A todos nos gustaría dejar huella de nuestro paso por el planeta pero, que a ser posible, la huella no sea de carbono. El problema es que esa huella de carbono se termina dejando queriendo o sin querer, así que lo importante es que acabe siendo lo más pequeña posible.
Qué es la huella de carbono
La huella de carbono hace referencia a la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos de manera directa o indirecta por una persona, por un producto, por una empresa o por una organización. Así lo ha explicado el manager de Sostenibilidad de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), José Magro: “Tiene que ver con el dato de actividad de la propia organización o del propio producto, es decir, la cantidad de combustible, de energía o de consumo que estamos utilizando para el desempeño de ese producto o de esa organización”.
Para saber exactamente cuál es la huella de carbono que cada uno dejamos en el planeta, las calculadoras de huella de carbono se encargan de valorar nuestros hábitos en cuanto a consumo de energía: en el hogar, en el transporte, en los hábitos de consumo agresivos, si consumimos alimentos ecológicos o de producción cercana, envasados, si reciclamos…
Ver una película online durante 5 minutos emite más CO2 que producir y distribuir un kilo de plátano de Canarias
“Hemos hecho verificaciones para gestionar esa huella e identificar dónde estaban los consumos y las fuentes de emisión más importantes, de tal modo que pusieran el foco en la reducción de esos elementos: en la descripción, en el packaging de los productos… En ese tipo de cuestiones que eran más importantes para poder reducirla en años siguientes”, ha explicado Magro.
Huella de carbono para Plátano de Canarias
De esta manera, AENOR consolidó el compromiso público del plátano de Canarias con el medio ambiente. Y es que, como curiosidad, cabe destacar que ver una película online durante 5 minutos emite más CO2 que producir y distribuir un kilo de plátano de Canarias.
Además, los plátanos de Canarias, en concreto, los de La Palma, están buenos por fuera pero buenísimos por dentro, y son buenos para ti y buenos para el planeta, sin olvidar nunca que la belleza está en el interior.
