OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Consejo de ministros de almas en pena"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre las críticas internas en el Gobierno, entre PSOE y Podemos, de cara a las elecciones generales del 23 de julio, un estado de agonía que vaticina el fracaso electoral de ambos partidos.

Carlos Alsina

Madrid | 06.06.2023 08:35

Habrán encargado crisantemos. Y gladiolos. Para ambientar la sala donde se reúne el Consejo de ministros. Con un horno crematorio por si alguno de los veintidós, en un arrebato de realismo trágico, decide incinerarse él mismo sin esperar a que lo hagan sus compañeros de gobierno o de partido. ¡Frena, Irene, frena, no te precipites! Que aún no está perdida la esperanza de que acabes de paracaidista en alguna circunscripción donde esté más o menos asegurado un escaño.

El Gobierno, en estado de agonía y en modo sálvese quien pueda

Oiga, qué reunión la de esta mañana. El Gobierno, en estado de agonía y en modo sálvese quien pueda. Calviño repitió ayer que Podemos ha muerto. De modo que hoy tendrá delante a Belarra y Montero de cuerpo presente. Qué menos que llevarles una corona.

Yolanda sigue tratando de consumar la purga para borrar el color morado de su nueva marca, Sumar tachando

Podemos dijo ayer que a Calviño no se la cree nadie, que a cuento de qué se pone ahora la chaqueta de pana. Nunca la vieron de izquierdas. Sanchista sí, pero de izquierdas, no. A Yolanda antes la veían de izquierdas los socialistas, pero ahora la ven como una prima lejana de Santiago Abascal. Subráyese lo de prima porque votarla a ella resulta que es votar por el gobierno de derechas, ya te vale, Yolanda, ¡infiltrada, quintacolumnista!

Y Yolanda dice que no sueñen con volver al bipartidismo, que para eso está ella, para representar a la España plural que no es ni Sánchez ni Feijóo. Ni Iglesias ni Irene Montero. Sigue tratando de consumar la purga para borrar el color morado de su nueva marca, Sumar tachando.

Con lo orgullosos que estaban todos del gobierno de coalición y las burradas que aún serán capaces de decirse estas siete semanas

Está cada vez más entretenido el Consejo de Ministros. Con lo orgullosos que estaban todos, hasta hace diez días, del gobierno de coalición y las burradas que aún serán capaces de decirse estas siete semanas. En la esperanza, claro, de llegar a la noche electoral con escaños suficientes para proclamar el pelillos a la mar y gobernemos juntos de nuevo. Crisantemos en la Moncloa para un gobierno entre tinieblas y poblado de fantasmas.

¡Vivan los debates!

Ha propuesto Pedro Sánchez que haya más debates que nunca en estas elecciones. Alabado sea el presidente. En democracia, y con los debates, siempre es mejor que sobren a que falten. Propone seis. Uno por semana. ¿Y por qué no doce, presidente? O quince. O dieciocho. Tres por semana, martes, jueves y sábados. Ya que es usted converso, no se corte. Y no se quede corto.

Ha propuesto seis y mucha gente se ha sorprendido por el número. A mí lo que me sorprende es que tengan que ser los lunes. ¿Qué tienen los lunes que no tengan los jueves (para Sánchez, me refiero)? Y qué necesidad de meterse a programador televisivo concediendo a las emisoras que elijan ellas entre meter el debate en un programa de prime time o hacer un programa específico para el debate. Qué grado de detalle en la propuesta y cómo se agradece. ¡Vivan los debates!

Dice el PP: propone seis porque mira por su propio interés. Hombre, ya. No va a velar por el interés del de enfrente. Que nuevos no somos. Es la misma razón por la que Feijóo todavía no ha aceptado ninguno. El que va por delante tiene más que perder. Y el que va por detrás, y cuanto más se vea relegado y sin opciones, más debates va a querer.

Es la misma razón por la que Feijóo todavía no ha aceptado ninguno. El que va por delante tiene más que perder

El PP en 2019 quería tantos debates como el PSOE ahora. Y el PSOE ahora quiere tantos debates como el PP de entonces. Si Sánchez hubiera propuesto dos habríamos dicho: esto es que se ve mal. Como ha propuesto seis es que se ve fatal. Pues sí, tampoco es un secreto.

Algún debate habrá que hacer

Pero Feijóo acabará diciendo como Ábalos en 2019: a ver, algún debate habrá que hacer. José Luis Ábalos, en fase de resurrección tras haber perdido el favor del jefe, siempre ha sido guardián de la memoria histórica. De modo que él guardará mejor memoria que nadie de lo que sostenía el PSOE hace cuatro años: que si tenían que ser a cinco, y con Vox. Que si el PP estaba desesperado y por eso pedía cara a cara.

Variadito hemos propuesto nosotros, decía una periodista. Y Ábalos que sí, que un debate cada día, o cada medio día, venga hombre.

El tradicional debate sobre los debates sólo sirve para acreditar en qué puesto inicia cada uno la carrera hacia las urnas. PP, en cabeza. PSOE, sintiéndose perdedor. Vox y Sumar, clamando contra el bipartidismo.

Yolanda se revolvió contra la programación televisiva de Sánchez

Que ésa es otra. Ya que Sánchez predica que el PP y Vox son la misma cosa, igual puede hacer dos debates con Feijóo y cuatro con Abascal. O seis con uno y seis con otro. Si son lo mismo, son lo mismo. O visto lo visto, igual lo más atractivo para el espectador es un cara a cara (o seis) con Yolanda Díaz, la feminista frente al machista. Nosotros que nos hemos querido tanto. Ayer se revolvió Yolanda contra la programación televisiva de Sánchez.

Hombres, hombres. Si es que los han elegido sus partidos, vicepresidenta, cosa que usted aún no puede decir porque votaciones en Sumar aún no ha habido. Y a ver, pequeñita, pequeñita la España que suman ambos partidos... PSOE y PP han sumado trece millones de votos el 28 de mayo. De los veintidós millones emitidos.

Hombres, hombres. Los han elegido sus partidos, vicepresidenta, cosa que usted aún no puede decir porque votaciones en Sumar aún no ha habido

Las candidaturas amadrinadas por Díaz han resultado ser mucho más pequeñitas. Y además, esta nueva marca electoral, Sumar, va a tener un problema cara a los debates en los medios públicos: y es que allí se regula en función de la representación obtenida en las elecciones anteriores, y la de Sumar, como no existía, fue ninguna. Hacen falta otros seis debates entre Yolanda Díaz e Irene Montero. ¡Fuera de mis listas! ¡Fuera de vista!

El problema de los debates es que los candidatos pueden decir lo que quieran

En 2019 predicaron los partidos que había que regular de una vez esto de los debates electorales. Para que fueran una obligación, no un capricho. Naturalmente, terminó la campaña y nadie reguló nada. Los debates son muy sanos, el problema es que los candidatos pueden decir lo que quieran y no hay garantía alguna de que cumplan lo que prometen. Acuérdese de los dos compromisos que asumió Sánchez en 2019: acabar con el sectarismo en TV3 y prohibir los referéndums ilegales.

Prometió y no hubo nada. Bueno, también prometió traer detenido a Puigdemont a España (estas cosas de Sánchez de atribuirse competencias que no tiene). Ah, y promover una reforma legal para que, en ausencia de mayoría parlamentaria alternativa, gobernara la lista más votada.

Los compromisos que asumió Sánchez en 2019: acabar con el sectarismo en TV3 y prohibir los referéndums ilegales

Luego ya salió investido, con los aliados que entonces repudiaba, Podemos y Esquerra Republicana, y se le pasaron las prisas por reformar nada. De aquel debate de hace cuatro años sólo sobreviven Sánchez y Santiago Abascal. No hay Rivera, no hay Casado, no hay Pablo Iglesias. Todo hombres, como diría Yolanda Díaz.

No monólogos. Lo dice el presidente que más homilías ha pronunciado, y sigue pronunciando, en la historia de los presidentes de gobierno en España. Que Sánchez diga que no le gustan los monólogos... Si le gustan los monólogos más que a mí, presidente, más que a mí.