Ay, José Luis, que te mandan al extrarradio. Bueno, ya te han mandado.
José Luis es José Luis Ábalos. El apestado. En el PSOE acabarán borrándole de las fotos. ¡Apártate de nosotros, José Luis, que manchas! Reescribirán la historia épica de Sánchez eliminando a su escudero del relato. ¿Quién dices que convenció a Pedro de que diera la batalla? ¡Nadie! Todo se lo dijo él sólo. ¿Pero no había un tal Ábalos? ¡No! Bueno, pues sería Iván Redondo. ¡Ése, tampoco! Desaparecerá su nombre de los libros del presidente en las reediciones que se hagan. ¿Quién dices que era portavoz del grupo socialista cuando la moción de censura por la Gurtel? ¡Nadie! Sánchez nunca dejó que nadie hablara por él.
Bueno, ayer sí. Ayer tocaba anunciarle a España la excomunión del apestado y le encomendaron el trabajo a la portavoz del politburó (perdón, de la Ejecutiva del partido), Ester Peña. Es conocido que Sánchez es más de indirectas: caiga quien caiga…
…el que la hace la paga, pero para dar un ultimátum, con cuenta atrás al más famoso de los escuderos sanchistas ---tic tac tic tac decíamos ayer--- quien sale es la portavoz de la Ejecutiva: ni el número uno, ni la dos, que es Montero, ni el tres, que es el introductor de Koldo en Ferraz, Santos Cerdán.
De las veinticuatro horas ya han pasado veinte. Y Ábalos aguanta. Le están haciendo la koldo-noscopia pero no se rinde. Apúrate, José Luis, que te mandan al extrarradio. O a la andanada del Hemiciclo, como hicieron los de Podemos con Tania Sánchez. ¿Qué parte de ‘tienes que renunciar al acta’ no has entendido? Un hombre fiel a las esencias sanchistas y aparatistas como tú. Ortodoxia de partido, lo llamó la señora Peña.
El bien mayor es atajar el contagio, acotar la infección, aislar al patógeno. José-Luis-patógeno-Ábalos para sus compañeros de partido. Culpable de haber fundado koldolandia. Le han quitado ya el sillón de presidente de comisión parlamentaria ---quien te lo dio, te lo quita--- pero no pueden quitarle su condición de diputado.
Última agarradera del exministro para negociar una salida no airosa pero sí económicamente apañada. Llamémoslo salida personal. Ábalos leería ayer El País y le reconfortaría saber que el presidente es sensible a su compleja situación familiar, o sea, que es sabedor de que tiene muchos gastos. ¿Qué salida personal es ésa que, según este diario, Sánchez ultimaba? Ah, eso es como las negociaciones con Junts en Suiza, todo secreto, todo opaco. Mediador salvadoreño no parece que esté habiendo en la negociaciones del PSOE con su exdirigente defenestrado. Es verdad que el Gobierno anunció ayer la creación de una nueva empresa pública para gestionar cosas tecnológicas (y para desembarcar en Telefónica, según parece), pero olvídalo, José Luis, que ese sillón no es para ti. Ni empresa pública ni embajada. Ni siquiera de asesor sanitario. Algo caerá, pero más adelante. Indemnización en diferido. Cuando haya quedado claro que Koldo se come el marrón él solo. Algo caerá. Ya dicen los más pedristas que el líder nunca deja tirado del todo a un colega. Si a la jefa de prensa de Ferraz la hizo presidenta del Hipódromo de Madrid, cómo no le va a buscar a José Luis un salario. Siempre que guarde la ortodoxia de partido y, de una vez, se vaya. Apúrate, Ábalos, y suelta el escaño que el líder está perdiendo la paciencia.
En verdad, lo que Ábalos debería pedirle a Sánchez es que lo amnistíe. ¿Qué es lo peor que podría pasarle en términos judiciales, que lo imputen por malversación? Pues como Puigdemont. Y él, como Puigdemont, también contribuyó a investir a Sánchez con su voto. Uno se pone en la piel de Ábalos y no puede menos que comprenderle. No está imputado, no ha sido siquiera interrogado, su compadre Koldo no le ha incriminado, su nombre no aparece en el sumario y le quieren apartar de la política. ¡Salpicado por la sombra de la sospecha, a su casa, hombre, inhabilitado para ejercer cualquier cargo! A la vez, un tal Puigdemont, investigado por delitos muy graves, procesado en rebeldía por sedición (cuando había sedición) y malversación, o sea, corrupción; señalado por los fiscales del Supremo como cerebro de un grupo de saboteadores, los tsunamis y ahí sigue, liderando esa criatura llamada Junts, negociando con Sánchez, de tú a tú, los términos de la ley que le va a beneficiar sobre todo a él y presentada su rehabilitación política como la prioridad de la España diversa y plural porque si no vuelve pronto libre de polvo y paja no nos reconciliamos, españoles. Es natural que Ábalos esté pensando que la vara de medir no es la misma para todos. Incluso sería natural que estuviera llegando a la misma conclusión que muchos de sus conciudadanos: que en esencia, la amnistía es la consagración de una flagrante desigualdad ante la ley. Si eres Ábalos y has tenido bajo tu manto protector a un Koldo, borrado para siempre de la política. Si eres Puigdemont y has malversado dinero público para sufragar una insurrección, ¡vuelve, Carles, vuelve, que te esperamos!
El ministro de Transportes anuncia una auditoría interna en las empresas dependientes del Ministerio que contrataron con los koldos. Bien está. Ayer dábamos ideas aquí por si el Gobierno se decidía a predicar menos y hacer más. Una era ésta: auditoría interna. Lo que pasa es que hacerla en Transportes obliga a que la hagan también los otros ministerios. A ver si Puente va a quedar como el señor escoba y Marlaska y Mónica García como los que no tienen interés en auditar nada.
Además, anunció el PSOE una comisión de investigación sobre compras de mascarillas durante la pandemia. Una de dos, o no se fía de la investigación de la fiscalía que ya está en marcha ---el expediente Koldo--- o no se fía del archivo de otras investigaciones que también hizo la fiscalía ---el expediente Ayuso---. Tampoco es que necesite el Gobierno una comisión parlamentaria para saber quién contrató con la empresa apadrinada por Koldo y por qué: los papeles estarán en los ministerios; a los altos cargos de la época los conoce de sobra el Palacio de la Moncloa. Si acaso para lo que necesita una comisión parlamentaria es para diluir koldolandia procurándole la compañía de otros casos que salpiquen, claro, al PP. Todo lo que sea arrojar luz sobre las contrataciones aceleradas de aquellos días será bienvenido. Pero hombre, si hubieras promovido una comisión de investigación antes de que el koldo-fango te alcanzara podrías tener el beneficio de la duda: tu afán es la lim-pieza y la transparencia. Pero lo promueves ahora que hay un Koldo, o sea, que el chanchullo es de uno de los tuyos, salta a la vista que lo que buscas no es transparencia y limpieza; lo que buscas es el y tú más. El todos corruptos. El revoltijo.
Apúrate, José Luis, que te mandan al extrarradio. O extrarradio, o a tu casa.