ningún sitio. Rajoy ha hecho este ensayo general en la sesión de control en el Congreso. Y se lo ha perdido, por cierto, Durán i Lleida, que no estaba presente en el Hemiciclo. Dices: pero si hoy no había ninguna manifestación. Ya, pero tendría otros motivos. Y es una pena, porque se ha perdido un entrañable ejemplo de hasta qué punto los debates en la Cámara consisten en insuperables diálogos de besugos, entiéndase sin ánimo de llamar besugo a ninguna de sus señorías. Un diálogo de besugos consiste en “de dónde vienes, manzanas traigo”. Yo te pregunto una cosa, tú me respondes a otra y yo replico a lo que pensaba que me ibas a decir aunque no lo hayas dicho. Los miércoles esto sucede a menudo. ¿Por qué? Porque las preguntas que se le van a formular al presidente del gobierno están presentadas por escrito y éste las conoce previamente para preparar (o para encargar que le preparen) la respuesta. Pero luego llega el día de autos y el diputado que pregunta introduce, por ejemplo, en su preámbulo una serie de consideraciones que no estaban en el texto y a las que el presidente no alude en la respuesta, también escrita, que le ha preparado su equipo. Dos muestras de hoy. Rosa Díez le tenía que preguntar a Rajoy por el Fondo de Liquidez Autonómica, pero dados los acontecimientos de los últimos días, reformuló su pregunta en estos términos: “qué hará el gobierno para evitar que el gobierno catalán utilice el dinero del Fondo de Liquidez para financiar la secesión”. Rajoy respondió, conforme a lo que tenía previsto, con una reflexión sobre la necesidad de sostener financieramente a las autonomías y no gastar más que lo que uno ingresa. Y sólo al final le dijo a Díez “no tenga usted ninguna preocupación”. A lo que ella replicó “sí que la tengo, sí, ya lo creo”. Segunda muestra, la intervención de Convergencia i Unió, que aquí la desarmonía entre preguntas y respuestas fue ya disparatada. El diputado Pere Macías se marca un introito en el que tasa en más de millón y medio de ciudadanos la manifestación del martes pasado y la atribuye a las deslealtades que ha sufrido Cataluña, incumplimientos presupuestarios y...el desaire (así lo ha llamado) del Tribunal Constitucional al Parlamento catalán al modificar parcialmente el Estatuto. Y le pregunta a Rajoy: “¿Todo lo que usted tiene que decir es que hay que cumplir la Constitución, no cree que hace falta algo más?” Era una forma de decirle: denos la razón, hombre, admita que algo habrá que hacer. A lo que Rajoy responde explicando que la pregunta que estaba prevista era: “qué piensa usted de la manifestación”, y que lo que él piensa es que hay que respetarla aunque se discrepe. Ya está. El diputado Macías, que ha escuchado al presidente decir que respeta pero no comparte, le dice entonces con tono firme: “Nadie puede dar lecciones a CiU sobre responsabilidad ante la crisis económica”. ¿Mande? ¿Quién ha hablado aquí de la crisis? Sigue el diputado, leyendo su folio: “Usted sabe que le hemos apoyado en sus reformas, luego no son de recibo ciertas advertencias”. Dices: he debido de sufrir un apagón mental momentáneo, porque esta parte del debate me la he perdido. No, no te la has perdido, es que el diputado suponía que Rajoy le diría en su primera respuesta lo que éste tenía reservado para la segunda: que la financiación puede mejorarse, pero no ahora, éste no es el momento para generar más problemas, etcétera. De modo que asistimos a un nuevo género parlamentario, que es la réplica preventiva, te respondo a lo que dices aunque aún no me lo hayas dicho. Brillante.
Para rematar la intervención, se reservaba el parlamentario Macías esta frase redonda a modo de estrambote: “Cada pueblo debe tener libertad para elegir su futuro. Lo ha dicho ¡Vicente del Bosque!” Guau. Aquí sí que a Rajoy le cambió la cara. Por el descoloque. A Rajoy y al resto de sus señorías: CiU citando a Del Bosque como fuente de autoridad, el seleccionador nacional de España como avalista del freedom Catalonia. Si Artur Mas quiere dar un golpe de efecto, debería plantarse mañana en la Moncloa con Del Bosque. Para que Rajoy le dijera: “¿Tú también, Vicente, tú también?” ¡Lo próximo es encontrarle alguna frase aprovechable a Mourinho!
Artur Mas ha hecho también hoy un tráiler. Anticipa que la reunión de mañana es decisiva y que le planteará al presidente lo del pacto fiscal y lo de las estructuras propias. De hecho hoy ha puesto la semillita de lo que él desearía que fuera la agencia tributaria propia: un convenio con las diputaciones para que colaboren en la recaudación de los impuestos. Ah, ¿pero es que pueden recaudarlos? No, esto es una cosa simbólica, como ha dicho el propio presidente catalán. Un ¡que no se enfríe la cosa, que no decaiga! Desde la Generalitat transmiten a los medios el mensaje de que mañana va a ser un día decisivo, todo o nada. A la espera de ver qué le dice Rajoy a Mas antes de dar nuevos pasos. Dado que Mas ya sabe lo que le va a decir, es altamente probable que tenga ya tomadas sus decisiones. La duda es si la primera de ellas será convocar elecciones anticipadas en Cataluña. Para saberlo habrá que esperar a próximos capítulos. Aunque es probable que lleguen pronto. Después de ver a Rajoy el señor Mas ha convocado reunión de su gobierno. No se sorprendan si mañana mismo se anunciara adelanto de elecciones en Cataluña. En Barcelona suena una fecha, 25 de noviembre. Dicho sea sin ánimo, después de tanto tráiler, de hacer spoilers.