Porque la Juve era una amenaza seria con Cristiano, Manzukic, Dybala, Bonucci, Quielini, arrasando en Italia, y el Atleti llegaba con las dudas de haber perdido en Sevilla con el Betis y con el Madrid, y anoche le jugó a la Juve con descaro, con valentía pero sin osadías, porque Oblak paró lo que tuvo que parar pero sin hacer milagros, y llegó el penalti a Diego Costa y el VAR demostró que la falta era dos centímetros fuera del área. Mala leche. Y llegó el golazo de cabeza de Morata, y el VAR demostró que le había empujado una miajita con la mano. Mala leche. Y ya casi el 0 a 0 nos valía, porque cuando las cosas se ponen así te temes lo peor, pero llegó el gol de Giménez, y la Juve sintió el golpe y se descompuso y se sintieron noqueados, y el Atleti se sintió superior, y se lo creyó. Y se lanzó a por la Juve y le hizo el segundo con un remate chungo de Godín, del que se apartó Cristiano, y ya fue la locura.
Y todo en los últimos 15 minutos del partido, cuando pensábamos que si no hubiese habido VAR sería un 4-0. Pero queremos VAR, que la justicia no nos destruya la realidad. No está garantizada la eliminatoria. No está asegurada la clasificación. Pero ese equipo está entrenado y preparado para asegurar resultados como el de anoche, y eso es lo que nos hace creer que también el Atleti, como el Madrid y seguramente el Barça, si no hay ningún descalabro, estarán en el sorteo de cuartos de la Champions.
Por cierto, Cristiano Ronaldo no cambia. Anoche, cuando salía del Metropolitano, su despedida fue: "Yo tengo cinco Champions y vosotros cero", y lo peor es que cree que las ganó solo. Podrá presumir de músculos, pero de cerebro, desde luego no.