EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: Qué ha sido de Snowden es un misterio

Les voy a decir una cosa.

Sólo faltó que le llamaran por la megafonía del aeropuerto de Moscú: “señor Snowden, señor Snowden, preséntense urgentemente en puerta 37; señor filtrador Snowden, ¡estamos embarcando”. Y menos mal que no había facturado el equipaje, que si no hay que aplazar el despegue hasta que saquen la maleta de la bodega.

ondacero.es

Madrid | 24.06.2013 20:10

La película del empleado de una contrata de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana que le pasó un cerro de información confidencial al The Guardian anotó hoy un capítulo más, tan desconcertante como los anteriores: se había dicho que el garganta profunda había volado de Hong Kong a Moscú y que en el mismo aeropuerto habría cerrado con diplomáticos ecuatorianos su desplazamiento a aquel país, siguiendo la estela de Julian Assange, que se ha quedado a vivir en la embajada ecuatoriana en Londres. El plan, según se dijo, era subirse a un vuelo de Aeroflot con destino a La Habana y desde allí, sabiendo que los hermanos Castro difícilmente van a entregar a nadie a la justicia norteamericana, preparar su desplazamiento final a Quito.

Gran expectación esta mañana en el aeropuerto moscovita de periodistas (y agentes de los servicios de inteligencia de países diversos) intentando localizar a Snowden: ése tipo de la esquina, ¿no lleva barba postiza? ¿Por qué finge hablar por el móvil si aquí no tenemos cobertura? En la puerta de embarque no se vio ni rastro de Snowden, pero hasta que no subieron a bordo los periodistas que sacaron billete confiando en compartir horas y horas de vuelo con el protagonista del día no quedó claro que el amigo Snowden no estaba en ese avión.

De hecho, no se sabe dónde anda. Dices: hombre, como Rusia es un país donde suelen morir en circunstancias extrañas quienes desvelan secretos del gobierno, igual lo que ha pasado es que lo han matado. Sin darse cuenta. O algo todavía peor para Vladimir Puttin, imagínate si se queda a vivir de incógnito en Rusia y empieza a destapar los secretos de los servicios secretos rusos, que ahí sí que tiene que haber material para encerrar a  un ex primer ministro. Qué ha sido de Snowden es un misterio, otro. Igual se le han quitado las ganas de disfrutar de la jubilación en Ecuador o igual le ha capturado la CIA y se lo ha llevado a una cárcel secreta en algún lugar de Europa, porque esto también sigue existiendo, a pesar (o por voluntad) de Barack Obama.

Hay gente que dice: vaya ruta que quiere hacer el filtrador: la Rusia de Putin, la Cuba de los Castro, el Ecuador de Rafael Correa. Hombre, hay que tener en cuenta que tampoco tiene muchas opciones: para eludir a la justicia de su país tiene que esconderse en uno que no quiera saber nada de los Estados Unidos, que incluso disfrute tocándole las narices a la Casa Blanca.

Si en lugar de revelar secretos de inteligencia hubiera revelado secretos bancarios le podríamos haber dado refugio aquí, como hicimos con Falciani. Todo lo que sea ayudar a Montoro a hacer más caja con los impuestos que algunos no terminan de pagar, cuenta con las bendiciones del poder político, el poder judicial y la amplia mayoría de la opinión pública.

Los tiempos en que Hacienda siempre era la mala y el contribuyente investigado por pagar menos de lo debido era un héroe ya se acabaron. Mira lo que ha pasado con Messi. Hacienda le plantó una querella en el juzgado por eludir el pago de impuestos relativos a sus ingresos por derechos de imagen y la reacción del futbolista, su padre, sus abogados y sus asesores fiscales fue: “no sabemos de qué nos hablan, siempre hemos atendido las obligaciones fiscales religiosamente y no es cierto lo que se nos achaca”. Los Messi incluso dijeron que se habían enterado de todo este asunto por la prensa. Luego se supo que -como se sospechaba- la Agencia Tributaria llevaba meses pidiendo papeles a estos contribuyentes y explicándoles su criterio según el cual habían dejado de declarar unos diez millones de ingresos entre 2007 y 2009. “Para nada”, fue la reacción de los abogados, que llegaron a decir, extraoficialmente, que si Hacienda pensaba que se iban a achantar por el perjuicio a la buena imagen de Messi se habían equivocado de víctima porque iban a pelear.

Bien está que se pelee cuando a uno le acusan en falso. Si se cumplió siempre y rigurosamente con Hacienda, el contribuyente está en su derecho -sólo faltaría- de resistirse a la administración y plantar cara en el juzgado. Eso es lo que se suponía que los Messi iban a hacer...hasta hoy, que se ha sabido que han soltado diez millones de euros al fisco por los derechos de imagen de 2010 y 2011. Hacienda dijo la semana pasada que se estaba planteando ampliar la investigación a estos últimos ejercicios y fue decirlo y presentarse la declaración complementaria.

Lo siguiente, como anticipamos el día que se supo lo de Messi, será llegar a un acuerdo con la Agencia Tributaria para abonar lo que, según ésta, corresponde (intereses incluidos y ya se verá qué pasa con la multa) y evitarse el juicio. Por cierto, y hablando de Montoro, lo que él tiene pendiente con la opinión pública es explicar cuándo y cómo se produjo el fallo (o negligencia) que acabó atribuyéndole a una infanta medio pueblo de Ciudad Real que nunca fue suyo. “El martes como muy tarde”, dijo Montoro el viernes. Y ya se nos está acabando el lunes.

Lo de Berlusconi es otra historia. Ahí los secretos dejaron de serlo hace mucho tiempo. No ha hecho falta un Snowden que revelara el concepto del poder que tiene el ex primer ministro y su gusto por orillar la ley en su beneficio. En Milán se ha dictado esta tarde sentencia en el caso Ruby, que se llama así por Ruby Rompecorazones, nombre artístico de esta chica (entonces menor de edad) que participó en las fiestas de Villa Certosa y por la que intercedió el primer ministro, un día que fue detenida, contándole al comisario la milonga de que ella era sobrina de Mubarak y había que evitar un conflicto diplomático. Lo que el tribunal tenía que establecer hoy es si lo que Berlusconi llamaba fiestas de velinas eran fiestas con prostitutas entre las que había al menos una menor de edad y si el primer ministro abusó de su poder al llamar a comisaría para que soltaran a la chica. En ambos casos el tribunal entiende que Berlusconi es culpable: de abuso de poder y de pagar para tener sexo con una menor.

Le han caído siete años de prisión e inhabilitación perpetua para el desempeño de cargo público. Su abogado, que dice que no le sorprende la condena porque éste ha sido un juicio político, anuncia recurso, con lo que la sentencia no es aún firme. La imagen de Berlusconi, fuera pero también dentro de Italia, se ha ido deteriorando a enorme velocidad en los últimos años, pese a lo cual fue el segundo líder más votado en las últimas legislativas y sigue teniendo, hoy, la llame de la estabilidad del nuevo gobierno de Enrico Letta. Ésta es la vertiente siempre más incierta de los juicios y las condenas de Berlusconi: la reacción de su partido haciendo piña con el condenado y amagando con desestabilizar el gobierno.