Kasturi Munirathinam, mujer india de 58 años, llegó el pasado mes de julio a Riad para trabajar como empleada doméstica. Cuenta que los primeros días la trataron bien pero que después empezaron los abusos verbales, cuando la mujer que la contrató le dijo que como era Tamil si salía sola de la casa le cortaría el cuello.
Luego comenzó a darle comida caducada y a amenazarla con deshacerse de ella cuando se terminara su permiso de trabajo. Su primer sueldo, 200 euros por mes, no lo recibió. Y la volvieron a amenazar con llevarla ante la policía sin ya permiso de trabajo.
Dice que fue entonces cuando cruzó hacia la casa de la hija de su jefa, porque su chófer y empleadas hablaban tamil pero no estaban, y entonces su 'dueña' fue a por ella y la obligó a regresar.
Allí le hizo un gesto como si fuera a ahorcarla y entonces Kasturi decidió escapar, atando sus vestidos a la cama para salir por la ventana… Pero aparecieron los dueños.
"Mientras intentaba bajar por la pared escuché un ruido como de algo cortante, y caí al suelo, pero no sabía qué había ocurrido", recuerda. Después se dio cuenta de que le habían cortado el brazo derecho, aunque la policía nunca le preguntó qué había sucedido.
Miles de hombres y mujeres de India viajan a los estados árabes cada año para buscar trabajo como obreros y empleados domésticos. Son muchos los que denuncian malos tratos, abusos y malas condiciones laborales, y las mujeres necesitan consentimiento hasta para salir del país.
