OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Franco dejará el Valle de los Caídos gobernando Sánchez en España, es lo que hay"

Pues no, no parece que España se haya levantado hoy sacudida por la noticia de queCompromís elige ir a las elecciones de la mano de Iñigo Errejón.

Carlos Alsina

Madrid | 24.09.2019 08:13

Uno entiende que el baile de parejas en la izquierda española, y la cartilla de baile de este nuevo actor en danza de nombre Errejón, nos entretenga mucho en las tertulias de periodistas y políticos, pero darle categoría de acontecimiento cuasi histórico a este movimiento táctico del partido de la señora Oltra igual es exagerar. Errejón tiene, a día de hoy, más tirón mediático que político y Compromís aportó a las Cortes que han disueltas un diputado. Uno de 350. No parece que vaya a provocar un terremoto con quién se presente o se deje de presentar.

La micro política, politiqueo, politiquería, politiquilla que diría Unamuno (tan actual esta semana) nos tiene sorbido el seso.

Que a Franco lo saquen o no del Valle de los Caídos tampoco está, seguramente, entre las inquietudes acuciantes con que usted se levanta cada mañana, pero al menos esto de Franco sí tendrá su pequeño hueco en los libros de Historia. Cuando digan dónde están sepultados los restos del dictador tendrán que cambiar Cuelgamuros por el cementerio de El Pardo. Salvo que la familia entre en razón, asuma que la decisión del gobierno va a prevalecer sobre la suya, y escoja otro destino para el difunto que no sea la cripta de la Almudena.

El Supremo intenta resolver ya este asunto hoy. Como cuenta La Razón, los jueces están todos de acuerdo es que es correcta la exhumación y la evacuación de los restos mortales. En eso, unanimidad. Hay diferencia de criterios sobre si cabe cerrar la puerta de la Almudena pese a la voluntad de la familia y la ambiugüedad de la jerarquía de la Iglesias, pero son mayoría los jueces que se inclinan por darle la razón en esto también la gobierno. Sánchez, dice el periódico, podrá exhumar a Franco con el aval del Tribunal Supremo. Podrá exhumarlo y podrá sepultarlo en el Pardo si la familia no ofrece una alternativa que no sea la Almudena.

Se han cumplido los procedimientos y se ha respetado el derecho de la familia. El derecho a porfiar en los tribunales en contra de una decisión que no comparte. Pero el Supremo va a resolver que no es la familia quien tiene la última palabra. Porque Franco no es un difunto cualquiera y porque el Valle de los Caídos (su significado y su uso) está sujeto a lo que el Parlamento, que es la sociedad española, decida en cada momento. Es verdad que Sánchez vio en este asunto un revulsivo provechoso a poco de su llegada a la Moncloa, pero también lo es que existía un mandato del Congreso que el gobierno de Rajoy aparcó y que el gobierno siguiente decidió cumplir. Fue el Parlamento el que dijo que a Franco había que sacarlo de ahí, que en el Valle de los Caídos sólo han de estar los muertos de la guerra y que el gobierno tenía la obligación de articular el procedimiento legal para que eso ocurriera.

La familia Franco tuvo en su mano asumir, entender, que las cosas habían cambiado, acordar con el gobierno una sepultura digna que no generara ni discordia ni más problemas y pasar página. Pudo hacerlo, pero no lo hizo. Fue al choque con el Ejecutivoen un pulso que ha durado más un año y que ahora se termina. Franco dejará el Valle de los Caídos gobernando en España Pedro Sánchez. Es lo que hay. Aunque sólo sea porque Pedro Sánchez, en funciones y sin investidura, tiene –-mínimo—otros cuatro meses de gobierno asegurado.

Lo empezamos a contar ayer a esta hora: la operación judicial contra nueve personas sospechosas de estar preparando acciones violentas en Cataluña.

No se les detuvo por ser independentistas, pero, en efecto, son independentistas. Están siendo sus palmeros y compañeros de farra (los otros CDR) quienes con más ahínco están subrayando que lo son, independentistas. Ellos sabrán. No es la guardia civil, ni el juez García Castellón, quien pone el foco en la ideología de los nueve héroes populares. Son algunos líderes independentistas.

Empezando por el jefe de agitación, que es Joaquim Torra. Al que esta mañana alguien tendría que tener la ocasión de preguntarle cuánto sabe de los nueve detenidos (siete permanecen en la comandancia de Tres Cantos antes de ser presentados al juez):

• ¿Le consta al señor Torra que los teléfonos de estos individuos han estado pinchados un año y medio, como informa hoy La Vanguardia?

• ¿Le consta lo que se contaban estos tipos unos a otros en esas conversaciones?

• ¿Ha inspeccionado el señor Torra los domicilios de los arrestados? ¿Ha analizado él el material que se ha encontrado ahí?

• ¿Conoce el señor Torra la cantera en la que realizaron prácticas con materiales explosivos? ¿Tiene una explicación convincente sobre por qué unas personas que no son ni pirotécnicos, ni artificieros, ni químicos investigando para la Pompeu Fabra se entretienen probando cosas que explotan? Alguna explicación alternativa a la de la Guardia Civil, quiero decir.

• ¿Conoce el señor Torra la razón de que los detenidos tuvieran en su poder un plano del cuartel de Canovellas?

• ¿Le parecería razonable al señor Torra que si los Mossos d'Esquadra tienen indicios sólidos de que alguien va a atacar un edificio público dentro de unos días, actuara para impedir que el ataque se consumara?

En resumen, y por no alargar el cuestionario: ¿tanto le cuesta al señor Torra dejar de hablar por hablar? Que si la represión, que si el Estado malvado y que si no sé qué más. ¿Qué será lo siguiente? ¿Hace un canto a Qatar, como Xavi Hernández? Qué revelador el elogio al país en el que hoy se gana la vida el futbolista. Una dictadura de manual. 'No es un país democrático pero las cosas funcionan mejor que en España', dice. Ya está empatado con Franco. Nada más ordenado y estable que un régimen dictatorial. ¡Viva Qatar!

Ahora ya sabemos sobre quién flota, en verdad, el fantasma de Franco.