Con sólo tres recitaba la tabla periódica y desde siempre lo que más le ha gustado son las matemáticas, además del fútbol o los musicales. A los 4 años señalaba todos los países del mundo en una pelota de plástico
Su madre cuenta que tiene que trabajar con él cuando sale del colegio porque éste no es suficiente. Sherwyn no puede dejar de aprender porque si no, se aburre. Amanda también explica lo pronto que se dio cuenta de que la mente del niño no se correspondía con su edad.
“Con solo 18 meses contó de 1 hasta 50 y quería más”, dice Amanda. Lo que le hace especial es su coeficiente intelectual: de al menos 160, es decir similar al de Albert Einstein, Bill Gates o Stephen Hawking.
También es uno de los miembros más jóvenes de “Mensa”, la institución británica que reúne a personas superdotadas y que cuenta con 120.000 socios en todo el mundo. De momento Sherwyn tiene claro lo que quiere ser de mayor.