con javier cancho

Historia de una inteligencia artificial

De cerebros robóticos que ven a través de las paredes, de Inteligencia Artificial.

Javier Cancho

Madrid | 22.05.2019 11:29 (Publicado 22.05.2019 11:26)

El Instituto Tecnológico de Massachussets, el MIT, ha desarrollado un cerebro robótico que es capaz de ver a través de las paredes.

El sistema llamado RF-Pose utiliza una red neuronal que genera ondas inalámbricas dirigidas hacia un punto concreto. Esas ondas rebotan y se procesan convirtiéndose en una imagen que muestra la ubicación y la posición de una persona. El planteamiento parece pensado para armas sofisticadas. Pero, dicen en el MIT que el propósito consiste en detectar enfermedades. Sería algo así como un dispositivo de rayos X a distancia.

La tecnología de matriz algorítmica ofrece múltiples aplicaciones. El sistema RF-Pose también podría ser útil para los bomberos en un incendio o para los servicios de rescate ante un edificio derruido. Ver más allá de un muro parece propio de superhéroes, pero está empezando a ser algo posible en robótica. La pregunta es…si en algún momento, con esta tecnología, podría llegar a traspasarse la pared invisible del dique de la ética. Lo nuevo suscita recelo, y parece sensato no desdeñar precauciones; pero, también ocurre que la inteligencia artificial ya se utiliza con las mejores intenciones.

Después de una tempestad siempre hay ganadores y perdedores. Y los ganadores no son los árboles más robustos sino los más flexibles. La virulencia de la crisis climática está destrozando muchas especies vegetales. Y eso supone que otras proliferen, y se expandan, con desequilibrios en la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera.

La Universidad de Columbia está tratando de entender de qué manera el huracán María alteró los ciclos de la naturaleza en Puerto Rico. Se procura identificar qué especies fueron devastadas a lo largo de hectáreas y hectáreas de selva tropical. Y la única manera de afrontar un reto de esa envergadura es tomando fotografías aéreas. Y aún así, con la vista humana no se llega a disponer de certezas sobre las profundidades de la selva. Pero, la inteligencia artificial detecta patrones aprendiendo por sí misma, empleándose para no sucumbir a la crisis climática.

Se han dedicado incontables cantidades de dinero y dilapidado prometedoras carreras científicas tratando de predecir dónde y cuándo será el próximo gran terremoto. Lo que sí se logró en meteorología, con satélites y modelos matemáticos, no se ha conseguido en la anticipación del impacto telúrico. Piensen en que algunos de los terremotos más destructivos ocurrieron en comarcas donde los mapas de riesgo sísmico no habían emitido la más mínima señal de alerta. Así fue en China en 2008, en Haití en 2010 o en Japón en 2011.

El terremoto de Japón se notó en Canarias a más de 12.000 kilómetros. Se notó, pero después de que ocurriera. Sin embargo, respecto a la incertidumbre sísmica algo ha cambiado con la inteligencia artificial, con redes neuronales que buscan patrones en montañas de datos. En el departamento de Ciencias Planetarias de la Universidad de Harvard afirman que se ha llegado a un punto en el que la inteligencia artificial podría tener potencialidad para descifrar indicios de un gran movimiento telúrico. Con cautela, puede decirse que probablemente -dentro de algún tiempo- pueda anticiparse donde estará el epicentro y hacia dónde se moverán sus ondas sísmicas.