Alcázar de San Juan /
cocinilla de sabores /
los que vengan, los que están /
van a flipar en colores. /
Hasta las doce y media estamos aquí, en la sede de la DO, haciendo radio en compañía. Sabéis que yo, en cuanto termine aquí, me voy para Leganés, al campus de la Universidad Carlos III donde la asociación universitaria Demos se apunta hoy el tanto de celebrar el primer debate electoral en directo y con público. Estaban invitados cuatro, Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias, pero sólo han querido estar dos. No me preguntéis por qué.
Iglesias frente a Rivera, Albert Rivera frente a Pablo Iglesias con los universitarios por testigos. Va a ser un debate interesante, eso creemos todos. Pero ya aviso que ninguno de los dos candidatos va a hacer esto que ahora se lleva tanto entre quienes aspiran a convencerles a ustedes de que les voten. Subirse a un globo, tocar la guitarra, meterse con Bertín en la cocina, marcarse un baile, jugar al ping pong o dar vueltas de campana en un coche que acaba de salirse de un camino de tierra. Que tú los ves haciendo todo eso, y comprobando cuánto lo disfrutan, y te preguntas: por qué han tardado cuatro años en hacerlo. Han estado ahí, conteniéndose, cuatro años haciéndonos creer que todo eso no iba con ellos. Bueno, en el caso de Rajoy, cincuenta años haciéndonos creerlo. Ahora que ya se han soltado todos la melena, desinhibidos, lo que el público verdaderamente espera son sus próximas apariciones en Tu cara me suena, Ahora caigo y El secreto de Puente Viejo. Se dice que también aparecerán en el campeonato europeo de poker que emite Antena 3 de madrugada, pero están intentando cuadrar sus agendas.
Vísperas de elecciones. Dices: ¿les queda algún minuto libre para ese tipo de actividades extrañas que uno imagina que cultiva también un candidato a la presidencia del gobierno. Por ejemplo, ¿leer?
Ya saben que el pacto antiyihadista se ha ampliado a nuevos partidos políticos y que eso, en realidad, tiene muy pocas consecuencias. Las medidas legales que incluye ese pacto ya están en vigor y el compromiso consiste en no cambiarlas mucho gobierne quien gobierne y no utilizar este tema para darse porrazos. Hombre, de los nuevos firmantes es posible que Albert Rivera llegue al gobierno; el resto, pues no parece. Coalición Canaria siempre se ha conformado con gobernar a perpetuidad las islas; UPyD no está en su mejor momento; el Partido Aragonés, con todo el afecto, no resulta crucial para el combate legal contra el yihadismo. Pe ro como dicen las abuelas, tampoco hace daño que el pacto se amplíe. Aunque no guarde la menor relación con la guerra que es está librando en Iraq y Siria.
Ya vieron lo que nos pasó ayer cuando le preguntamos aquí a Ada Colau, contraria a sumarse a este pacto, qué es lo que no comparte de lo que ahí se dice.
Y sabrán también que a las conversaciones sobre el pacto no han invitado a Artur Mas y eso tiene dolida a Convergencia Democrática, o Democracia y Libertad, o como se llame ahora Convergencia, que es el primer partido político de España que se somete a un tratamiento acelerado para cambiar de género.
El vodevil del nuevo gobierno de Cataluña sigue muy entretenido. Los del Juntos por el Sí están viendo a ver cómo consiguen que Artur Mas siga siendo presidente aunque deje de serlo, ¿no? Que él crea que sigue presidiendo, aunque ya ni presida ni nada. Se ha ido hablar estos últimos días de hace una presidencia coral, presidentes en pandilla, en la que haya tres o cuatro en igualdad de condiciones. La iban a llamar Juntos por el si-llón, la poltrona. Pero no es fácil, porque habría que sortear quién se queda con el mejor despacho.
Se ha hablado de una presidencia rotatoria, ahora tú ahora yo, ahora tú ahora yo. Seis meses cada uno. Al que le toque agosto que se fastidie.
Y hay otras fórmulas que han trascendido menos, pero que se han barajado también.
• La presidencia de cartón, que es falsa, como la consulta de hace un año, y en la que en lugar de despacho el presidente tiene un jarrón grande, en el que se mete cada mañana y se queda ahí, metido en agua haciendo de lo que es, un florero.
• La presidencia a ratos. Que es ser presidente pero en jornada partida, de nueve de la mañana a dos de la tarde y de cuatro a siete. Sábados y domingos el presidente es otro. Bueno, el sábado es uno y el domingo, otro. Que ésta era una buena idea hasta que han surgido las rencillas porque nadie ser presidente en domingo. Es fiesta y se gobierna muy poco.
• Y la presidencia Truman, en homenaje no al presidente americano sino a la película de Jim Carrey. Crearían una burbuja en torno al palacio de la Generalitat y harían creer a Artur Mas que él sigue siendo el presidente. Con un montón de actores contratados para darle los buenos días, bon día president, cómo va a gobernarnos hoy, bon día president, qué gusto vivir sabiendo que sigue usted aquí. Le harían creer que nada ha cambiado, pero un día se subiría a un velero y navegando navegando, ahí va, chocaría contra la pared de la burbuja. Se siente.
Si se fijan, todas las fórmulas vienen a significar lo mismo: que la CUP sigue complicándole la vida a Artur Mas y que él ya no tiene el control de lo que pasa. Embarrancado él y embarrancada Cataluña.