Se ha producido una protesta unitaria a las puertas de las sedes judiciales de todo el país y en el ministerio de justicia. En ellos se ha leído un manifiesto que pide la retirada del proyecto de ley orgánica del poder judicial porque perjudica la calidad de la justicia y no encuentra justificación en la situación de crisis económica. Además piden potenciar la estructura, las competencias y la autonomía del poder judicial y fiscal. Exigen el aumento de jueces y fiscales, que los órganos competentes determinen la carga de trabajo de los juzgados, la adopción de medidas para paliar el abandono y la situación de muchas dependencias judiciales y la aplicación de tasas moderadas que no limiten el acceso a la justicia. Gallardón ha declarado que detrás de esto hay intereses corporativos.
Elisa Beni habla de Gallardón como un ‘cínico y se está equivocando. Se ha ido de calle y no sabe lo que realmente ha hecho. Digo que es un cínico porque los jueces saben que no hay paga extra desde hace mucho y no se plantaron, y ahora utiliza ese argumento para defender su reforma'.
Juan Carlos Girauta cree que ‘la unanimidad hace ver que es una respuesta corporativa y que Gallardón se equivoca. Lo que creo es que hay tantos asuntos vinculados a la reforma de justicia, que es difícil estar o no estar de acuerdo porque hay cosas que parecen que están bien y otras que no. Estoy de acuerdo la forma de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. Estoy en contra de las tasas porque ataca a la tutela judicial. Para que exista democracia verdadera tiene que haber equilibrio de poderes y ahora hay división. Creo que el gran asunto es el reparto de dichos poderes'.
Joan Ridao opina que ‘el ministro tiene abierto muchos frentes, y lo que ha hecho ha sido provocar el rechazo de todos lo que están involucrados en el mundo judicial. Su actitud me parece como el que conduce en dirección contraria y cree que todos van al revés. No olvidemos que Gallardón abrió otros temas de polémica como fue el aborto o el matrimonio gay.