RAFA LATORRE

El monólogo de las ocho: "El debate más intenso y agrio de cuantos habrán enfrentado cara a cara a Sánchez y Feijóo"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el nuevo cara a cara entre Sánchez y Feijóo, la subida del salario mínimo o las últimas palabras del Gobierno acerca de la ley del 'solo sí es sí'.

ondacero.es

Madrid | 31.01.2023 20:26

Eterno debate en el Senado. Entre el filibusterismo y la pelea de gallos. Esto es lo que la generación llama un Roast Battle. Lo que hay que celebrar al menos es que ha habido humor. Un humor ácido, malencarado, pero humor al fin y al cabo.

Ha sido el debate más intenso y, sobre todo, más agrio, de cuantos habrán enfrentado cara a cara a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Evidentemente son dos visiones absolutamente contrapuestas del rumbo de España y del desempeño del Gobierno de la nación.

En cualquier caso. El manual de bolsillo de la asesoría política dice que a un debate importante hay que acudir siempre con un conejo guardado en la chistera y Pedro Sánchez lo ha seguido a rajatabla. Y justo la misma tarde en que los sindicatos y el gobierno, sin el concurso de la patronal, reunían para hablar del Salario Mínimo… zas… Sánchez ha sacado de la chistera una subida del 8%, hasta los 1080 mensuales. El truco tiene un prestigio final, porque Sánchez se reserva un piquito para soltarlo en plena campaña electoral y así cumplir con la promesa de subir durante esta legislatura el salario mínimo hasta que alcance el 60% del sueldo medio en España. En ese acuerdo, insisto, no está la patronal, lo que aleja la posibilidad de que se alcance un pacto de rentas. He aquí el anuncio, el único momento dulce de una semana en la que la conversación pública ha girado en torno del tema más incómodo para el gobierno. Algo sí ha reconocido Sánchez. Ha hecho un paréntesis en su tarea de hacerle la oposición a la oposición para reconocer algo, que la ley del sólo sí es sí ha tenido unos efectos que es preciso corregir y que eso compete a todo el ejecutivo y no sólo a la ministra Irene Montero.

A eso de las 21:30, en la Brújula de la Economía hablaremos con Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, para ver qué le parece el anuncio que hoy ha llevado Sánchez a la tribuna del Congreso.

No ha esperado a la patronal para que la medida se vea ennoblecida con el marchamo del diálogo social. La CEOE ha decidido no personarse en la reunión del ministerio de Trabajo en el que esta tarde iba a tratarse el asunto, quizás porque ya mascullaba que todo lo que se decía que iba a tratarse, en realidad ya se había tratado. O sea, que el pacto ya había sido cocinado y por eso ha podido ser presentado por el presidente en la tribuna del Congreso.

Una buena noticia para los que cobren el salario mínimo, sin duda, que contrasta de forma radical con el disgusto que hoy se han llevado tantos autónomos que hoy han visto cómo la cuota que aportan a la Seguridad Social se incrementa incluso más de lo que crecerá el salario mínimo. Hay una gran indignación entre los autónomos que hoy han comprobado que su cuota se ha encarecido un 8,6%. Por diversos factores, entre ellos una nueva normativa que ha entrado en vigor el 1 de enero y que ajusta su aportación a sus ingresos.

Estas palabras de Irene Montero, en las que confirma que no se va a romper el Gobierno por más que ella quede completamente desautorizada, han sido pronunciadas después de que el Consejo de Ministros acordara modificar la ley del sólo sí es sí.

Ahora la cuestión es cómo, qué se va a cambiar. La propuesta de Justicia es en realidad recuperar la gradación del uso de la violencia, con lo que en realidad supondría una rectificación muy profunda de la ley. Tanto que en realidad es un regreso a la fórmula tan denostada de antes de la reforma, sólo que para no mentar el abuso se inventan un engendro semántico que es el de la agresión no violenta. Ustedes se hacen cargo de la imposibilidad metafísica y semántico de una agresión no violenta, pero aquí la cuestión es que parezca que el fracaso del sí es sí es sólo una cuestión de horquilla cuando en realidad es algo mucho más mollar. Y es que el ministerio de Igualdad decidió sacrificar la proporcionalidad en el altar de la propaganda y por eso, por eso, los jueces tienen que rebajar las penas a delincuentes a los que antes les podían aplicar una tipificación mucho más precisa.

Es un día cargado de noticias. España ha recibido una decisión trascendental por parte de la Justicia Europea. El Tribunal de Justicia de la UE se ha alineado con el magistrado Pablo Llarena en el caso que afecta a la euroorden emitida por el Tribunal Supremo en el que se pide a Bélgica la entrega de Lluís Puig, uno de los exconsellers de Carles Puigdemont que huyó en 2017. ¿Qué significa esto?

La sentencia del alto tribunal de Luxemburgo establece que una autoridad judicial no puede denegar la ejecución de una orden de detención europea si no se demuestra la existencia de "deficiencias sistémicas o generalizadas que afecten al sistema judicial del Estado miembro emisor». Y eso no ocurre en España, que es una democracia perfectamente homologada, por más que con persistente oportunismo, el Gobierno se obstine en negarlo. La consecuencia es fácil de extraer. El TJUE da la razón a Llarena sobre los huidos del 1-O y acerca a Puigdemont a España.

Esto significa que quienes pretendían que hiciéramos penitencia por… ay ay ay… los revolcones que nos ha dado la justicia en Europa. Aquellos que decían… fíjate cómo nos ha sonrojado Bélgica… Aquellos que decían… hemos de homologarnos con Luxemburgo… Sencillamente tiene que revisar su argumentario. Porque mentían o se equivocaban.

Hoy por cierto el Rey ha vuelto a Cataluña entre los habituales desaires del gobierno de la Generalitat. Entre otras cosas ha entregado los despachos a los nuevos jueces y ha dicho algo muy significativo.