La carta de Ónega a Pepe Álvarez: y Unái Sordo: "Hoy fue vuestro día"
Y buenas noches a los sindicatos. Singularmente, a Pepe Álvarez, secretario general de UGT, a Unái Sordo, de Comisiones Obreras y a todos los líderes sindicales del conjunto de España.
Hoy fue vuestro día. “Un extraño Primero de Mayo”, se dijo en esta emisora incluso antes de amanecer. Lo pudimos comprobar después, al ver las plazas de vuestras manifestaciones vacías, sin pancartas, ni banderas, ni escenarios, ni micrófonos, ni discursos. Primero de Mayo del silencio, porque la multitud en estos tiempos es peligrosa y no se sabe quién te puede contagiar. Y mirad que hoy era un día para levantar la voz, porque esta misma mañana dos poderosas ministras revelaron sus previsiones: casi dos millones de puestos de trabajo destruidos este año, un 19 por ciento de paro. ¿Qué decís los sindicatos ante ese horizonte? ¿Contra quién levantáis vuestra protesta en un día que siempre ha sido de reivindicación y protesta? Contra el gran capital, que decía Marcelino Camacho, esta vez no, que no tiene la culpa.
Contra la banca, tampoco, aunque siempre da motivos; pero estos días anda de capa caída, con beneficios amortiguados por sus provisiones por el coronavirus. Y contra el gobierno, menos todavía, porque no sabríamos si era el gobierno de Podemos o el gobierno del Partido Socialista; el Ejecutivo de Pablo Iglesias o el de Nadia Calviño. Y además, el gobierno presume de ser de los vuestros y vosotros seríais los primeros en firmar esa frase de todos los discursos que dice “que nadie se quede atrás”. Tendríais que protestar contra el virus, pero el virus, igual que no conoce fronteras, tampoco reconoce ni distingue voces sindicales. Os ponéis la mascarilla, y os ve igual que a la familia Botín. Así que en el fondo, sindicalistas, la suspensión de manifestaciones os vino bien. Y encima, os habéis librado de esa comparación de todos los años que, indefectiblemente, llega a la conclusión de que perdéis poder; poder, sobre todo, de convocatoria. Pero id preparando el discurso del año que viene, si el puñetero virus no ha vuelto. Idlo preparando porque, con dos millones más de parados, habrá que seguir echando culpa al Covid, pero también a quien no supo o no lo pudo detener.