El monólogo de Alsina

El monólogo de Alsina: “¿Cree usted que se celebrará el referéndum de la independencia en Cataluña?”. En caso afirmativo, “¿de verdad lo cree?”

Les voy a decir una cosa

“¿Cree usted que se celebrará el referéndum de la independencia en Cataluña?”. En caso afirmativo, “¿de verdad lo cree?”

ondacero.es

Madrid | 12.12.2013 20:36

Ésta es la doble pregunta que habrían elegido Rajoy y Rubalcaba para hacérsela a Artur Mas. Ambos dicen seguir convencidos de que un referéndum fuera de la ley nunca va a celebrarse. Pero Mas sigue quemando etapas y hoy, a falta de una consulta, ha anunciado que va a hacer dos, dos en una. Meses esperando a saber cuál pretende que sea la pregunta hasta que hoy, por fin, el president puso el huevo. Aspira a sembrar Cataluña de urnas el 9 de noviembre de 2014, festividad de la Almudena, para más señas patrona de la capital de España. Y en lugar de una pregunta quiere pregunta con repregunta, para asegurarse un resultado que le salve la cara.

Esto del derecho a decidir no es tan sencillo como él predica. El derecho a decidir requiere, primero, de que tus socios de aventura (aquellos que te sostienen en el Parlamento) decidan qué pregunta harían ellos; a que tú decidas si esa pregunta te vale y, en caso de que no te convenza, a decidir entre los dos (o entre los cuatro si metes, para que se sientan importantes, a Iniciativa y las CUPs en la tormenta de ideas) qué diablos se les pregunta a los consultados. Perdón, se les “preguntaría” caso de que la consulta se realice. Dices: tampoco será tan difícil parir la pregunta, “¿Cataluña independiente sí o no?”, de eso llevamos hablando desde hace... ¿tres años?, en ese debate está la sociedad catalana. Ah, qué fácil se ven los referendos desde fuera. Sólo Felipe sabe lo enrevesado que es enunciar una pregunta, una buena pregunta que te garantice que el resultado es el que tú quieres. “Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación”. ¿Cómo? Que si “Otan, de entrada sí ¿o qué?” No es nada fácil fabricar una pregunta de éstas. Porque el proceso de fabricación es marcha atrás: sabes lo que quieres que salga y, partiendo de eso, tienes que ver cómo te las apañas para preguntar de tal modo que parezca que estás preguntando una cosa aunque en el texto estés preguntando otra.

Han estado los cerebros más espabilados de los partidos políticos que forman esta alianza temporal varios días reuniéndose en secreto (“discretamente”, prefiere decir Mas) para diseñar la pregunta. Les ha costado poner el huevo, pero es que el huevo tiene dos yemas. Doble pregunta, o pregunta con secuela, como las películas de éxito. Veamos: en el caso de que acabe celebrándose el referéndum, la primera pregunta será: “¿Quiere usted que Cataluña sea un estado?” Umm. La primera respuesta que se te viene a la cabeza es otra pregunta: “¿Se puede?” Si en lugar de un referéndum fuera el examen teórico del carné de conducirse en Cataluña nos darían tres opciones:

¿Quiere usted que Cataluña sea un estado?

a) Venga, sí.

b) ¿Se puede?

i) No, no quiero que sea un estado, quiero que sea una nación, como dice el Estatut.

Si eliges la “c” suena la campana de las hermanas Hurtado. La “c” es nula porque Cataluña ya es una nación, según el Parlamento autonómico, lo que aún no es “nación con Estado”. Como “instrumentos de Estado”, como decía Artur Mas en una época en la que iba vestido de camuflaje y le dio por repetir a todas horas esa fórmula.

Ahora viene la secuela, la segunda pregunta que sólo han de responder quienes dijeran “sí” a la primera. Quienes digan “no”, no hay más que hablar. Usted no quiere que Cataluña sea un estado, o por plantearlo en enunciado positivo que no aparecerá, por supuesto, en el referéndum, usted no quiere que Cataluña elija ella sola cómo debe ser la estructura territorial de España, prefiere que eso se siga decidiendo entre todos. Bien, si usted sí quiere ser estado, un estado, algún tipo de estado, entonces Artur Mas le repregunta para que concrete: “¿quiere que sea un estado independiente?” ¿Cómo? Que si quiere que sea un estado independiente. Éste, ¿cuál es la alternativa? Aquí ya hay que avanzar despacio para no caer en el trabalenguas: “Si quiero que sea un estado, pero no que sea independiente, ¿qué clase de estado quiero que sea?”

Comodín de la llamada:

-“Francesc, un estado que no es independiente, ¿qué es?”

-Puff, espera que lo miro en la Wikipedia. Ah, un estado que no es independiente es un estado dependiente. Tiene sentido, ¿no?

-Sí, sí, pues ya está: voy a elegir que seamos un estado dependiente. Luego te llamo.

-Espera, espera. Un estado dependiente, ¿de quién, o de qué?

-Yo qué sé, dependiente del petróleo; o dependiente del resto de España.

-Homme, de España no, vota que seamos dependientes de Francia.

-Es que esa opción no viene...

Este burladero que se ha metido ahí, forzadito, como segunda parte de la consulta lo que pretende es dar cobijo a quienes quieren una relación distinta con el resto de España, pero sin llegar a salirse ni de España ni de la Unión Europea. Ni para ti ni para mí. Un estado no independiente. Traducido: un estado que forme parte de una federación de Estados, es decir, de una España federal. Problema: que España no es federal y no parece que vaya a serlo de aquí al año que viene. Para hacer de España “federación de estados” hace falta que los demás territorios también quieran. Habría que hacer una segunda consulta, pero ésta para toda España. Y cambiar la Constitución, por supuesto, que eso también requiere de referéndum.

Escuchadas las intervenciones que han realizado los portavoces de los partidos convocantes, se confirma que a ninguno de ellos le convence la bi-pregunta que ellos mismos han parido. Y visto el enorme eco que la difusión de la pregunta y la fecha ha tenido dentro y fuera de Cataluña, se confirma el escepticismo, también enorme, que existía respecto de la sinceridad de los compromisos de Artur Mas. Ya tenía anunciado que divulgaría la fecha y la pregunta antes de fin de año, pero entre los que no se creían que, en realidad, lo hiciera y los que preveían que el matrimonio de CiU y Esquerra descarrilaría, ha bastado que hiciera hoy lo que dijo que haría para que medios de comunicación y partidos políticos hayamos reaccionado como si se hubiera producido un tsunami.

La aparente complejidad de la pregunta, el mero hecho de meter dos preguntas en una, revela que ni siquiera el líder de CiU tiene claro qué espera de él su electorado. Aunque en su favor hay que decir que se ha parado en la segunda pregunta. Porque podría haber seguido.

¿Quiere usted que Cataluña sea un estado?

· En caso afirmativo, ¿quiere que sea un estado independiente?

· En caso negativo, ¿querría ser consultado sobre el tipo de estado que quiere que sea?

· En caso afirmativo, ¿le parece que quedemos mañana en este mismo sitio?

· En caso negativo, aclare por qué no quiere ser consultado:

a) carece usted de criterio;

b) ignora qué es un estado;

c) porque ya se ha perdido.

· En caso de haber respondido negativamente a la tercera pregunta ya afirmativamente a la primera opción de la cuarta, dígalo claro: ¿está usted renunciando a su derecho a decidir? Firme aquí y decidiremos por usted el resto de su vida.

El referéndum, como tal, no está convocado. Sólo anunciado. La convocatoria es un acto que genera responsabilidades. Entretanto, la pregunta y la repregunta son éstas otras:

Pregunta: ¿Está dispuesto Artur Mas a convocar un referéndum al margen de la ley?

Repregunta: En caso afirmativo, ¿sabe ya Rajoy cómo impedírselo?