La Hermandad de las Siete Palabras se declara desolada, víctima, ella también, de los mangantes. Le han preguntado al hermano mayor cuánto habrá de pagar el seguro, en cuánto pueden valorarse las piezas de plata robadas. Y destrozado ha dicho que estas piezas no estaban aseguradas, y que nunca se estableció un valor de mercado para ellas porque no existe mercado. Es tan poco probable que los ladrones vayan a vender las bambalinas y las águilas, que da por hecho la Hermandad (disgusto sobre disgusto), que nunca podrán recuperarse porque los cacos las fundirán para vender la plata. Siete palabras: no estaban aseguradas, no volveremos a verlas. La indignación entre los cofrades no alcanza a explicarse con palabras.
Hoy en Sevilla sólo se habla de las Siete Palabras y de los nueve puntos. Los nueve puntos y medio que le saca Arenas a Griñán, a dos meses de las elecciones en las que uno de los dos palma. El instituto demoscópico que depende de la universidad de Granada difundió hoy su encuesta pre electoral, aunque el trabajo de campo se hizo en diciembre. Y el resultado de la encuesta es que hoy la victoria del PP sería clara y holgada, 47 por ciento de los votos frente al 36 y medio del PSOE, rozando los populares la mayoría absoluta. “Y eso que se hizo en diciembre”, comentaba esta mañana un socialista andaluz, porque en diciembre aún no había empezado a tirar de su manta enguarrinada el chófer de Guerrero, el de los ERES; aún no se había publicado lo de las juergas y el mangoneo de las subvenciones infladas, el desvío de dinero público para pagar vicios privados. Claro que en el PP lo que decían es: “ojo, que esto se hizo en diciembre, cuando aún no habíamos subido los impuestos a los españoles”.
Que Arenas va por delante en la carrera, muy por delante, está fuera de duda. Muy malo tendría que ser para no ir en cabeza, teniendo en cuenta no sólo la mili que ya tiene en intentar ganar esta carrera, sino el penoso bagaje que lleva consigo el adversario, Pepe Griñán, debutante como cabeza de cartel, bastante menos conocido aún que Manuel Chaves, y líder (o más bien dirigente) de un partido cuarteado y dividido, salpicado por escándalos que han hecho mella y presidente de un gobierno cuya gestión no da para colgarse muchas medallas. A dos meses de las urnas, la situación financiera de la Junta está cercana a la asfixia, aunque la consejera de Hacienda sostenga que se van pagando las facturas razonablemente. Entiéndase que “razonablemente” significa, para el gobierno autonómico, en plazos similares a los del resto de las comunidades, o sea, con retrasos tan abultados que los proveedores se ven incapaces de aguantar su actividad con tantos servicios no cobrados y terminan cerrando.
Griñán llega a su reválida electoral con la economía estrangulada y con una tasa de paro (está a punto de salir la EPA de diciembre) que supera el treinta por ciento y confirma a Andalucía como la región con más desempleados (en relación con la población activa) de toda España. Cualquier otro dirigente político en una situación como ésta (economía hundida, paro desbocado, escándalos diversos, partido peleado) se daría por amortizado y empezaría a preparar su discurso de despedida para la noche de las elecciones. Por eso las siete palabras de los suyos a Arenas son: “o ganas ahora o es pa matarte”. Pero Andalucía lleva treinta años con el mismo partido en el poder y ese partido ha resistido a las crisis, al paro y a los follones internos. Es la última frontera. El colofón que Rajoy ansía para rematar su operación reconquista. Y por más que las encuestas anticipen cambio, hasta que no suceda nadie terminará de creérselo. Por eso está Arenas tan atento, y tan presente, en los debates que mantienen los ministros sobre el calendario de los ajustes y las subidas.
Por eso Montoro prefiere poner en circulación la idea ésta de meter en la cárcel al gobernante que se pase de presupuesto que seguir explicando los planes del gobierno para cumplir con el déficit público en caso de que, como parece, las previsiones de ingresos para este año (subida del IRPF incluida) se desplomen por la nueva recesión económica. El Fondo Monetario Internacional vuelve a rebajarnos la previsión para este año y para el próximo: ahora calcula que en 2012 decreceremos un 1,7 %,y en 2013, un 0,3. Dos años de caída económica, dos de recesión. Cada día que pasa el horizonte se nos pone más negro. Ahora que ya podemos colocar deuda pública en las subastas sin que los inversores nos saquen los higadillos, llega el FMI a diagnosticarnos recesión hasta 2014 y llegan las agencias de calificación a bajarnos la nota. Bueno, no sólo a bajárnosla, sino a añadir después que todavía han sido generosas porque, en la práctica, nuestra deuda pública es poco menos que bono basura. Busque otro nombre, oiga, que dicho así duele.
Las agencias dicen que hacen su trabajo, es verdad, pero no puede sorprenderles que estén los gobiernos europeos (a excepción del alemán, probablemente) hasta los mismísimos de sus evaluaciones y sus notas. Cansados del juego están todos, pero sólo en Italia le han mandado la policía a Standard and Poors a registrar sus oficinas para intentar meterles un puro en los juzgados. La bestia negra de esta agencia responde al nombre de Capistro, Carlo Maria Capistro, fiscal de Trani que investiga si las valoraciones contenidas en los informes difundidos en 2011 contenían juicios falsos o infundados para manipular el mercado. Es decir, si al bajar la nota a la banca italiana o a la deuda pública se basaba Standard and Poors en datos objetivos e interpretaciones sólidas, o buscaba conseguir un determinado efecto en los mercados. En otros palabras, y parafraseando a la propia agencia, si sus informes eran buenos o basura. Si prospera la investigación, y los cargos, Capistro será el nuevo héroe de los gobiernos europeos. A la altura del práctico del puerto de Livorno para los pasajeros del Costa Concordia. Bien es verdad que luego, si algún día Standard and Poors vuelve a subirles la nota, no podrán, en coherencia, sacar pecho y celebrarlo.
Afortunadamente hay cosas que sí funcionan...el carajillo Magno, por ejemplo. Sí, eso también. Funciona la feria de chismes electrónicos -móviles e inalámbricos- que cada año se celebra en Barcelona, el Mobile World Congress, cuyo tirón permanece pese a la crisis. Ya está reservado el setenta por ciento de las plazas hoteleras de Barcelona para la semana del 27 de febrero. Fabricantes y distribuidores consideran esta feria uno de los escaparates imprescindibles del sector, como lo es el CES, la feria de la electrónica de Las Vegas, cuyo tirón también sigue inalterado con el estreno de los últimos prototipos de televisores inteligentes.
Hoy en Sevilla sólo se habla de las Siete Palabras y de los nueve puntos. Los nueve puntos y medio que le saca Arenas a Griñán, a dos meses de las elecciones en las que uno de los dos palma. El instituto demoscópico que depende de la universidad de Granada difundió hoy su encuesta pre electoral, aunque el trabajo de campo se hizo en diciembre. Y el resultado de la encuesta es que hoy la victoria del PP sería clara y holgada, 47 por ciento de los votos frente al 36 y medio del PSOE, rozando los populares la mayoría absoluta. “Y eso que se hizo en diciembre”, comentaba esta mañana un socialista andaluz, porque en diciembre aún no había empezado a tirar de su manta enguarrinada el chófer de Guerrero, el de los ERES; aún no se había publicado lo de las juergas y el mangoneo de las subvenciones infladas, el desvío de dinero público para pagar vicios privados. Claro que en el PP lo que decían es: “ojo, que esto se hizo en diciembre, cuando aún no habíamos subido los impuestos a los españoles”.
Que Arenas va por delante en la carrera, muy por delante, está fuera de duda. Muy malo tendría que ser para no ir en cabeza, teniendo en cuenta no sólo la mili que ya tiene en intentar ganar esta carrera, sino el penoso bagaje que lleva consigo el adversario, Pepe Griñán, debutante como cabeza de cartel, bastante menos conocido aún que Manuel Chaves, y líder (o más bien dirigente) de un partido cuarteado y dividido, salpicado por escándalos que han hecho mella y presidente de un gobierno cuya gestión no da para colgarse muchas medallas. A dos meses de las urnas, la situación financiera de la Junta está cercana a la asfixia, aunque la consejera de Hacienda sostenga que se van pagando las facturas razonablemente. Entiéndase que “razonablemente” significa, para el gobierno autonómico, en plazos similares a los del resto de las comunidades, o sea, con retrasos tan abultados que los proveedores se ven incapaces de aguantar su actividad con tantos servicios no cobrados y terminan cerrando.
Griñán llega a su reválida electoral con la economía estrangulada y con una tasa de paro (está a punto de salir la EPA de diciembre) que supera el treinta por ciento y confirma a Andalucía como la región con más desempleados (en relación con la población activa) de toda España. Cualquier otro dirigente político en una situación como ésta (economía hundida, paro desbocado, escándalos diversos, partido peleado) se daría por amortizado y empezaría a preparar su discurso de despedida para la noche de las elecciones. Por eso las siete palabras de los suyos a Arenas son: “o ganas ahora o es pa matarte”. Pero Andalucía lleva treinta años con el mismo partido en el poder y ese partido ha resistido a las crisis, al paro y a los follones internos. Es la última frontera. El colofón que Rajoy ansía para rematar su operación reconquista. Y por más que las encuestas anticipen cambio, hasta que no suceda nadie terminará de creérselo. Por eso está Arenas tan atento, y tan presente, en los debates que mantienen los ministros sobre el calendario de los ajustes y las subidas.
Por eso Montoro prefiere poner en circulación la idea ésta de meter en la cárcel al gobernante que se pase de presupuesto que seguir explicando los planes del gobierno para cumplir con el déficit público en caso de que, como parece, las previsiones de ingresos para este año (subida del IRPF incluida) se desplomen por la nueva recesión económica. El Fondo Monetario Internacional vuelve a rebajarnos la previsión para este año y para el próximo: ahora calcula que en 2012 decreceremos un 1,7 %,y en 2013, un 0,3. Dos años de caída económica, dos de recesión. Cada día que pasa el horizonte se nos pone más negro. Ahora que ya podemos colocar deuda pública en las subastas sin que los inversores nos saquen los higadillos, llega el FMI a diagnosticarnos recesión hasta 2014 y llegan las agencias de calificación a bajarnos la nota. Bueno, no sólo a bajárnosla, sino a añadir después que todavía han sido generosas porque, en la práctica, nuestra deuda pública es poco menos que bono basura. Busque otro nombre, oiga, que dicho así duele.
Las agencias dicen que hacen su trabajo, es verdad, pero no puede sorprenderles que estén los gobiernos europeos (a excepción del alemán, probablemente) hasta los mismísimos de sus evaluaciones y sus notas. Cansados del juego están todos, pero sólo en Italia le han mandado la policía a Standard and Poors a registrar sus oficinas para intentar meterles un puro en los juzgados. La bestia negra de esta agencia responde al nombre de Capistro, Carlo Maria Capistro, fiscal de Trani que investiga si las valoraciones contenidas en los informes difundidos en 2011 contenían juicios falsos o infundados para manipular el mercado. Es decir, si al bajar la nota a la banca italiana o a la deuda pública se basaba Standard and Poors en datos objetivos e interpretaciones sólidas, o buscaba conseguir un determinado efecto en los mercados. En otros palabras, y parafraseando a la propia agencia, si sus informes eran buenos o basura. Si prospera la investigación, y los cargos, Capistro será el nuevo héroe de los gobiernos europeos. A la altura del práctico del puerto de Livorno para los pasajeros del Costa Concordia. Bien es verdad que luego, si algún día Standard and Poors vuelve a subirles la nota, no podrán, en coherencia, sacar pecho y celebrarlo.
Afortunadamente hay cosas que sí funcionan...el carajillo Magno, por ejemplo. Sí, eso también. Funciona la feria de chismes electrónicos -móviles e inalámbricos- que cada año se celebra en Barcelona, el Mobile World Congress, cuyo tirón permanece pese a la crisis. Ya está reservado el setenta por ciento de las plazas hoteleras de Barcelona para la semana del 27 de febrero. Fabricantes y distribuidores consideran esta feria uno de los escaparates imprescindibles del sector, como lo es el CES, la feria de la electrónica de Las Vegas, cuyo tirón también sigue inalterado con el estreno de los últimos prototipos de televisores inteligentes.