en la brújula

La carta de Ónega a la luz eléctrica: "Me estreno como ave nocturna de las tareas de casa"

La carta de Fernando Ónega para cerrar La Brújula hoy dirigida a la luz eléctrica

ondacero.es

Madrid | 01.06.2021 23:27 (Publicado 01.06.2021 23:26)

Y buenas noches, luz eléctrica. Aquí estoy, contando los minutos que faltan para las 12. Me pongo hasta nervioso, que hoy me estreno como ave nocturna de las tareas de casa. Me lo dijo ella, la que manda: pues yo no me voy a poner a planchar. Le respondí yo: no te preocupes, cariño, que enlazo La Brújula con la plancha. ¡Mi luz eléctrica! ¡La energía que mueve el mundo, que esta noche el mundo es mi lavadora!

Tan mi costumbre, como decía Unamuno de su esposa, que te veía como una prolongación de mi yo: una llave y se encendía, la misma llave al revés y se apagaba; el ordenador que funcionaba sin que yo me preguntara por qué. No hay nada más sencillo sobre la tierra, ni nada más fácil, ni nada más rutinario. Y ahora, de golpe, en 24 horas, consiguieron asustarme contigo, luz eléctrica.

Es que me dijeron que el mes pasado habías subido a traición el 45 por ciento, temblando me tiene el recibo. ¡Con el descuento que había negociado con Iberdrola! Es que me dijeron, luz eléctrica, que el gobierno tenía que hacer no sé qué para ahorrar mil millones de euros con una nueva ley. Es que de pronto nos asustas, como a los pobres, luz eléctrica. He visto memes que ponen el lavaplatos donde la mesilla de noche para tenerlo más a mano.

Y yo, que nunca me había fijado en tu precio, ahora me dispongo a trasnochar como si nunca hubiera habido tarifa nocturna. Siempre fuiste un misterio para mí. Nunca entendí que te pudieran almacenar. Entendí mucho menos que te pudieran subastar, como si fueses centollas de la ría. Tampoco entendí que, saliendo gratis la luz eólica y la termosolar, ahora que tanta renovable se produce, hay que quedarse sin dormir para poderte pagar. Así que aquí estoy, esperando las 12. No sé si habrá energía para tanta lavadora, tanto lavaplato, todas las planchas que se van a poner a funcionar. Pediré mañana ese dato a Red Eléctrica. En la espera, busco consuelo en los poetas.

Te veo como García Lorca: “La luz es Dios que desciende”. Pido como Blas de Otero: “Ponme la luz de España entre renglones”. Me conformo como Miguel Hernández: “¿Para qué quiero la luz / si tropiezo con tinieblas?” Y de pronto me sobresalto con Claudio Rodríguez cuando pensaba, quizá, en el recibo: “Que la luz nunca olvida y no perdona”.