Coges el periódico por la mañana y te pones perdido. Es lo que dice el quiosquero: tanto hablar del periódico electrónico y lo que tienen que inventar es el diario con autocierre, como las bolsas. Ten cuidado con la noticia de las ITV que chorrea. Episodios diversos -y presuntos- de espabilados y trileros que pueblan las crónicas de España. Gentes del papel couché mencionadas en el papel impreso por traficar con papel moneda. La España del papel higiénico.
Julián Muñoz e Isabel Pantoja se llevaron cien reses bravas de la ganadería de Núñez del Cubillo sin soltar un euro. ¿Qué era, una donación vacuna? No, una compra que dejaron sin pagar. Eso ha contado el ganadero en el juicio a la artista por supuesto blanqueo de capitales -no se la juzga por ser famosa ni por haber salido toda la vida en el Hola, sino por blanquear dinero obtenido ilegalmente, persecución del delito, nada que ver con el linchamiento que sus propagandistas proclaman-. ¿Cómo se lleva uno cien vacas de una finca? Pues no se las lleva, se las mandan. En camiones a la finca propia. Y se entiende que antes o después se paga lo adquirido, pero en esta ocasión dice el vendedor que no vio un euro.
Calcula que dejaron de pagarle quince o veinte millones. Se ve que es generoso en las horquillas: de quince a veinte hay cinco millones de euros, que es un dinero. En billetes de quinientos, te salen unos cuantos fajos. Y en billetes más pequeños, ni te cuento. Dinero en efectivo, la forma de pago preferida de quienes aspiran a pasar inadvertidos por los radares de Hacienda.
De Gao Ping sospecha la policía y el juez que dirige la indagación -aún está en fase de instrucción el sumario, no hay todavía procesamiento- que montó una lavandería de dinero a la que fueron acudiendo luego, como clientes, no tanto ciudadanos chinos residentes en España como ciudadanos de aquí que tienen su dinero en cuentas en el extranjero.
Se le llama trama china, pero muchos de los investigados tienen de chino lo que la Samsung, que es coreana. Españolas que, a decir de la policía, guardan su dinero fuera pero quieren poder utilizarlo. Necesitan sacar, de vez en cuando, cantidades del banco para pagarse cosas. Veinte mil euros, pongamos. Pero como no quieren que Montoro se dé cuenta, contratan los servicios de mi hermosa lavandería. En lugar de transferirse los veinte mil a una cuenta de aquí para poder ir al cajero a sacarlos, los transfieren a una cuenta china de un banco chino en China. Un chino, allí, ve ingresados veinte mil euros en su cuenta. Y un chino aquí, en España, le entrega los veinte mil en billetes al español que se esconde de Montoro.
En síntesis, el procedimiento es éste. Que luego ya se complica, al gusto del cliente, con todo tipo de intermediarios, sociedades y pantallas. Y el chino de aquí, ¿de dónde saca esos veinte mil euros opacos a Hacienda? Ésta es la segunda parte de la historia: el origen del dinero que manejaba, presuntamente, la organización de Gao Ping, dinero negro que, en virtud de este procedimiento, pasaba de ser negro en España a blanco en China. El País contaba hoy que entre los investigados por contratar los servicios de limpieza están un sobrino de Abelló, el hijo de Cuqui Fierro, el empresario Antonio Banús y tres señoras que son Borbón pero de una rama muy alejada de la familia real, como se encarga de subrayar el diario.
Para todos ellos, presuntamente, Gao Ping era un surtidor de cash, fajos de billetes, efectivo. Él, en una entrevista en Intereconomía, ha negado que haya incurrido en ilegalidad alguna. “Desde que llegué a España” ha dicho, “sólo he hecho tres cosas: trabajar, ahorrar e invertir”. Blanquear, sobornar, coaccionar son verbos que aparecen en los informes policiales pero que él considera incompatibles con su modo de proceder en los negocios. Todo lo que reconoce es que en sus empresas le gusta tener mucho dinero en efectivo, por si acaso, en lugar de tenerlo todo en el banco.
En qué acabará lo de Gao Ping está por ver. Y está en manos de policía, fiscalía y juez de instrucción. Será el juez quien decida cuánto de todo esto que aparece en los informes policiales tiene solidez suficiente como para acabar reflejado en el procesamiento y posterior juicio. Como ocurre, por otra parte, con todas las investigaciones policiales. Cuando existe una denuncia que ofrece visos de ser creíble, se informa al juzgado para que decida.
El juez Ruz, de la Audiencia Nacional, ha pedido ya a la fiscalía anticorrupción que se pronuncie sobre la denuncia que le ha transmitido la Unidad de Delincuencia Fiscal de la policía y que afecta a Oriol Pujol, “hijo de” y número dos de Convergencia Democrática de Cataluña. Denuncia en forma de declaración que presta ante la policía una antigua amiga (íntima amiga cuenta hoy El Mundo) del señor Pujol (hijo) que sostiene que él viajaba con frecuencia a Andorra con bolsas de billetes de quinientos euros para ingresarlos en la Banca Mora, o en catalán, la Mora Banc. Que se llama así no porque sea africana sino porque la fundó un señor que se llamaba Mora. Según la denunciante, en uno de aquellos viajes a la Mora abrió el maletero para buscar una cosa y vio que la bolsa de viaje de Pujol estaba abierta y que iba llena de billetes. Y ella ató cabos y concluyó (eso declara) que el dinero procedía de comisiones ilegales y lo llevaba a Andorra para blanquearlo.
Bueno, Oriol Pujol ya ha dicho que esto es un ataque personal de gente que quiere arrinconar y destruirle a él, a su familia y al proceso político que se ha abierto en Cataluña. Y que, sintiéndose indefenso ante las cosas que se están publicando, pide amparo a la fiscalía. Ampárame, fiscal, que todo esto es un cuento chino. Pues igual lo es.
Y el hecho de que la denunciante sean una antigua novia (o amiga íntima) abre la posibilidad de que exista despecho o ánimo de venganza de la denunciante, ciertamente, pero...no sería el primer caso que empezara así, con alguien que tiene información comprometedora y que, por motivos diversos, canta. Si estamos ante ese supuesto es imposible, hoy, afirmarlo.
Pero dado que existe una persona que denuncia algo, persona perfectamente identificada y que cuenta su historia a la policía, le resultará difícil a la fiscalía certificar que no hay razón para investigar la veracidad, o falsedad, de la acusación que esa persona hace. Amparar no es dejar de investigar, sino esclarecer la verdad para que, en caso de estar mintiendo, esta persona sea castigada. Investigar.
Como se investiga la operación Campeón. Y a Dorribo, el empresario socio de Orozco -amigo, a su vez, de José Blanco-,que presuntamente pagó una parte de la casa del ministro. Como se investiga si Blanco pagó una parte de su vivienda en negro. Blanco pagando en negro parece una viñeta, pero no, es un sumario.Les voy a decir una cosa.
Entre los que se llevaban las vacas sin pagar, los que llenaban el maletero del coche de billetes de quinientos y los que recurrían a la lavandería de Gao Ping para blanquear su dinero, todo presuntamente, están las vísperas navideñas en España de lo más sucias.
Coges el periódico por la mañana y te pones perdido. Es lo que dice el quiosquero: tanto hablar del periódico electrónico y lo que tienen que inventar es el diario con autocierre, como las bolsas. Ten cuidado con la noticia de las ITV que chorrea. Episodios diversos -y presuntos- de espabilados y trileros que pueblan las crónicas de España. Gentes del papel couché mencionadas en el papel impreso por traficar con papel moneda. La España del papel higiénico.
Julián Muñoz e Isabel Pantoja se llevaron cien reses bravas de la ganadería de Núñez del Cubillo sin soltar un euro. ¿Qué era, una donación vacuna? No, una compra que dejaron sin pagar. Eso ha contado el ganadero en el juicio a la artista por supuesto blanqueo de capitales -no se la juzga por ser famosa ni por haber salido toda la vida en el Hola, sino por blanquear dinero obtenido ilegalmente, persecución del delito, nada que ver con el linchamiento que sus propagandistas proclaman-. ¿Cómo se lleva uno cien vacas de una finca? Pues no se las lleva, se las mandan. En camiones a la finca propia. Y se entiende que antes o después se paga lo adquirido, pero en esta ocasión dice el vendedor que no vio un euro.
Calcula que dejaron de pagarle quince o veinte millones. Se ve que es generoso en las horquillas: de quince a veinte hay cinco millones de euros, que es un dinero. En billetes de quinientos, te salen unos cuantos fajos. Y en billetes más pequeños, ni te cuento. Dinero en efectivo, la forma de pago preferida de quienes aspiran a pasar inadvertidos por los radares de Hacienda.
De Gao Ping sospecha la policía y el juez que dirige la indagación -aún está en fase de instrucción el sumario, no hay todavía procesamiento- que montó una lavandería de dinero a la que fueron acudiendo luego, como clientes, no tanto ciudadanos chinos residentes en España como ciudadanos de aquí que tienen su dinero en cuentas en el extranjero.
Se le llama trama china, pero muchos de los investigados tienen de chino lo que la Samsung, que es coreana. Españolas que, a decir de la policía, guardan su dinero fuera pero quieren poder utilizarlo. Necesitan sacar, de vez en cuando, cantidades del banco para pagarse cosas. Veinte mil euros, pongamos. Pero como no quieren que Montoro se dé cuenta, contratan los servicios de mi hermosa lavandería. En lugar de transferirse los veinte mil a una cuenta de aquí para poder ir al cajero a sacarlos, los transfieren a una cuenta china de un banco chino en China. Un chino, allí, ve ingresados veinte mil euros en su cuenta. Y un chino aquí, en España, le entrega los veinte mil en billetes al español que se esconde de Montoro.
En síntesis, el procedimiento es éste. Que luego ya se complica, al gusto del cliente, con todo tipo de intermediarios, sociedades y pantallas. Y el chino de aquí, ¿de dónde saca esos veinte mil euros opacos a Hacienda? Ésta es la segunda parte de la historia: el origen del dinero que manejaba, presuntamente, la organización de Gao Ping, dinero negro que, en virtud de este procedimiento, pasaba de ser negro en España a blanco en China. El País contaba hoy que entre los investigados por contratar los servicios de limpieza están un sobrino de Abelló, el hijo de Cuqui Fierro, el empresario Antonio Banús y tres señoras que son Borbón pero de una rama muy alejada de la familia real, como se encarga de subrayar el diario.
Para todos ellos, presuntamente, Gao Ping era un surtidor de cash, fajos de billetes, efectivo. Él, en una entrevista en Intereconomía, ha negado que haya incurrido en ilegalidad alguna. “Desde que llegué a España” ha dicho, “sólo he hecho tres cosas: trabajar, ahorrar e invertir”. Blanquear, sobornar, coaccionar son verbos que aparecen en los informes policiales pero que él considera incompatibles con su modo de proceder en los negocios. Todo lo que reconoce es que en sus empresas le gusta tener mucho dinero en efectivo, por si acaso, en lugar de tenerlo todo en el banco.
En qué acabará lo de Gao Ping está por ver. Y está en manos de policía, fiscalía y juez de instrucción. Será el juez quien decida cuánto de todo esto que aparece en los informes policiales tiene solidez suficiente como para acabar reflejado en el procesamiento y posterior juicio. Como ocurre, por otra parte, con todas las investigaciones policiales. Cuando existe una denuncia que ofrece visos de ser creíble, se informa al juzgado para que decida.
El juez Ruz, de la Audiencia Nacional, ha pedido ya a la fiscalía anticorrupción que se pronuncie sobre la denuncia que le ha transmitido la Unidad de Delincuencia Fiscal de la policía y que afecta a Oriol Pujol, “hijo de” y número dos de Convergencia Democrática de Cataluña. Denuncia en forma de declaración que presta ante la policía una antigua amiga (íntima amiga cuenta hoy El Mundo) del señor Pujol (hijo) que sostiene que él viajaba con frecuencia a Andorra con bolsas de billetes de quinientos euros para ingresarlos en la Banca Mora, o en catalán, la Mora Banc. Que se llama así no porque sea africana sino porque la fundó un señor que se llamaba Mora. Según la denunciante, en uno de aquellos viajes a la Mora abrió el maletero para buscar una cosa y vio que la bolsa de viaje de Pujol estaba abierta y que iba llena de billetes. Y ella ató cabos y concluyó (eso declara) que el dinero procedía de comisiones ilegales y lo llevaba a Andorra para blanquearlo.
Bueno, Oriol Pujol ya ha dicho que esto es un ataque personal de gente que quiere arrinconar y destruirle a él, a su familia y al proceso político que se ha abierto en Cataluña. Y que, sintiéndose indefenso ante las cosas que se están publicando, pide amparo a la fiscalía. Ampárame, fiscal, que todo esto es un cuento chino. Pues igual lo es.
Y el hecho de que la denunciante sean una antigua novia (o amiga íntima) abre la posibilidad de que exista despecho o ánimo de venganza de la denunciante, ciertamente, pero...no sería el primer caso que empezara así, con alguien que tiene información comprometedora y que, por motivos diversos, canta. Si estamos ante ese supuesto es imposible, hoy, afirmarlo.
Pero dado que existe una persona que denuncia algo, persona perfectamente identificada y que cuenta su historia a la policía, le resultará difícil a la fiscalía certificar que no hay razón para investigar la veracidad, o falsedad, de la acusación que esa persona hace. Amparar no es dejar de investigar, sino esclarecer la verdad para que, en caso de estar mintiendo, esta persona sea castigada. Investigar.
Como se investiga la operación Campeón. Y a Dorribo, el empresario socio de Orozco -amigo, a su vez, de José Blanco-,que presuntamente pagó una parte de la casa del ministro. Como se investiga si Blanco pagó una parte de su vivienda en negro. Blanco pagando en negro parece una viñeta, pero no, es un sumario.