OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez no va a descartar a Podemos porque lo diga Felipe González"

Habló el pope. Felipe González, en formato largo. Entrevista sábana en El País. Para aclarar, primero, que él no ha dicho que desee un gobierno del PP en minoría con la abstención del PSOE. No es eso, no es eso, que se enteren los directores de ABC y La Razón que lo llevaban en portada. Y que se entere Pedro Sánchez. No era eso. Aunque un poco sí. Lo que dice Felipe es que estaría bien que tanto el PP como el PSOE se animaran a no bloquear un posible gobierno del otro. Que si Rajoy seduce a Rivera, el PSOE les deje echar a andar su relación gubernamental y que si es al revés, si es Sánchez el que se lo gana para la causa, que los populares consientan.

Carlos Alsina

Madrid | 28.01.2016 08:10

· A lo primero, dejar gobernar al PP, ya dijo Sanchez, Felipe, que va a ser que no.

· A lo segundo, que sea el PP quien deje gobernar al PSOE, ya dijo ayer Rajoy, Felipe, que va a ser que tampoco.

Tanto el uno como el otro impedirán a toda costa --o intentarán impedir— que el otro gobierne. Igual por eso se va extendiendo la idea de que son ellos, más que sus partidos, el principal inconveniente.

Pero Felipe se supone que influye sólo ---si es que aún influye--- en los dirigentes y militantes del PSOE. Y las dos ideas que más repite en su entrevista río son éstas:

• Primera, que Podemos no es un partido ni progresista ni reformista. O sea, que sumarlo automáticamente a eso que Sánchez ha llamado las fuerzas progresistas es no querer ver lo que realmente es Podemos. En opinión de Felipe: un instrumento para acabar con el marco democrático y, de paso, con el PSOE.

• Segunda, que lo que ha de buscar un aspirante a presidir el gobierno no es que le salga la suma de la investidura, sino una base parlamentaria que le permita gobernar porque apoye, desde dentro o fuera del gobierno, un programa concreto de reformas. Y es ahí, hablando con todos (subráyese TODOS) donde Sánchez debería moverse. Tratando de ganarse a Ciudadanos y de garantizarse que en las grandes cuestiones el PP, lejos de bloquear, participará en las reformas.

Adorna el expresidente su discurso con un par de sartenazos a Rajoy. Uno, por no haberse enterado aún de hasta qué punto salió derrotado en diciembre: sólo tiene que mirar el parlamento . Dos, por haber rechazado el viernes la invitación del rey para formar gobierno: insólito y partidista, una irresponsabilidad, dice, difícil de calificar.

Felipe, por tanto, está en la tesis de que Podemos cuanto más lejos mejor y que Ciudadanos es un partido aseado y modernito con el que estaría bien aliarse. ¿Significa eso que Pedro Sánchez, el primer secretario general elegido por las bases, va a descartar a Podemos —ahí te quedas, Pablo, con tu sonrisa del destino— No, por supuesto que no. El noviazgo de Pablo y Pedro, aunque en público no hayan vuelto a verse, sigue adelante. Y Felipe, bueno, ya se sabe, es Felipe. El pasado del partido.

El balón lo tiene ahora Sánchez. Y habrá de jugarlo con las reglas que el sábado establezca el comité federal del PSOE. Que serán ¿cuáles? Pues, por este orden: negociar un acuerdo con Podemos e IU, que incluya si es preciso el gobierno de coalición, y asegurarse después que la investidura no dependa de lo que hagan Esquerra y Convergencia Democrática. Éste es la nueva línea roja que le van a marcar, para que no se diga: ha de involucrar en el acuerdo de investidura a otros actores que conviertan en irrelevantes a los independentistas. Traducido: seducir al PNV, que ya está medio seducido, y a Albert Rivera, que éste es el hueso porque no está muy receptivo.

Sabiendo eso, que Pedro Sánchez lo intente. Y que le pida consejo a Tom Cruise, porque a día de hoy más que una negociación de investidura es una misión imposible. En Ciudadanos, hoy, una operación como ésta les parece que sería un suicidio. Esto es lo que dicen hoy. Lo que digan a partir del martes que viene, lo iremos viendo. Porque la última opción, que tampoco agrada a Rivera, es arriesgarse a unas nuevas elecciones.

Bankia. La Bankia de antes que se le aparece como el fantasma de las navidades pasadas a Goirigolzarri.

A usted que me escucha, como propietario de banco que es aunque igual no lo sabe, hay que contarle esta historia como en el chiste: tengo una noticia buena y otra mala, ¿por cuál quiere que empiece? La buena es que los pequeños accionistas que compraron títulos de Bankia creyéndose lo que les contaron los gestores de entonces van a recuperar su dinero. La mala es que el dinero que ellos recuperan lo pone usted. Porque es usted, somos el Estado, los propietarios del 65% de este banco. A lo que ya costó en su día el flotador de los veintipico mil millones del rescate, hay que seguir sumando estos efectos añadidos de aquella salida a bolsa precipitada, urgida por el gobierno Zapatero, pilotada por Rodrigo Rato y avalada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez y Julio Segura, gobernador del Banco de España y responsable de la comisión nacional del mercado de valores, respectivamente.

Todos los pequeños accionistas que han ido a juicio por engaño han ganado la causa. Y aunque el banco ha ido recurriendo las sentencias, ahora es el Tribunal Supremo el que sostiene ----aún no se sabe con qué argumentos en concreto--- que se abusó del inversor vendiéndole una burra coja. En el banco, en el equipo que lo gestiona ahora —-Goirigolzarri—- hace tiempo que previeron que esto iba a pasar y por eso fueron apartando dinerito para hacer frente a los pagos: esto que la banca llama provisionar y los demás llamaríamos por si acaso. 1.800 millones provisionó Goirigolzarri. Por si acaba pasando esto que acaba de suceder. Que el Supremo declare que la salida a bolsa fue engañosa.

La sentencia complica gravemente la situación a los imputados por el juez Andreu en el sumario de la Audiencia Nacional, cuya principal defensa contra la acusación de estafa era que el folleto reflejaba fielmente la situación del banco. Fue después cuando se deterioraron sus activos y su solvencia, mantienen, cómo íbamos a maquillar las cuentas si estaban supervisadas por el Bando de España. Ahora que el Supremo establece que aquel folleto no reflejaba la verdad, los abogados defensores van a sudar tinta china. Y a quienes bendijeron toda la operación, empezando por su promotor —-el gobierno Zapatero-Salgado— y siguiendo por el gobernador del banco de España, alguna responsabilidad en el destrozo también habría que reclamarles. Fernández Ordóñez acaba de publicar un libro con reflexiones muy interesantes sobre la supervisión bancaria y los polìticos, pero en las … páginas de texto no dice ni media sobre la salida a bolsa y los números, avalados por él, en que se basó la oferta.