.De los 5 candidatos que se presentaron, después de que abandonasen el barco todos los que metieron a Gran Bretaña en la encrucijada en la que está, pasaron a la final dos mujeres que debían competir en primarias el próximo 9 de septiembre. Pero la segunda en liza ha presentado este mediodía su renuncia y deja pues el camino expedito a la ministra de interior. Antes de ese gesto, la candidata Andrea Leadsom, madre de tres hijos, había declarado que su condición de “madre”, a diferencia de su oponente, Theresa May, la capacitaba más para ser primera ministra, una estupidez que no resistía el más mínimo análisis. Uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Eso parece haberle ocurrido a la muy “maternal” Andrea Leadsom.
Expedito el camino, los conservadores británicos no tienen por qué esperar a septiembre y se espera que de forma inmediata nombren a su jefa de gobierno. A la Sra May va a tocarle gestionar el marrón heredado de un David Cameron que quiso pasar a la historia como el gran líder y que metió a su país y Europa en la peor pesadilla. Como los islandeses, los británicos han optado por una mujer para salir del desastre. Sin él, sin el Brexit, hubiera sido mucho más difícil que una mujer tuviera alguna posibilidad: había al menos 2 candidatos que querían ocupar el puesto de Cameron. Curioso papel de apagafuegos el de las dirigentes políticas. O de neutralizadoras de decisiones testosterónicas.