EL MONÓLOGO DE ALSINA

No es que el gobierno sea ciclotímico, es que el país entero a veces lo parece

Les voy a decir una cosa.

Sí que era bueno, sí, el dato del paro. Casi cien mil de bajada en mayo. La liberación que siente una persona parada (sobre todo si llevaba más de un año buscando empleo sin encontrarlo) al escuchar que sí, que está hecho, que le contratan -volver a tener un horario, un sueldo, una razón obligada para salir cada día de casa- se multiplica por cien mil y dices “sí, en efecto   es un buen dato”.

ondacero.es

Madrid | 04.06.2013 20:52

El dato relativo que sale de comparar mayo con abril -noventa y ocho mil menos- porque a la vez está el otro dato de mayo, el  absoluto -cuántos parados hay en España- que dice que estamos en los cuatro millones ochocientos mil; sigue siendo, por supuesto, un problema muy gordo. Pero mayo ha sido bueno, el gobierno está casi casi levitando y prueba de ello es que ha sido la ministra Báñez -y no la sacrificada secretaria de Estado Hidalgo- quien ha asumido en primera persona la valoración política de los números. Cuando sube el paro, o apenas baja, da la cara (para que se la partan) la número dos; cuando baja mucho sale la número uno a rentabilizarlo. Nada nuevo bajo el sol.

Cuando sube el paro es al gobierno de turno a quien le cuesta hacer un discurso mínimamente sólido, como sabemos, porque se empeña en echar mano de esa palabra mágica para el fingimiento político que es “pero”. Pronúnciese estirando la “o”: perooooo. Ésta es una palabra formidable porque tú acabas de hacer una afirmación, la que sea, y en cuanto le añades el “peroooo” ya puedes decir en el mismo párrafo todo lo contrario.

Es lo que hace Peñafiel cuando habla de Letizia, ¿no?: “No me gusta criticar, perooooo (y ahí critica)”. Cuando el paro sube el gobierno de turno dice “es un mal dato, peroooo” y ahí te coloca su argumentario sobre, por qué siendo malo el dato, debemos acogerlo como si fuera bueno. La cosa no cuela, claro, por eso cuando el paro sube es al gobierno a quien le cuesta no quedar o como falseador o como bobo, porque se siente obtusamente obligado a distorsionar la realidad para que lo malo parezca bueno.

Por la misma razón, cuando el paro baja --cuando baja mucho-- es a la oposición de turno (incluyendo en ella a los sindicatos) a quien le cuesta hacer un discurso sólido. Ella también recurrirá al “perooo” para empezar afirmando que un descenso de cien mil parados es un dato positivo (claro, claro, quién lo duda) para añadir el “perooo en realidad no es tan positivo porque apenas hay empleo indefinido, y además es un dato engañoso porque estamos en puertas del verano y, por si fuera poco, no estamos ni de lejos ante un cambio de tendencia”. ¿Pero entonces le parece bueno el dato o no? Sí sí, peroooo...

Todas estas consideraciones añadidas son muy ciertas: el empleo que se ha creado es temporal, ligado en su mayoría al sector turístico y vinculado, por tanto, al verano. Como cierto es que todas las previsiones --que son estimaciones que no tienen por qué cumplirse, obvio-- todas ellas, del gobierno, de la comisión europea, de la OCDE, de los servicios de estudios de los bancos, sostienen nuestra tasa de paro media este año será superior al 27 %, es decir, que lo que baje el paro en estos meses de abril-mayo-junio subirá en los meses de septiembre-octubre-noviembre. Eso está ahí. Y nada de ello es contradictorio con afirmar que la bajada de mayo ha sido una señora bajada. Empeñarse en que un dato bueno parezca malo (creer que ésa es la obligación de quien está en la oposición al gobierno) es tan absurdo como empeñarse en que el dato malo parezca bueno. Y el riesgo al que se enfrenta la oposición (incluyendo a los sindicatos) es que acabe pareciendo que las buenas noticias le incomodan.

Aquello del cuanto peor, mejor. Esto PSOE y PP lo saben de sobra porque los dos han estado en ambos lados de la barrera. Cuando el PSOE era gobierno era al PP al que le veía bien poco animoso cuando se publicaba un buen dato; ahora que es el PP quien gobierna, éste le reprocha al PSOE que el día que el paro baja reciba la noticia con cara de velatorio -que es verdad que al PSOE le salió, igual sin querer, esa cara-. No hay nadie en su sano juicio que lamente que el paro baje en cien mil personas, luego no gana uno nada permitiendo que parezca que lo lamenta. No eres menos audaz, ni menos crítico, ni menos alternativa de gobierno. Al contrario, la coherencia en los planteamientos es un activo para quien tiene aspiraciones políticas, o debería serlo.

Tampoco gana uno nada emitiendo conclusiones categóricas y vehementes cada vez que sale el paro, que es otro vicio que tenemos en España muy asimilado. Si cuando sube el paro presentas ese dato como la prueba concluyente -la pistola humeante- de que la última reforma laboral ha sido un fiasco, te estás poniendo a ti mismo en aprietos para el día que, en lugar de subir, el paro baje. Si como tienen dicho Méndez y Toxo la prueba de que la reforma laboral fue un inmenso error es que el paro subió en el primer trimestre, ahora que baja tan notablemente en mayo, ¿es acaso la prueba de lo contrario? Si cuando el paro sube hay que camLes voy a decir una cosa.

Sí que era bueno, sí, el dato del paro. Casi cien mil de bajada en mayo. La liberación que siente una persona parada (sobre todo si llevaba más de un año buscando empleo sin encontrarlo) al escuchar que sí, que está hecho, que le contratan -volver a tener un horario, un sueldo, una razón obligada para salir cada día de casa- se multiplica por cien mil y dices “sí, en efecto   es un buen dato”.

El dato relativo que sale de comparar mayo con abril -noventa y ocho mil menos- porque a la vez está el otro dato de mayo, el  absoluto -cuántos parados hay en España- que dice que estamos en los cuatro millones ochocientos mil; sigue siendo, por supuesto, un problema muy gordo. Pero mayo ha sido bueno, el gobierno está casi casi levitando y prueba de ello es que ha sido la ministra Báñez -y no la sacrificada secretaria de Estado Hidalgo- quien ha asumido en primera persona la valoración política de los números. Cuando sube el paro, o apenas baja, da la cara (para que se la partan) la número dos; cuando baja mucho sale la número uno a rentabilizarlo. Nada nuevo bajo el sol.

Cuando sube el paro es al gobierno de turno a quien le cuesta hacer un discurso mínimamente sólido, como sabemos, porque se empeña en echar mano de esa palabra mágica para el fingimiento político que es “pero”. Pronúnciese estirando la “o”: perooooo. Ésta es una palabra formidable porque tú acabas de hacer una afirmación, la que sea, y en cuanto le añades el “peroooo” ya puedes decir en el mismo párrafo todo lo contrario.

Es lo que hace Peñafiel cuando habla de Letizia, ¿no?: “No me gusta criticar, perooooo (y ahí critica)”. Cuando el paro sube el gobierno de turno dice “es un mal dato, peroooo” y ahí te coloca su argumentario sobre, por qué siendo malo el dato, debemos acogerlo como si fuera bueno. La cosa no cuela, claro, por eso cuando el paro sube es al gobierno a quien le cuesta no quedar o como falseador o como bobo, porque se siente obtusamente obligado a distorsionar la realidad para que lo malo parezca bueno.

Por la misma razón, cuando el paro baja --cuando baja mucho-- es a la oposición de turno (incluyendo en ella a los sindicatos) a quien le cuesta hacer un discurso sólido. Ella también recurrirá al “perooo” para empezar afirmando que un descenso de cien mil parados es un dato positivo (claro, claro, quién lo duda) para añadir el “perooo en realidad no es tan positivo porque apenas hay empleo indefinido, y además es un dato engañoso porque estamos en puertas del verano y, por si fuera poco, no estamos ni de lejos ante un cambio de tendencia”. ¿Pero entonces le parece bueno el dato o no? Sí sí, peroooo...

Todas estas consideraciones añadidas son muy ciertas: el empleo que se ha creado es temporal, ligado en su mayoría al sector turístico y vinculado, por tanto, al verano. Como cierto es que todas las previsiones --que son estimaciones que no tienen por qué cumplirse, obvio-- todas ellas, del gobierno, de la comisión europea, de la OCDE, de los servicios de estudios de los bancos, sostienen nuestra tasa de paro media este año será superior al 27 %, es decir, que lo que baje el paro en estos meses de abril-mayo-junio subirá en los meses de septiembre-octubre-noviembre. Eso está ahí. Y nada de ello es contradictorio con afirmar que la bajada de mayo ha sido una señora bajada. Empeñarse en que un dato bueno parezca malo (creer que ésa es la obligación de quien está en la oposición al gobierno) es tan absurdo como empeñarse en que el dato malo parezca bueno. Y el riesgo al que se enfrenta la oposición (incluyendo a los sindicatos) es que acabe pareciendo que las buenas noticias le incomodan.

Aquello del cuanto peor, mejor. Esto PSOE y PP lo saben de sobra porque los dos han estado en ambos lados de la barrera. Cuando el PSOE era gobierno era al PP al que le veía bien poco animoso cuando se publicaba un buen dato; ahora que es el PP quien gobierna, éste le reprocha al PSOE que el día que el paro baja reciba la noticia con cara de velatorio -que es verdad que al PSOE le salió, igual sin querer, esa cara-. No hay nadie en su sano juicio que lamente que el paro baje en cien mil personas, luego no gana uno nada permitiendo que parezca que lo lamenta. No eres menos audaz, ni menos crítico, ni menos alternativa de gobierno. Al contrario, la coherencia en los planteamientos es un activo para quien tiene aspiraciones políticas, o debería serlo.

Tampoco gana uno nada emitiendo conclusiones categóricas y vehementes cada vez que sale el paro, que es otro vicio que tenemos en España muy asimilado. Si cuando sube el paro presentas ese dato como la prueba concluyente -la pistola humeante- de que la última reforma laboral ha sido un fiasco, te estás poniendo a ti mismo en aprietos para el día que, en lugar de subir, el paro baje. Si como tienen dicho Méndez y Toxo la prueba de que la reforma laboral fue un inmenso error es que el paro subió en el primer trimestre, ahora que baja tan notablemente en mayo, ¿es acaso la prueba de lo contrario? Si cuando el paro sube hay que cambiar de políticas económicas ya -¿a qué están esperando?-, cuando baja ¿es la prueba de que insistir en las políticas que ya tenemos? Aplíquese el cuento también Rajoy, claro. Cuando el paro sube es por la coyuntura general, la crisis europea, la herencia recibida y lo que haga falta; ah, pero cuando el paro baja es porque mis políticas son las adecuadas. Pues ojalá sea así, pero en septiembre, presidente, hablamos.

No es que el gobierno sea ciclotímico, es que el país entero a veces lo parece. Nos cuesta tomar distancia para ver las cosas con perspectiva. Tenemos todos demasiada prisa para sacar conclusiones de ésas de “o blanco o negro” que tanto gustan a dirigentes políticos, líderes sindicales y comentaristas que nunca albergan la menor duda sobre nada. El dato de mayo es muy bueno. El dato de mayo es muy bueno. Y la situación general sigue siendo muy mala.biar de políticas económicas ya -¿a qué están esperando?-, cuando baja ¿es la prueba de que insistir en las políticas que ya tenemos? Aplíquese el cuento también Rajoy, claro. Cuando el paro sube es por la coyuntura general, la crisis europea, la herencia recibida y lo que haga falta; ah, pero cuando el paro baja es porque mis políticas son las adecuadas. Pues ojalá sea así, pero en septiembre, presidente, hablamos.

No es que el gobierno sea ciclotímico, es que el país entero a veces lo parece. Nos cuesta tomar distancia para ver las cosas con perspectiva. Tenemos todos demasiada prisa para sacar conclusiones de ésas de “o blanco o negro” que tanto gustan a dirigentes políticos, líderes sindicales y comentaristas que nunca albergan la menor duda sobre nada. El dato de mayo es muy bueno. El dato de mayo es muy bueno. Y la situación general sigue siendo muy mala.