Si hay que hablar de finales ¿por qué no hablamos de el final? El final definitivo: el fin del propio universo. Te confieso que un poco especulación es. Los físicos somos científicos, no adivinos… pero lo que podemos decir es “en base a las leyes de la física que conocemos… ¿cómo debería terminar el universo?”.
Para un físico el universo “se ha terminado” cuando ya no suceden cosas que podamos medir. Cuando se acaba la física, porque no hay fenómenos físicos. O si quieres decirlo con palabras más sencillas, cuando ya no ocurre nada.
El problema es que aquí las palabras nos engañan un poco. Decimos “el universo se expande”, pero en realidad deberíamos decir “el espacio está creciendo”. Para que entendamos esto necesito pediros un pequeño esfuerzo de imaginación: necesito que tú y los oyentes os imaginéis el propio espacio.
Es más fácil de lo que parece. El espacio es un sitio en el que todos nosotros estamos colocados, como si fuera una estantería en la que colocamos libros. Cada uno estamos colocado en un estante en esta especie de “estantería tridimensional”. La única diferencia con una estantería de verdad es que no la podemos ver ni la podemos tocar. Así que hemos de imaginar el universo como recorrido por muchísimos estantes, con patas que los sostienen y los unen entre sí, y las estrellas y los planetas colocados ahí. Si tenemos esa imagen ya hemos hecho todo el trabajo duro.
La expansión es, ni más ni menos, que esa estantería está creciendo. Los estantes se hacen más largos. Las patas de la estantería se hacen más altas. Cada centímetro de ese “andamio” en el que estamos montados está creciendo. Pero nosotros no vemos la estantería, no vemos nada de eso. ¿Qué es lo que vemos? Que cosas que están colocadas en el estante de al lado se van alejando de nosotros. A medida que la estantería invisible crece, los objetos que están en ella se alejan unos de otros. Eso es la expansión del universo. Lo que vemos realmente es que las galaxias se alejan de nosotros.
Al alejarse, las galaxias se van desconectando. Piensa que cada centímetro del universo está creciendo. Cada centímetro empuja para separar las cosas. Si las galaxias se están alejando quiere decir que cada vez hay más centímetros entre ellas y nosotros… y por lo tanto, la velocidad a la que se alejan es mayor. Llegará un punto en que esta galaxia se alejará de nosotros más rápido que la luz. Y ese momento es el game over. Ya no hay manera de llegar a esa galaxia, o de saber nada de ella. Estamos desconectados: es como si viviéramos en universos diferentes.
El universo todavía no se ha acabado. Pero nuestra galaxia va a envejecer: cada vez habrá menos gas para formar estrellas. Las estrellas se mueren y se convierten en agujeros negros, o en enanas negras, que son bolas de materia frías que ya no puede encenderse. La materia se queda encerrada en esos “cadáveres estelares” y ya no sirve para hacer nuevas estrellas. Al cabo de muchísimo tiempo, la galaxia literalmente se apaga. Sólo quedan millones de pelotas oscuras dando vueltas en torno al centro. Pero aún no hemos llegado al final del universo: aún hay cosas que dan vueltas, y por lo tanto hay física.
algunas de esas pelotas son agujeros negros, y van literalmente devorando al resto. A veces se las comen, y otras veces las empujan fuera de la galaxia y las lanzan a un universo totalmente vacío en el que no encontrarán nada. Las otras galaxias se han perdido: no hay nada en el universo que encontrar. Este proceso de “depredación” de los agujeros negros se prolonga durante millones y millones de años, en la más completa oscuridad. Y termina… cuando sólo queda uno. Un único agujero negro gigantesco donde antes había una galaxia. Y ese agujero negro ya no puede hacer nada: no puede comerse a nadie y está solo en el universo.
Hemos pasado de un universo formado por millones de galaxias a millones de “universos burbuja” desconectados entre sí y formados por un solo agujero negro que es un objeto estéril, no cambia ni le ocurre nada. Eso es el fin del universo. Ahí sí que la física está kaput.
Ojo, esto no va a pasar mañana. Si la física que conocemos es correcta para esto faltan 1030 años: un uno seguido de 30 ceros.