OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Teoría y delirio sobre el golpismo"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la acusación de golpista a Aznar que hizo la ministra portavoz Isabel Rodríguez, después de que el expresidente llamase a la movilización contra la ley de amnistía.

Carlos Alsina

Madrid | 13.09.2023 08:51

No, no es una anécdota. No es una anécdota que el gobierno de mi país considere golpista llamar a la movilización social contra una ley. Lo de menos es que sea Aznar quien haga ondear la bandera. O que el gobierno, haciendo caricatura de sí mismo, le ponga unos cuernos de bisonte para hacerlo pasar por asaltante del Capitolio. (No se le ha escuchado a Aznar instar a que sea asaltado el Congreso. Ni siquiera a rodearlo).

Lo serio, y lo inquietante, es que el gobierno de mi país declare que es un acto de golpismo convocar a la sociedad a manifestar por todas las vías democráticas su oposición a una amnistía.

Lo tenía fácil la ministra Isabel Rodríguez y eligió tachar a Aznar de golpista

Mira que lo tenía fácil ayer la ministra portavoz Isabel Rodríguez, a quien tengo afecto. Mira que lo tenía fácil para recriminarle a Aznar esa suerte de paralelismo que estableció entre el terrorismo, y la respuesta social encarnada en el 'Basta Ya', y esta la amnistía (probable) que viene ahora.

La amnistía es criticable, los bandazos del PSOE lo son, la interpretación de que, de consumarse, no sólo dejará impune a Puigdemont, sino que dejará como culpable al Estado y como derogado el pacto del 78 es, también, perfectamente defendible. Pero el cauce que hasta ahora ha sugerido el gobierno es el de una iniciativa parlamentaria para legislar sobre la extinción de la pena que habría de contar con el respaldo de la mayoría del Congreso y que siempre quedaría sujeta al examen que a posteriori pudiera hacer el Tribunal Constitucional.

Lo serio es que el gobierno declare que es un acto de golpismo convocar a la sociedad a manifestar por todas las vías democráticas su oposición a una amnistía

No parece que semejante camino guarde semejanza alguna con el terrorismo y su arsenal de procedimientos violentos (esto quien mejor lo entenderá es Otegi, que guarda memoria, seguro, de cómo hacían dinero sus empleadores de entonces para pagarle a él los gastos en negro).

Pudo haber ido por ahí la ministra portavoz en su respuesta a Aznar ayer, pero eligió tacharle de golpista. A él y a la movilización social que él reclama. Y eso que el propio Aznar había explicitado que hablaba de combatir la posibilidad de la amnistía con los instrumentos propios de la contienda democrática.

Activar todas las energías, en el marco democrático, para que el proyecto gubernamental no se consume. El gobierno hace tiempo que considera innecesario argumentar las cosas que dice, por gruesas que estas sean.

Qué tiene de antidemocrático promover manifestaciones

Si ayer la ministra lee, como hizo disciplinada, el papelito que le habían dictado en la secretaría de Estado, lo menos que se podía esperar es que explicara qué tiene de antidemocrático promover manifestaciones, o mociones en los parlamentos autonómicos, o recursos en los tribunales para oponerse a una ley.

Dices: es que una ley la aprueba el Parlamento que representa a la sociedad española. Ya. También la ley mordaza fue aprobada por el Parlamento y a nadie se le ocurrió decir que no pudiera manifestarse el personal en contra. La intervención en la guerra de Iraq fue avalada por el Parlamento, y no será que no hubo manifestaciones del no a la guerra.

Tan democrático es llamar a la movilización en contra de la amnistía como llamar a movilizarse a favor

Tan democrático es llamar a la movilización en contra de la amnistía como llamar a movilizarse a favor. Tiene en su mano el PSOE activar sus propios instrumentos: convocar una manifestación a favor, promover mociones parlamentarias a favor en Andalucía o en Castilla La Mancha. Defender ante los tribunales, si llega el caso, la constitucionalidad de la medida.

Gobierno de España, no frivolice con el golpismo

Gobierno de España, es decir, de todos, no frivolice usted con el golpismo. Ya patinó en ese charco el portavoz de la Ejecutiva del PSOE, diputado (entonces) Felipe Sicilia cuando vinculó a los grupos parlamentarios de la derecha con el asalto al Congreso de Tejero. Memoria democrática:

Hoy Felipe Sicilia está en el dique seco, purgado por Sánchez en las listas y regresado a su ocupación de policía en la comisaría del Tribunal Constitucional. Sin que nadie en su partido llegara nunca a corregirle. Es enternecedor escuchar a Isabel Rodríguez exigirle a Feijóo que haga corregirse a Aznar. Como si Feijóo fuera su tutor, o su conciencia. No veo yo a Aznar pidiendo permiso a estas alturas para decir lo que le dé la gana. Ni a los otros expresidentes, eh. Oiga, Sánchez, haga rectificar usted a Felipe. Que mire lo que ha dicho. ¡Haga rectificar a Zapatero, que ha dicho que el infinito es el infinito!

Es enternecedor escuchar a Isabel Rodríguez exigirle a Feijóo que haga corregirse a Aznar. Como si fuera su tutor

Se ha publicado estos días que Sánchez consultará a la militancia del PSOE para que le avale la amnistía. Hombre, no es a los militantes de su partido a quienes ha de tener detrás el presidente de un gobierno en una cuestión tan hondo y tan relevante como ésta.

A quien tiene que tener detrás al país. Si quieres consultar, consulta. Pero no a tus militantes, a los ciudadanos. Pon una urna y plantea la pregunta: ¿Considera usted que ha llegado el momento de exonerar a Puigdemont de sus responsabilidades penales? Corto y al pie. Y que el país, libremente, se pronuncie.

El gobierno juraba y perjuraba que no se producirían rebajas de penas

Mientras el gobierno inflaba ayer el discurso contra Aznar, un abogado se felicitaba de que haya prosperado la rebaja de condena que solicitó para uno de sus clientes. Un cliente violador. Boza. La lista de agresores que han visto rebajada su pena como consecuencia de la ley del sólo sí es sí (versión original, antes de que fuera rectificada) es casi interminable, pero que haya acabado en esa lista uno de los individuos de la manada completa el círculo vicioso que empezó en el mes de octubre del año pasado, cuando el primer abogado que vio abierto ahí un camino presentó su escrito mientras el gobierno juraba y perjuraba que era imposible que se produjeran rebajas de penas (a pesar de haber plasmado en la ley, expresamente, penas más bajas para algunos delitos).

Irene Montero apura sus últimos meses como ministra de Igualdad, repudiada por el gabinete al que pertenece

Once meses después, sin haberse apeado de su discurso contra juezas y jueces (y en defensa de sí misma), Irene Montero apura sus últimos meses como ministra de Igualdad, repudiada por el gabinete al que pertenece y por la nueva jefa de la izquierda atomizada, Yolanda Díaz de Puigdemont.

Yolanda votó en contra de que la ley fuera rectificada

La vicepresidenta embarcada, con publicidad y trompetería, en la consecución de la amnistía y que no movió un dedo, antes del verano, para lograr que la ley del sólo sí es sí se retocara. Memoria democrática: Yolanda votó en contra de que la ley fuera rectificada. Porque estaba estupenda como estaba. Y Sánchez se ausentó. Aunque él prefiera olvidarlo. Entrevista en este programa, mes de junio.

De Doñana, por cierto, tema muy importante, no ha vuelto a pronunciar una palabra el presidente desde el día de las elecciones.