OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "¿La verja se va a acabar?"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el acuerdo entre el Reino Unido y España para el Gibraltar posterior al Brexit.

Carlos Alsina

Madrid | 12.04.2024 09:15

Los días históricos lo son porque, aun durando lo mismo que cualquier otro día, perduran en la memoria de quienes los han vivido. Críos que hoy tienen seis o siete años y que dentro de cuarenta -en el 2064- aún recordarán con emoción, y contarán a sus hijos, que ellos estuvieron allí, en la ría, el día que el Athletic celebró el título de Copa.

El Athletic celebra el título de Copa

Bilbao tomado por la afición -Bilbao tomado por Bilbao- la tarde de un once de julio. Abruman las imágenes de la fiesta popular hoy en todos los medios. Fiesta y reivindicación de la doctrina canterana: proclamó el capitán que esta Copa es la prueba de que el modelo del Athletic es el correcto.

Y lo ovacionó la afición en la confianza de que puedan llegar más títulos sin que pasen cuarenta años entre unos y otros.

Vuelve la pasión de la campaña electoral

Hoy la Gabarra ya vuelve a tierra y el relevo de la movilización de la afición -cada uno de la suya- la toman figuras carismáticas como Pradales, Ochadiano, Anduenza (en la Enekoneta) o De Andrés, con la txapela sin rosca. Y Gorrotxategi, y García y Martínez, que también compiten, aunque las encuestas digan que probablemente no se estrenen. Vuelve la pasión de la campaña electoral, que para ser las primeras elecciones en cuarenta años en que el PNV podría quedar segundo, es una pasión ligeramente gélida.

Deben de andar haciendo estudios los partidos sobre a quién beneficia más que el Athletic haya ganado la Copa

Ortúzar dijo aquí el martes que él calcula que este fin de semana ya entrará la campaña en calor. Deben de andar haciendo estudios los partidos sobre a quién beneficia más que el Athletic haya ganado la Copa: ¿la euforia futbolera moviliza más a mis votantes o a los tuyos?

Tezanos dijo esta semana que él ve ganador a Bildu. Pero también veía al Bloque gobernando Galicia con el PSOE y está Ana Pontón haciendo méritos para volver a intentarlo dentro de cuatro años. Veía ganador al PSOE en las elecciones generales de julio y el PP le sacó dieciséis escaños de ventaja. Quiero decir que el CIS, por más que el revisionismo oficial, se empeñe en justificar la continuidad de Tezanos con el argumento fake de que él sí que acierta tiene la historia que tiene. Ayer echó de nuevo unos números y le sale que el PSOE está remontando a costa de Sumar, que es quien lleva una racha que es natural, que anden ahí de bajón. No tanto porque la tendencia bajista es preocupante como porque quien apunta maneras es Podemos. Ni sombra de lo que fue, es verdad, pero en el último mes Sumar ha pasado del 9% al 8% y Podemos, del 2% al 3%. Al paso que va, y ahora que por fin lo han fundado, Sumar se va a tener que refundar. Claro que también te digo que como es Tezanos, igual quien tiene que preocuparse es Ione Belarra. Que tampoco es que acumule muchos éxitos en sus casi tres años ya de liderazgo.

El caso Koldo

Para después de las elecciones vascas se anuncia el estreno del serial parlamentario de los Koldos. La apuesta de las Cortes Generales por el entretenimiento. Investigar, no se va a investigar nada, pero a fata de actividad legislativa -porque ni hay Presupuestos ni hay voluntad del gobierno de ponerse a negociar ahora mismo reformas relevantes con sus socios, de campaña en campaña- estarán ocupadas sus señorías en intentar poner en apuros, comparecencia va comparecencia viene, a sus adversarios.

El PP ha citado a tropecientas personas en el Senado en su afán por hacer del caso Koldo el motor de la Cámara Alta los próximos meses. Y el PSOE cita a otras tropecientas en su afán por contraprogramar al Senado y reconvertir el caso Koldo en el caso Koldo somos todos. Han presentado los socialistas su lista de convocados y la sorpresa no ha sido que citen a Armengol o a Salvador Illa -para que su lista prospere necesita que se la aplaudan los socios- sino que no hayan convocado a José Luis Ábalos, que no sé si usted se acuerda, pero era el ministro de Fomento bajo cuyo paraguas Koldo se fue haciendo un hombre. Y secretario de organización del PSOE y persona de la máxima confianza (o eso pensaba él) de Pedro Sánchez. Queda raro que el PSOE presuma de querer averiguar la verdad de todas las adjudicaciones de pandemia, empezando por Koldo, y no quiera darle la ocasión a su ex capataz purgado de explicarse.

Retirada de la verja de Gibraltar

Los días históricos perduran en la memoria de quienes los viven. Si nada se tuerce, los españoles del Campo de Gibraltar asistirán este verano a una de esas jornadas. El momento en que sea retirada para siempre la verja que separa España del Peñón.

El ministro Albares anticipó ayer en este programa que el acuerdo entre el Reino Unido y España para este Gibraltar posterior al Brexit está maduro. Tanto que hoy mismo puede quedar visto para sentencia en la reunión que celebra en Bruselas con David Cameron (ironías de la historia, que sea Cameron, primer ministro que convocó y perdió el referéndum del Brexit), quien remate ahora con la Unión Europea las condiciones de la frontera sur que tenemos en España.

Cameron no va a entregar el Peñón a España, eso sí podemos descartarlo

Salvo sorpresa, hoy se da un paso adelante hacia la desaparición de la histórica verja, reabierta hace algo más de cuarenta años. No, Cameron no va a entregar el Peñón a España, eso sí podemos descartarlo.

Aprovechando la cita, algo se dirán el ministro español y el británico, uno de izquierdas, el otro de derechas, sobre el conflicto de Gaza y el reconocimiento del Estado Palestino que se ha convertido en bandera del presidente Sánchez. Sorpresa (para algunos): Cameron también está de acuerdo. El gobierno conservador del Reino Unido, aliado de Israel, pero cada vez más crítico con las decisiones de Netanyahu, se declaró hace ya tres meses partidario de abrir camino al reconocimiento de Palestina como estado. No porque vaya a solucionar de golpe un conflicto de setenta y cinco años, sino por el mensaje que transmite de que hay que acelerar hacia la única salida que en estos setenta y cinco años se ha asentado, como posible: precisamente aquella con la que empezó todo, los dos Estados.