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Monólogo de Alsina: "102 años han pasado desde la gripe española y nos hemos repetido en la desprotección de los sanitarios"

Un saludo cordial a las trescientas mil enfermeras (y enfermeros) de nuestro país. Cinco de cada seis son mujeres. Un saludo a los que estáis en activo, con contratos temporales al menos un tercio de vosotros, y un saludo a las enfermeras jubiladas, que lo siguen siendo, enfermeras, aunque ya no trabajen. Hay profesionales de la enfermería en España que llevan igual diez años encadenando contratos, apuntados a la bolsa de empleo y esperando la llamada del servicio autonómico de turno para ver dónde tienen que ir a reforzar plantilla, o a cubrir un hueco, por cuántas horas o por cuántos días.

Carlos Alsina

Madrid | 12.05.2020 08:12

Hoy es el Día Internacional de la Enfermería, porque tal día como hoy nació Florence Nightingale, la joven británica de familia muy pudiente que sorprendió a sus padres queriendo ganarse la vida y cuya labor en Crimea inspiró al fundador de la Cruz Roja. Aunque en España es buen día para recordar a Isabel Zendal, cuya familia ---cincuenta años antes--- era lo contrario de los Nightindale: campesinos de una parroquia gallega que a través del cura consiguieron colocar a la chica como interna de una familia de Coruña. Seguro que conoces su historia.

Cómo acabó de rectora en la inclusa del Hospital de la Caridad, es decir, de encargada de los expósitos, los niños sin madre conocida. Y cómo se embarcó en 1803, rumbo a América, con el doctor Balmis y veintidós niños. Los niños habrían de servir como portadores del virus de la viruela, los niños vacuníferos, protagonistas de la primera campaña internacional de vacunación en el mundo. Por eso la operación de las Fuerzas Armadas en esta crisis del coronavirus se ha llamado Balmis y por eso Isabel Zendal está considerada por la Organización Mundial de la Salud la primera enfermera en misión internacional de la historia del mundo.

Ayer habló la OMS de los contagios por coronavirus entre los profesionales sanitarios. Para decir que es alarmante el número de infecciones en algunos países.

En algunos países es de más del 10 por 100 el porcentaje de sanitarios infectados, decía la señora Van Kerkhove, epidemióloga estadounidense. Diez por ciento. En España estamos por encima del veinte.

Lo que estamos intentando es entender mejor dónde se están contagiando los profesionales de la sanidad, por qué se están contagiando y cómo podemos asegurarnos de que deje de ocurrir.

Habrá que confiar en que la Organización Mundial de la Salud lo averigüe por su cuenta porque las autoridades sanitarias españolas aún no han sabido dar respuesta. A la vez que se dice que los medios de protección han llegado, que el desabastecimiento quedó atrás, que todas las prevenciones se toman, la mayor parte de los nuevos diagnosticados cada día son profesionales sanitarios.

La situación es lo bastante grave, y lo bastante sensible, como para que los responsables de sanidad (del gobierno central, de los gobiernos autonómicos) midan bien cada palabra que pronuncian. El doctor Simón ya tuvo que matizarse a sí mismo por haber sugerido que las infecciones de los sanitarios eran menos graves que las del común de los pacientes. La consejera aragonesa Pilar Ventura se enfrente a una rebelión profesional por haber dicho que en los días más duros se permitió a los sanitarios fabricarse sus propios medios de protección porque les servía de estímulo.

La consejera ha pedido disculpas pero están pidiendo su dimisión los colegios de médicos y enfermeras de las tres provincias aragonesas. Si hay un asunto que escuece, y que duele, y que indigna es el de los EPI que no llegaron a tiempo, ni a hospitales de Aragón, ni a hospitales de Madrid, ni a hospitales de tantos sitios.

Y también en esto somos reincidentes. Como país. Tampoco en esto la historia es nueva.

Mira lo que se publicó hace más de cien años. 1918, cuando la epidemia de la gripe española (que ya sabemos que no era española aunque los extranjeros nos colgaran el sambenito).

Diario El Liberal: 'La epidemia ha puesto en claro una verdad lastimosa. En España carecemos de un buen material sanitario. Lo dicen personas autorizadas y ello es harto sensible. Un gobierno que no cuide la salud pública nos parece deficiente. Más que las declaraciones, son sobrado elocuentes al respecto nuestras estadísticas de mortalidad'.

El mismo periódico, un mes después. Octubre de 1918. Dice:

'Han muerto muchos médicos con motivo de la actual epidemia en España. Honor a esos bravos mártires. Y no porque hayan caído en el ejercicio de su misión, cumpliendo su deber, sino porque han ido a luchar con un enemigo poderoso sin medios no ya de ofensa sino de defensa. No es la epidemia lo que los ha matado, sino la epidemia del descuido español, de la desorganización, de la inaudita imprevisión de los directores oficiales y oficiosos de nuestra vida nacional. Honor a los médicos muertos y que su ejemplo sirva, al menos, de acicate y de escarmiento poderoso para que el tremendo caso de imprevisión no se repita'.

Ciento dos años han pasado. Del virus de la gripe del 18 al coronavirus de la Covid ésta de 2020. Nada tiene que ver la España de entonces con la de ahora, ni en su estructura administrativa, ni en sus recursos, ni en su posición en Europa, pero en la desprotección de los médicos y enfermeras nos hemos repetido a nosotros mismos.

Esperando a que lleguen de nuevo los turistas nos contaba el alcalde de Palma ayer que habían iniciado la fase 1 en su ciudad. A medio gas se va recuperando la actividad comercial en las capitales que han cambiado de fase, con muchos locales todavía cerrados y con muchos clientes que aún se resisten a entrar. Los desinfectantes, los termómetros, las mascarillas, forman parte del paisaje de este mes de mayo y eso complica la reactivación de nuestro sector económico principal, que es el turismo.

Están los gobiernos de Alemania, Italia, Francia y España tratando de encontrar la manera de garantizar que puedan desplazarse los viajeros entre estos cuatro países en condiciones de seguridad. Corredores turísticos, digamos, para hacer posible que los turistas pasen unos días en otro país sin que eso suponga riesgo ni para ellos ni para los que están.

La recuperación plena del turismo no se espera en España hasta el año que viene. Van a ser, por tanto, las empresas vinculadas a este sector las que más tiempo necesiten para volver a funcionar y las que más uso tengan que hacer de los ERTE, la suspensión temporal de los empleos cuyas condiciones ha revisado el gobierno atendiendo a la petición común que hacían patronales y sindicatos. Habrá ERTE más allá del mes de junio y del estado de alarma. Y habrá posibilidad de invocar razones organizativas o de riesgo de concurso de acreedores para reducir plantilla. Todas las partes asumen que el objetivo es paliar la destrucción de empleo pero evitando también la destrucción de las pequeñas empresas.

Y como dice, y dice bien, la ministra Díaz, los ERTE están siendo el instrumento principal para evitar despidos. A diferencia de 2008, que no cabía acogerse a ellos invocando causa de fuerza mayor por el desplome económico. Entre 2008 y 2020 –--aunque esto el gobierno de ahora prefiera no recordarlo--- está la reforma laboral de 2012.

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