Queda un día para el debate entre Kamala Harris y Donald Trump. Los dos candidatos están prácticamente empatados en las encuestas, así que el debate del martes puede ser determinante para inclinar la balanza a favor de una u otro. Es Kamala Harris la que más tiene que ganar, y por tanto que perder en el debate de mañana.
Las opiniones sobre Trump ya están formadas. Los votantes ya saben de sobra quién es el ex presidente. Pero Harris es una incógnita. Desde que sustituyó a Biden solo ha dado una entrevista. Pese a haber sido vicepresidenta estos cuatro años, el electorado apenas la conoce ni a ella ni sus propuestas. Aun así, Trump-Harris están prácticamente empatados en las encuestas a 48-47%.
Y no deja de ser curioso que la gran ventaja de Harris siga siendo lo desconocida que es y lo poco que se sabe de sus programa electoral. Como si sus posibles votantes prefirieran no conocerla demasiado no sea que lo estropee.
A la mitad de los estadounidenses les basta con conocer a Trump para saber que votarán a la candidata demócrata recién llegada. Solo el 28% de los posibles votantes de Harris le dijeron al NYT que necesitaban más información sobre la candidata demócrata, pocos me parecen. Aunque no sé si es más sorprendente que sólo el 28% quiera saber más sobre Harris o que un 9% diga todavía que no conoce a Trump lo suficiente. ¿Qué es lo que necesitan saber sobre Trump que no sepan?
¿Qué más querrán saber esos votantes sobre el hombre que alentó un asalto al Capitolio? Siempre pueden echar un vistazo a la condena por falsedad documental, fraude fiscal y abuso sexual. Mañana el primer ex presidente considerado criminal convicto debatirá contra una antigua fiscal.Trump suma más debates que ningún otro candidato en la historia. Harris, sin embargo, es la gran incógnita.
Mañana muchos indecisos conocerán mejor a la candidata demócrata, y está por ver si eso es bueno o malo para ella. A ver qué pasa.
¿Moraleja?
Cómo estará la política de retorcida, para que dé ventaja ser una desconocida.