Hay un caso en Estados Unidos al que no estamos prestándole mucha atención que podría cambiar internet para siempre. Es un caso muy triste. Terrible. Cuenta The New York Times el caso de una niña de 10 años llamada Nylah que estaba viendo videos en TikTok cuando le apareció recomendado especialmente para ella un video de uno de esos ‘challenges’, desafíos, que a veces se viralizan en la red. El vídeo animaba a grabarse intentando la autoasfixia justo hasta que se está a punto de perder el conocimiento. Lo llamaban el ‘Blackout challenge’, el desafío del apagón, jugar a ahorcarse. Nylah vio el vídeo, lo intentó y murió.
Su madre denunció a TikTok por la muerte accidental de su hija y aunque inicialmente la corte desestimó el caso, ahora el fallo de un tribunal de apelaciones puede cambiar las cosas. De la respuesta a la pregunta ‘¿quién es responsable de la muerte de Nylah?’ depende en buena medida el futuro de las redes sociales.
¿Es Nylah responsable de haberse ahorcado sin querer? Difícilmente una niña de 10 años es consciente del riesgo que corre. ¿Es responsable la persona quien grabó el vídeo que ella vio?¿Y la responsabilidad de quien le enseña el vídeo? ¿Es responsable TikTok de que Nylah viera ese vídeo peligroso? Ella no lo buscó. El algoritmo decidió mostrárselo.
Pues hasta ahora se consideraba que las redes sociales no son responsables de los contenidos que crean sus usuarios. Pero el trágico caso de Nylah puede ser un antes y un después. El recurso alega que TikTok no es un simple escaparate, porque recomendó ese contenido peligroso especialmente para Nylah.
Y una cosa es que las empresas de redes sociales no sean responsables de lo que digan los usuarios, y otra muy distinta es si son responsables de lo que ellas mismas dicen. Y ahora las redes sociales también hablan, hablan con sus algoritmos y sus recomendaciones. No es lo mismo alojar un contenido que recomendarlo. Si mostrarnos un vídeo y no otro también es una forma de expresarse, entonces Tik Tok sí sería responsable.
¿Moraleja?
Los contenidos que recomiendan las redes sociales, pueden tener consecuencias mortales.