OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Negociar y pelear, todo a la vez"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la actitud de Pedro Sánchez tratando de hacer oposición a Feijóo mientras el Gobierno intenta negociar con el PP la renovación del Poder Judicial.

Carlos Alsina

Madrid | 17.10.2022 08:30

Le toca seguir trabajando al departamento de reconstrucción y mejoramiento del palacio de la Moncloa. Al cabo de cinco meses de campaña diaria, y persistente, para reconectar al presidente con el público votante -que si el hombre del pueblo, que si el gobierno de la gente- la encuesta que difundió anoche Antena3 deja a Sánchez en la tercera posición en valoración de líderes (tercero de seis) y cinco puntos por debajo del PP en intención de voto.

Queda trabajo por hacer, fontaneros

El departamento de demolición de aspirantes y adversarios también tendrá que seguir trabajado porque al cabo de dos meses de lluvia fina sobre la insolvencia, la ineptitud, el negacionismo, la mala fe y las malas artes del curandero, el chamán, el servil mayordomo de las eléctricas y de los ricos, Núñez Feijóo, resulta que éste sigue siendo el que mejor nota saca en esta encuesta. Un cuatro pelao, que es un suspenso, sí, pero menos que el de Sánchez, 3,7, y el de Yolanda Díaz, que va segunda con su 3,9.

Queda trabajo por hacer, fontaneros. Nadie dijo que la restauración de liderazgos deteriorados por la sobrexposición presidencialista fuera cosa de niños.

La tarea descomunal, hercúlea, no apta para débiles, que consiste en encontrar veinticinco jueces cuyas trayectorias profesionales pesen más que su afinidades políticas

La Moncloa y el PP, a diecisiete de octubre, siguen con su negociación interminable -sin luz, sin taquígrafos, sin filtraciones- sobre los cinco nombres que entrarán de refresco al Tribunal Constitucional y los veinte que formarán el nuevo Consejo General del Poder Judicial.

Ahí están Bolaños y González Pons dándolo todo en esta tarea descomunal, hercúlea, no apta para débiles, que consiste en encontrar veinticinco jueces, juristas, catedráticos de derecho, cuyas trayectorias profesionales pesen más que su afinidades políticas. Es dura la tarea, o debe de serlo porque un día los periódicos están convencidos de que la fumata blanca es inminente y al día siguiente, de que esto no lo arregla ni el espíritu santo.

Sánchez quiere volver a disfrutar del debate en el Senado

Bien pudiera ocurrir, en realidad, que en el calendario que ambas partes tienen en mente haya un repecho que aún está por superar. Y que se llama debate en el Senado. Mañana hay remake, o secuela, del debate aquel de hace un mes que no le interesó al 78% de los ciudadanos (no, al menos, para ponerle un ojo o un oído mientras se estaba produciendo).

Nada le hace disfrutar más que ser el líder de la oposición que pone contra las cuerdas a un presidente conservador. Acabemos con Feijóo

Sánchez, acuérdese, salió tan convencido de que destrozado el crédito de Feijóo, que se quedó con ganas de más. Y prometió a los suyos que habría más. A ver, el presidente tiene la potestad de ir al Senado cuando a él le parezca, no cuando le lleven los grupos parlamentarios. Mañana comparece de nuevo para informar de las medidas que toma su gobierno y…. bla bla bla, porque lo de menos es la excusa que haya buscado para presentarse en la Cámara Alta. Él lo que quiere es volver a disfrutar. Y ya se vio hace un mes que nada le hace disfrutar que volver a ser el líder de la oposición que pone contra las cuerdas a un presidente conservador. Acabemos con Feijóo.

El barro tira más que el afán por resolver de una vez lo del CGPJ

El problema es que el debate de mañana llega en un contexto un poco distinto al de septiembre. Atacar al adversario por decir no a todo lo que tú propones, no es no, cuando estás negociando con él los veinticinco nombres del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional puede ser, más que una contradicción, una contraindicación. Si se trata de proteger la negociación, como dijo la semana pasada la ministra portavoz, de ‘aislar la negociación del barro político’, como dijo el viernes El Diario, tiene poco sentidovolver a interpretar en el Senado el papel de demolition man. Podría parecer que el barro tira más de ti que el afán por resolver de una vez lo del C-G-P-J.

Si se trata de proteger la negociación, tiene poco sentido volver a interpretar en el Senado el papel de demolition man

Y debates con Feijóo, después de todo, habrá más. Todos los que el presidente quiera. Y a cada debate seguirá una encuesta del CIS que diga que nuestro Sánchez estuvo espléndido. En cualquiera de sus registros actorales. Hoy mismo, en la víspera, Tezanos animará el ambiente con su tradicional encuesta de intención de voto. Que si respeta la tradición, vendrá a decir lo contrario de lo que están diciendo todos los demás sondeos. Sánchez resurge, Feijóo está acabado. Buen trabajo, fontaneros. La campaña de reconstrucción y mejoramiento de la imagen presidencial ha sido un éxito sin paliativos en la cabeza de Tezanos. De victoria en victoria hasta las elecciones generales de dentro de un año.

Diferencias en la previsión de crecimiento de la economía

A la vez que el CIS, por cierto, escucharemos hoy al gobernador del Banco de España exponer sus análisis sobre el proyecto de Presupuestos en el Congreso. Comienza la liturgia de las comparecencias en la comisión correspondiente para que instituciones como el Banco de España u organismos como la Airef trasladen a los diputados sus impresiones. Que en algunas cosas coinciden con las expectativas del Gobierno y en otras, no.

Ambos tienen ya dicho que nuestra economía seguirá creciendo el año que viene, pero donde Calviño ve un 2,1%, la Airef calcula un 1,5% y el Banco de España, un 1,4%. Entre hoy y mañana tendrán ocasión de explicar a qué se debe la diferencia. Y también -porque a eso acuden al Congreso- si las previsiones de ingresos y gastos que ha plasmado ahí María Jesús Montero se compadecen, o no, con los datos que ellos manejan.

Recomendación de no vincular las pensiones a la inflación

El gobernador Hernández de Cos, en esta misma comparecencia el año pasado, avisó de que veía poco factibles las previsiones a la luz de los nubarrones que él percibía en el horizonte, y aún no había empezado la guerra de Ucrania. Fue ahí donde recomendó no vincular las subidas del salario de los funcionarios o de las pensiones a la inflación con el argumento de que si la subida es pareja al IPC acabas contribuyendo a que la inflación siga desbocada, en lugar de doblegarla.

Octubre de 2021. En ninguna previsión de ningún organismo oficial aparecía una inflación para este año del 9%, que es la que hemos acabado teniendo. Repitió el gobernador su mensaje seis meses después y se le echaron encima el ministro Escrivá y Yolanda Díaz. Ahora que ya hay proyecto de Presupuestos y que recoge subir las pensiones un 8,5%, a ver qué dice hoy el gobernador. Hay ministerios que le siguen teniendo ganas.