en la brújula

La carta de Ónega a los negacionistas de volcanes: "Dónde hay un gilipollas, se puede decir una gilipollez"

La carta de Fernando Ónega en La Brújula, hoy dirigida a los negacionistas de volcanes

ondacero.es

Madrid | 21.09.2021 23:27 (Publicado 21.09.2021 23:25)

Como sabes, no soy usuario de las redes sociales, pero de nada me sirve. Ahora los demás medios informativos, los de papel o de Internet reproducen sus contenidos y no hay forma de escapar. Lo último que anda por las redes, según El Confidencial, es que hay una nueva invasión de negacionistas.

Estaban los del cambio climático o la redondez de la tierra, y llegasteis los negacionistas del volcán de La Palma, uno de los sucesos del siglo que no se pueden negar. Hay gente pa tó, dijo el torero, y tenía que haberla también para negar un volcán. La verdad es que habéis aparecido pronto. Cuando empezasteis a escribir vuestros mensajes de la verdad no habían pasado ni 48 horas del gran reventón de la Cumbre Vieja, aunque había arrasado más de un centenar de viviendas. Las nuevas antologías del disparate tendrán que haceros un lugar de honor, de alta distinción, porque hay que tener gran imaginación para pensar y decir que toda esa lava se soltó de la montaña para distraer a las masas de la pandemia, que el autor llama “coronafraude”, señal de que su negación viene de lejos.

No se queda atrás el que argumenta que todo fue una detonación provocada para tapar la subida de la luz. ¡Con dos bemoles! No falta el más científico, que aplica la lógica y recuerda que la lava siempre salió de la cima de la montaña; si aquí sale por una ladera, lagarto-lagarto: es un invento del gobierno, quizá de la misma Moncloa. Y por último, en todo crimen hay un pequeño error del criminal que delata su autoría, y un negacionista lo descubrió: vacuna y volcán, las dos se escriben con uve. ¿Casualidad?, pregunta el intrépido analista. “No lo creo”, responde él mismo, según la transcripción de El Confidencial.

Evidentemente, añade este escribidor, no puede ser casualidad que vacuna y volcán se escriban con uve. Iba a decir que les contéis esto, negacionistas, a los que han perdido casas y bienes en La Palma. Peo solo digo que en mi país, ante cosas así, solemos exclamar ¡manda carallo! Como yo perdí esa finura de expresión, me inspiro en los principios del derecho para proclamar: donde hay un gilipollas, se puede hacer y decir una gilipollez. Y a veces, una solemne, soberbia, grandiosa, majestuosa gilipollez.