Oyentes madridistas, recordad que vosotros (ustedes) estáis también celebrando hoy un título. Que no es nacional sino europeo. Sois campeones de Europa de baloncesto. Oe, oe, oe. La novena se queda en la casa blanca. En vuestro derecho estáis también, y por tanto, a llegar al trabajo con la cabeza alta. “¿Qué?”“¿Quéde qué?”“¿No vas a felicitar al campeón de Europa?”“Pero si a ti el baloncesto no te gusta”. “Hoy sí, me entusiasma”. El madridismo es hoy, básicamente, fanático del baloncesto. Quién dijo fútbol. Quién dijo Ancelloti. La parroquia blanca es de canasta y de Pablo Laso.
Blancos y culés podéis rivalizar hoy tarareando vuestros himnos. Como en Casablanca, ¿se acuerdan de la escena? Los alemanes cantando una canción patriótica y los otros arrancándose con la Marsellesa. A ver quién canta más alto. Qué hermosas escenas podrían llegar a producirse.
En el ámbito deportivo, y además del fútbol y el baloncesto, hoy tenemos el badminton. Sí, el bádminton. No es un deporte de multitudes —no se oye a la gente en los bares comentando a diario los resultados—- pero, oye, tiene su público. Y sobre todo tiene un campeonato mundial que mueve gente y le procura a la ciudad que lo alberga unos ingresos económicos interesantes. El viernes se supo que el mundial junior de Badminton en 2016 se celebrará en Bilbao —-gran alegría para el sector hostelero de la capital vizcaina—-. Hoy lo que se sabe es que la federación se lo propuso primero a la diputación de Guipúzcoa y el ayuntamiento de San Sebastián. La federación vasca de Bádminton pensó que San Sebastián era el lugar idóneo por la tradición que tiene este deporte y por la proyección internacional que le daría a Guipuzcoa. Pero…se encontró con estas dos respuestas chuscas chuscas. En el ayuntamiento, donde gobierna Bildu, le dijeron “uff, es que ya tenemos muchas cosas para 2016, vamos llenos”. Pero hombre, que vendrían jugadores de cincuenta países, mil participantes, periodistas de medio mundo, doce mil noches de hotel aseguradas… “Uff, qué necesidad tendremos de llenar los hoteles y los comercios de la provincia, deja deja”. En la diputación, donde gobierna Bildu, la respuesta fue la misma pero con otro argumento más sincero. Agárrese usted al volante y no se me salga del carril al escucharla. Lo que dijo la diputacion guipuzcoana fue: “No nos interesa una competición en la participa la selección española”. Tócate los tambores. O entera, la tamborrada. Les ofrecen traer a San Sebastián a miles de personas que, además de participar, ver y contar el Badminton, luego duermen, comen, gastan dinero en los hoteles, los restaurantes y los comercios de la provincia. Un millón y medio de euros, se calcula que deja un acontecimiento deportivo como éste en el territorio que lo organiza. Y el gobierno provincial del señor Garitano dice que no. Que juega España. Hombre, juegas otras selecciones, claro. La francesa, la danesa, la turca, la india, la americana, la china. Pero a Bildu le irrita que participe la española. Premio al desnortado del día a Martín Garitano (no confundir con Garicano, que es el economista de Ciudadanos). Éste es el de Bildu: Garitano. Yo te ofrezco un mundial, tú me cortas la mano. Velando siempre por los intereses de la provincia.
Si hoy es lunes, 18 —que lo es— entonces es que el domingo estaremos todos votando. Bueno, el que quiera. Cinco días les quedan a los candidatos para vendernos el pescado y cunde la sensación de que todo, en realidad, lo tienen ya muy vendido. Van de plaza en plaza descongelando el mismo producto para solaz de los muy fans —-porque hay que ser muy fan para tragarse un mítin hecho de estribillos mil veces repetidos y mensajes que están todos muy vistos—-. Se agradece, por eso, que el PP de Madrid anime la campaña con estos mítines-ring en los que van subiendo al estrado los oradores a darle collejas al que habló antes. Ese Aznar que finge disfrutar cuando le da un viaje a Susana Díaz —-si ella es lo mejor que tienen, cómo será lo peor—- y que disfruta de verdad cuando es a Rajoy y a Esperanza a quienes atiza, por lo injustos, lo ingratos y lo malquedas que han sido con su compañera de partido Ana Botella. Esa alcaldesa saliente que en el mismo mitin en que la candidata Aguirre promete un Madrid más libre y con menos impuestos sube a la tribuna a decirle que ni lo uno ni lo otro, que libre ya es Madrid y que los impuestos los ha bajado ella. Aireando las discordias y los malos rollos ante el respetable. Oiga, es Madrid, en la más pura tradición de las corralas. Es el PP el que le está poniendo sal y pimienta a esta campaña.
El PSOE le ha puesto el silenciador a sus rivalidades internas —que estarán silenciadas, pero siguen estando ahí, el 25 resurgirán como un géiser—, y se ha encomendado a un Pedro Sánchez que repite y repite y repite lo del voto útil. Rivera lleva días intentando no hablar de más e Iglesias ya no sabe cómo explicar que esto de asaltar los cielos y cambiar el miedo de bando es pura retórica, hombre, que nadie tiene nada que temer (ni siquiera los fondos de inversión internacionales) porque Podemos es gente de orden, dispuesta a defender la Constitucion mientras no haya otra y a no incordiar con manifestaciones o asambleas en la jornada de reflexión. Que Podemos defienda la jornada de reflexión (una de nuestras tradiciones más caducas) es la prueba máxima de que se han hecho definitivamente al sistema. Para reformarlo, y no para tumbarlo. O eso aparenta.
