OPINIÓN EN LA BRÚJULA

El monólogo de la ocho: "Montero se ha quedado sola en en su huida hacia adelante culpando a los jueces de ser unos fachas con toga"

Rafa Latorre comienza 'La brújula' hablando de la Ley del solo sí es sí y reflexiona sobre si el Supremo podrá unificar la doctrina de tal manera que pueda evitar que continúe el alud de rebajas de pena para los violadores.

Rafa Latorre

Madrid | 17.11.2022 21:28

La ley del sí es sí es una catástrofe. Esto ya genera pocas dudas, excepto en el reducido núcleo duro del Ministerio de Igualdad. Bien. ¿Y ahora qué? ¿Podrá el Supremo unificar la doctrina de tal manera que pueda evitar que continúe el alud de rebajas de pena para los violadores?

No parece fácil. Porque probablemente la doctrina ya esté unificada y no haya divergencias entre los jueces, sino sencillamente casos diferentes.

Lo ha explicado muy bien el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Rioja, Javier Marca, aquí en Más de uno con Carlos Alsina. Creo que es un testimonio clave por lo didáctico que es. y sobre todo, porque La Rioja era el ejemplo positivo que Irene Montero invocaba para defender que todo esto es un problema de jueces y juezas machistas.

¿Por qué era un ejemplo La Rioja? Porque allí se habían estudiado decenas de recursos y ninguno dio como resultado una revisión de las penas. Decían desde Igualdad: "Miren La Rioja, allí no ocurre lo que en otros lados". Ya pero eso no significa nada. Es más, es una de las grandes mentiras de la delirante huida hacia adelante de Irene Montero y su escueto núcleo duro.

Si en la Rioja no se ha revisado todavía ninguna pena es porque ninguno de los recursos se refiere a condenas afectadas por el límite mínimo o el límite máximo de las penas. Es decir, que es una cuestión de casuística, no es un criterio general. Lo explica el presidente del Tribunal, el juez Javier Marca.

se puede intuir que no hay divergencias entre jueces, hay casos diferentes

Así que se puede intuir que no hay divergencias entre jueces, hay casos diferentes, y por tanto el Supremo poco podría hacer, quizás se podría encontrar algún subterfugio para frenar alguna excarcelación o rebaja de penas, pero no desde luego en todos los casos. Porque lo que el Supremo no puede hacer, lo recuerda el propio Javier Marca, es modificar la horquilla de penas de una ley.

Quizás el caso de La Rioja sea la piedra Rosetta que mejor permita interpretar este desaguisado de la ley del sí es sí. La gran mentira de la actual huida hacia adelante de Irene Montero es que esto sea una cuestión de perspectiva de género y que por tanto son jueces y juezas afectados de un caso severo de machismo los que hayan decidido aliviar las penas de los violadores.

Pero hay otras dos mentiras fundacionales de esta ley y esas ya no sólo competen a Irene Montero sino al Gobierno que aprobó el proyecto y a la mayoría del Congreso de los Diputados que lo votó.

Esa mentira era que el ordenamiento vigente favorecía la impunidad. Está demostrado que era lo contrario. De hecho, el caso de la Manada fue sentenciado con penas de más de 15 años de cárcel. 15 años. La gran mentira era que existía una alarma social que obligaba a legislar para poner el consentimiento en el centro, porque el consentimiento ya era el elemento crucial para enjuiciar un delito sexual.

La mejor prueba de que aquello era mentira es que es probable que uno de los condenados en el caso de La Manada pueda beneficiarse ahora de una rebaja de su pena. O sea que un Código patriarcal lo condenó a 15 años y la ley feminista de Montero puede hacer que salga bastante antes de la cárcel. ¿Se entiende la contradicción, no?

Esto lo sabían sus señorías los legisladores cuando votaron a favor de esta ley. Por si se preguntaban por el bajísimo perfil de Ciudadanos en este caso, sepan que es por esto. Contra esta ley solo votaron en contra el PP, Vox y la CUP.

Ahí, en la aprobación de la ley no estaba sola Montero, estaba muy acompañada, donde se ha quedado sola en en su huida hacia adelante culpando a los jueces de ser unos fachas con toga en lugar de asumir el resultado de su incompetencia.

Con sus virulentos ataques a la judicatura ha conseguido poner de acuerdo a progresistas y conservadores, a la Unión Progresista de Fiscales, pero también a los socios del Gobierno, al Gobierno mismo, a algunas voces de su partido y a Yolanda Díaz.

Hoy las fuerzas políticas han salido en tromba a desentenderse del engendro legal para dejar a Montero sola defendiendo su ley.

Habrán reconocido las voces de Aitor Esteban, PNV, Oscar Matute, Bildu, Miriam Nogueras, Junts y Mónica García, Más Madrid.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo acaba de hablar en Lisboa, donde se encuentra en la Asamblea Política del PP Europeo. Feijóo señala directamente a Sánchez.

Un recordatorio. Casi nunca ocurre que el tiempo pasado sea mejor. Pero aquí hubo un tiempo en que se dimitía por muchísimo menos. Baste el ejemplo de Corcuera, al que el Constitucional le enmendó una línea de una ley apadrinada por él y se fue a su casa. Que Irene Montero no dimita es impensable en casi cualquier país civilizado.

Aquí Podemos en cambio ha reaccionado atacando a los jueces, a los medios, promoviendo boicots: Hoy Echenique ha invitado a darse de baja de eldiario.es de Ignacio Escolar, que no es muy dudoso de ser conservador… creo… Pero le ha molestado a Podemos que analicen los errores de la ley y sus fiascos. Pero no todo Podemos. Hoy desde Baleares el Vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, contradice a Irene Montero, a Echenique y a aquellos que quieren ver una conspiración judicial contra el ministerio de Igualdad. Claro que Yllanes es juez. O sea que algo sabe.